El simple hecho de que actualmente converjan en un mismo campeonato mundial más de 140 países y que haya algunos de estos que sean capaces de ganarle a Corea que lleva literalmente milenios practicando el arte de los puños y las patadas nos da cuenta de esto que les digo: el mundo del taekwondo avanza a ritmos dispares.

Pero la historia que hoy les voy a contar no empieza en el lejano oriente, sino en el nuevo continente y un poco más al sur, sí, por debajo del paralelo 20… Pero muy por debajo… Y sí, tiene como primer protagonista a alguien cuyas raíces ascienden justo a la tierra de la clama mañanera, hablo del profesor Nam Ho Lee, 8vo dan y fallecido en 2006. Del profesor es prácticamente lo único que sé, eso y que en palabras de uno de sus alumnos (a quien presentaré a continuación) era el mejor referee de Brasil.

2006 es un año que parece muy lejano, así que pongámoslo en perspectiva: Brasil ganó una medalla de oro por primera vez en el mundial de Madrid 2005, sin embargo el país verde-amarela, con todo y su inédito oro y lo extraño que ello resulta para la región en cualquier momento de la historia, no tendría un referee internacional sino hasta cuatro años después: Marcelo Rezende.

Marcelo, justamente alumno de Nam Ho Le, con 52 años de edad en la actualidad, es referee internacional WT desde 2009. El primer referee internacional de Brasil. Un dato muy importante es que es Major en la Policía Militar en Sao Paulo, aunque él es natural de Río de Janeiro, y es importante porque en la época en la que hizo su examen para IR, como en muchos otros lugares del mundo, los coreanos eran quienes decidían sobre este tipo de acreditaciones. Obviamente no había brasileños que pudieran acceder a ello, y cuando él lo logró nadie opuso resistencia por el respeto que se le tiene a las fuerzas armadas en aquel país.

En palabras del propio Marcelo, fue su maestro quien lo inspiró a ser referee, pero quizá ninguno de los dos hubiese imaginado lo lejos que esa inspiración llevaría no sólo al alumno, sino al arbitraje de Brasil dentro de este alocado mundo de los puños y las patadas.

Marcelo inició su camino en el arbitraje en 1992 como referee nacional.

Y es que se dice fácil, pero lo que el Major Rezende ha logrado dentro de su carrera portando el saco azul es algo que pocos árbitros en el mundo podrían presumir: para empezar tiene la estrellita de ser no sólo el primer WT IR de su país, sino además de ser el primer brasileño en asistir a un evento oficial de federación mundial portando la corbata guinda. También es el primer referee brasileño en haber pisado un campeonato mundial, Puebla 2013, y ha asistido a seis mundiales desde entonces, además de Juegos Olímpicos de la Juventud, Grand Prix, Grand Slam, Copa del Mundo, ha estado en los procesos olímpicos de 2012, 2016, 2020 y por supuesto el actual rumbo a 2024.

Ganó el best referee en Cheliabinsk 2015, evento en donde por primera vez hubo dos referees brasileños ejerciendo: el mismo Marcelo junto a su compañero Luis Mendoza quien asistió a los pasados Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

“Para mí lo más importante es que Brasil tenga un referee en Juegos Olímpicos”

Ya con el currículum mencionado arriba podría cerrar la historia y sería una muy buena historia, pero no, lo que más me llamó la atención dentro de todo esto fue, como dije antes, que la inspiración llevó al arbitraje brasileño a lugares insospechados, de hecho yo creo que inéditos.

Erika Rezende, exesposa de Marcelo, es la primera WT IR mujer de Brasil, además la primera mujer brasileña que acudió a un evento internacional y también es referee de poomsae.

Luis Mendoza, quien es el único referee brasileño que ha pisado unos Juegos Olímpicos también lleva la mano de Marcelo: si bien no es su alumno directo en cuanto a taekwondo se refiere, sí lo es de alguna manera en el arbitraje…

Pero como dije anteriormente, la inspiración llegó a niveles insospechados.

Yo conocí a Marcelo, o más bien empecé a hablarle, este año. Tuve la oportunidad de estar en el campamento olímpico de árbitros de América donde se seleccionan a los mejores IR de la región y también tuve la oportunidad de estar en el mundial de Baku y los Grand Prix de Roma y recientemente París, eventos en donde esta selección de jueces está siendo evaluada rumbo al evento de los aritos.

