En Panamérica estamos sufriendo el mal del ‘Presidente Silencioso’. Un mal tan peligroso, deshonesto e irrespetuoso que puede ser un síntoma que las cosas no andan bien. Un mal tan cancerígeno que incluso va contra los principios implantados por la misma Federación Mundial (WT).

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La historia es así: En el ocaso del convulso 2020, don Helder Navarro Carriazo dio paso al frente y asumió el cargo interino con el que muchos políticos sueñan: la presidencia de la Unión Continental de Taekwondo.

No importa si es un mandato transitorio o cuatrienal, lo importante es que llegó. Sin embargo, el peligro de llegar está en embriagarse de poder. Embriagarse tanto, pero tanto, que cuando las cosas no gustan: la lengua o los dedos se adormezcan.

Algo así pasa con don Helder, quien perdió la comunicación, al menos con este medio. Los síntomas señalan a un diáfano dictamen: el poder lo volvió silencioso, pero un silencioso selectivo -con gusto y cálculo- lejos de los medios -al menos de los que no se siente cómodo o dejó de sentirse así-.

En efecto, don Helder dejó de contestar y por consecuente a limitar al acceso de la versión oficial sobre información de interés público a los casi un millón de lectores únicos que posee MASTKD, solo del área Panamericana. Concentrados -especialmente- en Estados Unidos, México, su natal Colombia, Costa Rica, Perú, Chile y Argentina. A esto hay que sumarle los restantes de las otras cuatro uniones continentales.

Hay temas en los que el silencio fue más cómodo que hablar con la versión oficial. Por mencionar algunos:

  1. 15 de marzo: ¿Valoró WTPA que los derechos del Panamericano G4 los tenía Costa Rica? ¿Por qué se abrió la recepción de documentos para la sede del G4? ¿Costa Rica ya había pagado por el torneo el fee correspondiente? Aunque posterior a las consultas Costa Rica cedió y México asumió el torneo, contextualicemos: WTPA abrió la convocatoria para que en tiempo récord se postularan los países interesados organizar el Campeonato Panamericano G4, omitiendo -al menos sin aclaración hasta hoy- que Costa Rica ya tenía los derechos del torneo. A nivel editorial surgió la duda del procedimiento, qué fue lo que pasó, por qué se hizo, de quién fue la idea de hacerlo así, entre otras. ¿La respuesta? El doble check azul de Whatsapp.
  2. 24 y 25 de marzo: Tras una serie de publicaciones hechas por MASTKD sobre los riesgos que se adoptaron al aceptar la ley de oferta y demanda como metodología para elegir los eventos administrados por WTPA, siendo el primer ejemplo el Clasificatorio Panamericano Juvenil dado a República Dominicana; un fin de semana un miembro de la cúpula del Taekwondo isleño me marcó para cuestionar por qué estaba diciéndose que su país era el mejor postor. La respuesta fue sencilla: su federación ofreció US$25.000 por organizar un torneo que se decidió bajo ley de oferta y demanda. Agregué, avergonzado: ‘es más le digo algo más delicado aún: su país ofreció US$15.000 de más por un evento que pudo organizar pagando el mínimo de US$10.000, ya que ninguna otra federación nacional llegó si quiera al piso de la puja’. La respuesta de esa persona fue sorprendente: no pagamos menos porque nunca nos notificaron que podía administrarse el torneo por menos dinero.

    Ante la situación, el 24 de marzo se pidió una entrevista con don Helder para aclarar las dudas. Al ver que los mensajes se leyeron y se ignoraron, 23 horas después -el 25 de marzo- se le pasaron las preguntas por audio: ¿se notificó oficialmente a las federaciones nacionales del cambio de metodología en la asignación del Clasificatorio de Panamericanos Juveniles? Si se hizo, ¿cuándo fue? ¿por cuáles vías?; o si no se hizo: saber por qué no se notificó a los presidentes, ¿hubo bases nuevas del evento, actualizadas? Adivine cuál fue la respuesta: doble check azul, nuevamente.
  3. 3 de febrero: se hizo una solicitud de entrevista sobre el tema de Dominicana. Sin embargo, la respuesta fue el silencio.