En Baku conocí a Larissa Boidi Pereira, otra referee brasileña de altísimos vuelos a pesar de tener una carrera corta en este mundo de las corbatas guindas. Ella se retiró de la competencia con el corazón roto, pero encontró un camino en el arbitraje: es WT IR desde 2018, la primera mujer brasileña en ganar mejor referee en el Río Open y Panam Series II 2022 en un mismo año, también es la primera mujer brasileña en asistir a un Campamento Olímpico, en quedar dentro del Proceso Olímpico y también la primera mujer brasileña en cantarle gamjeons al planeta entero dentro de un campeonato mundial y un Grand Prix.

El primer hombre brasileño en pisar un mundial fue el propio Marcelo en 2013 y la primera mujer brasileña en hacer lo mismo fue Larissa en 2023. 10 años de diferencia, pero con un denominador peculiar y no, no sólo es el país al que representan:

Larissa es alumna de Marcelo.

Marcelo es profesor de Larissa.

Como sea que se lea se entiende el mensaje y se entiende también por qué digo que la inspiración alcanzó niveles insospechados.

“No iba ir al campamento olímpico, pero mi alumna recibió invitación. He ayudado a mucha gente durante mi carrera, ahora necesito ayudar a mi alumna”

Los padres de Larissa son cintas negras también y su hermano aún no, pero también es alumno activo, así que en casa todos saben bien de qué trata esto.

En palabras del propio Marcelo, él no tenía un gran interés por este nuevo proceso olímpico, sin embargo al ver que su alumna recibió la invitación para asistir al campamento decidió, como todo un old-man de los cómics, portar el saco azul una vez más y aquí es en donde todo se torna poético, porque Larissa lo dice sin pena y con orgullo: “quiero seguir los pasos de mi maestro”, pero en el momento en el que la alumna inspira a que el maestro retome fuerzas y lo veamos activo no sólo destacando en el campamento de selección, sino aún dentro del top 50 y ejerciendo dentro de los circuitos mundiales más importantes, esa es una historia que vale la pena contar. Es el círculo completo.

“Hay una selección, si estoy yo, está bien, y si no, que esté Brasil”

Para Larissa es un privilegio estar caminado este camino junto a su maestro y a pesar de que dentro de este selecto grupo de árbitros son evaluados bajo los mismos matices y circunstancias, ella dice que no se siente a la par de él, que le faltan muchos años, Marcelo por su parte hace hincapié en que son del mismo grupo y no puede ocultar el orgullo de tenerla literalmente a su lado dentro de este proceso.

El mundillo de los referees es uno interesante, pero aun así tiene sus bosques y sus lobos, como decía Merlín, eso es lo que al mundo da sabor. Para Larissa la inclusión en el ambiente ha sido fácil y sutil, por supuesto que ello se lo atribuye a que es alumna de Marcelo.

El año pasado en Sogamoso una nueva generación de referees brasileños presentó examen para IR, a la mayoría les fue muy bien y hoy los vemos ejerciendo en diversos eventos internacionales. Ojalá que como Larissa o el mismo Marcelo puedan encontrar inspiración en las figuras de su país que actualmente vuelan en los altos circuitos mundiales, pero que alguna vez estuvieron en donde esta nueva generación de árbitros de un taekwondo como el del país del guaraná, que crece como la espuma, estuvo hace no mucho tiempo.

“Apoyé a la nueva generación a hacer el curso, ahora ellos tienen que buscar el camino”

Yo estoy seguro que Brasil tendrá un referee en estos siguientes Juegos Olímpicos, aunque no me atrevería a apostar por el nombre. Larissa dice que él debe ir primero, Marcelo dice que Brasil tiene que estar… Y estará.

Lo que es cierto es que el arbitraje brasileño se verá beneficiado en este proceso, como ya dije con una generación nueva que viene pisando fuerte, pero también con dos representantes activos que ojalá logren inspirar a otros jueces como ellos se han inspirado mutuamente y que se sigan rompiendo récords y paradigmas.

Mientras pasa lo que tenga que pasar rumbo a París 2024, disfrutemos de este proceso y seamos testigos de la historia… O de las historias que se desenvuelvan durante el mismo.

Tenemos a Larissa que es una referee con toda una carrera por delante, que le pide a la nueva generación de jueces brasileños que no paren, y que avanza de la mano de su maestro que, aunque activo, también reconoce que está en el ocaso de su carrera como árbitro, pero que, justo como un caballero oscuro, me dice para terminar la conversación:

“No sé si es mi último ciclo, pero si necesito estar la próxima vez… Estaré”

@FaunoBastard