Tomando en cuenta que la repetición de un acto se vuelve hábito, me cuestiono: ¿Qué pasó con aquel hombre que en noviembre del año pasado prometía implantar herramientas de transparencia, de desarrollo integral para el Taekwondo de la región, de acceso a la información, de brindar herramientas para dar a conocer lo que pasaba en la World Taekwondo Pan America (WTPA)? ¿Dónde está? ¿Qué lo hizo el ‘poder’?

Una vez, no hace mucho pensando en la actual gestión -porque sí, a veces me siento a analizar cosas que no me generan nada más que preguntas- recordé una frase que me dijo alguien en una entrevista en off sobre un caso de corrupción en la Cancillería de Costa Rica: “Dime de qué hablas y te diré de qué careces”.

Sabias palabras. Acertadas palabras. ‘Para verdades el tiempo’, decimos por mi tierra.

En aquel momento, la primera canciller de la historia de Costa Rica dimitió sin dar motivos concretos en el Congreso, tras siete prematuros meses de gestión.

La renuncia llegó luego que, días antes, la Procuraduría General determinó que la Canciller hizo nombramientos ilegales en la Casa Amarilla.

La funcionaria sostuvo en varios medios que su actuar era el correcto, apegado a los principios de ética y transparencia de las sanas democracias. Se aferró a su posición y jamás aceptó lo que el tiempo demostró: esa administración careció de todo lo que se jactaba y convirtió la diplomacia nacional en una piñata.

El modus operandi para atender a los medios era sencillo: se recibía la consulta, se enviaban las preguntas vía Whatsapp o e-mail y se esperaba que el tiempo dilatara el tema de interés para responder o se omitía contestar del todo.

Cuando esa funcionaria salió de Cancillería, se comprobó una serie de nombramientos a dedo, de favores políticos dando embajadas a exministros y amigos del Gobierno, de nombramientos con potencial tráfico de influencias, giras con sobrepagos excesivos o pagos a personas no autorizadas, entre otro montón de cosas que se mantienen bajo investigación.

No estoy diciendo que en WTPA hay corrupción. Lo que sí estoy diciendo es que toda aquella formación olímpica de la cual don Helder habló con orgullo cuando asumió, quedó en palabras y papel, no en hechos.

Probablemente don Helder dejó de sentirse cómodo cuando los temas por los que se le abordó se volvieron más serios que una semblanza o hablar de logros positivos. Y es entendible: hay personas que nunca se acostumbrarán al cuestionamiento público.

¿Pero guardar silencio? Eso no es transparente, no es honesto, no fortalece ni respalda los principios con los que dijo que se regiría -porque somos esclavos de las palabras-. Es cierto que guardar silencio no es ilegal, pero eso no lo hace moral.

Es fácil denigrar el trabajo periodístico con el mal empleado término del amarillismo. Es muy fácil hacerlo cuando juego a leer lo que se escribe y ni siquiera asumo con responsabilidad de aclarar lo que las obligaciones demandan.

La WTPA está al revés, desordenada, con procesos y modus operandi que el presidente no quiere aclarar. Hay desaciertos -y son válidos, son parte del proceso de aprendizaje-, pero hay silencio y eso no es válido. Eso es una práctica antiética.

Solo para despedirme: si a Alfonso Victoria -a quien el tiempo me hizo estimarle y crear una buena relación- lo cuestioné por el interés público de lo que sucedió con Carlos Navarro hace unos años, ¿cómo no se le va a cuestionar al presidente de la WTPA que ignora responder cuando se le pide información sobre la investigación que realiza una comisión normalizadora de WT por presuntas anomalías, irregularidades y potenciales actos de corrupción en WTPA?

Sí, esa fue la última: el presidente Navarro -quien también fue parte de la administración anterior- ignoró las preguntas que existen alrededor de las investigaciones que hay desde Federación Mundial.

¡Vaya! Qué transparentes somos. ¿no?