Nataly Goez Cataño

Psicóloga del deporte
Entrenadora Mental
Ex Selección Colombia de Taekwondo

 

El taekwondo es mucho más que patadas espectaculares y movimientos ágiles; es un arte y un deporte que exige control mental, confianza inquebrantable y una capacidad de recuperación impresionante. En una disciplina donde el error más mínimo puede cambiar el curso de un combate o la puntuación de una poomsae, tener una mente entrenada es tan crucial como un físico fuerte. Si quieres llevar tu rendimiento a lo más alto y ser el mejor deportista que puedas llegar a ser, entonces tener una mentalidad fuerte debe de ser una de tus prioridades. 

Una de las variables psicológicas que tiene un papel protagónico en la competencia es la autoconfianza. Es el factor invisible que puede determinar el resultado antes de que siquiera comience. Cuando entras al tatami, ¿cómo te sientes?¿Te centras en tus propias capacidades o te comparas con los demás poniéndolos en tu mente en una mejor posición que tú? ¿Recuerdas todas tus capacidades, virtudes y preparación o tu mente está repasando aquello que te pone en desventaja o lo que aún no has perfeccionado?

Cuando tus músculos están fuertes, pero tu autoconfianza débil, puedes llegar a sentir la gran frustración que genera el saber que podías dar mucho más de lo que entregaste en competencia, es una sensación de impotencia que aparece al tener un cuerpo entrenado y con excelentes condiciones que no responde en los momentos importantes.

La baja autoconfianza trae consigo una sensación visceral y nada racional de insuficiencia, una voz en tu mente que te susurra que todo puede salir mal y que no eres lo suficientemente bueno como para ganar o que simplemente no lo mereces. Es una enemiga silenciosa que saca sus garras en el momento más inoportuno y que puede tirar abajo todo aquello por lo que tanto te has preparado. Y recalco lo irracional de esta voz y de estas sensaciones, porque tu pensamiento más lógico puede decirte que estás entrenado, que tienes con qué lograr tus objetivos, que eres muy bueno(a), y sin embargo, seguir teniendo estas otras sensaciones contradictorias y saboteadoras.

Y es que una autoconfianza débil, puede convertirse en algo más que un pensamiento negativo, ya que puede traer consigo altos niveles de ansiedad y dificultades en el procesamiento cognitivo, esto último puede verse así:

Percepción distorsionada de la competencia:

Ves las situaciones más amenazantes de lo que en verdad son. Puedes percibir a un oponente más alto, más veloz o más fuerte de lo que es en realidad. Al disponerte a hacer una poomsae, sentir que el tatami es mucho más grande o inestable de lo que es o que hay más espectadores observándote y juzgándote.

Atención y concentración:

Tu mente está tan ocupada gestionando las emociones y pensamientos intrusivos, que le cuesta mantenerse en lo que debe estar, el combate o la poomsae.

Memoria:

Puedes llegar a olvidar la estrategia que tanto habías preparado o las indicaciones que te dio el coach antes de iniciar.

Toma de decisiones:

Si estás desenfocado, dudando de ti, con las emociones desbordadas y sintiendo que el cuerpo no te responde igual, es apenas natural que tus decisiones no sean las más eficientes o que sean incluso erráticas.

Esta es una de las explicaciones (no es la única), a varias quejas que escucho en el campo deportivo: “entrena muy bien pero cuando compite parece otra persona” o “es que no se la cree” o “cuando la competencia se pone exigente, se entrega”.

La buena y reconfortante noticia, es que esto tiene solución. Así como puedes mejorar, con el entrenamiento adecuado, tu fuerza, resistencia, flexibilidad, velocidad, entre otras capacidades físicas, también es posible mejorar, con entrenamiento mental, cualidades como la autoconfianza, la motivación, la tolerancia a la frustración, los niveles atencionales y demás variables psicológicas importantes para el rendimiento deportivo.

En el taekwondo, el combate más importante no es el que tienes con tu oponente, sino el que libras en tu propia mente. Cada vez que entrenas tu mentalidad, estás forjando un espíritu indomable que puede enfrentarse a cualquier desafío en el tatami y en la vida.

La psicología deportiva no es un complemento; es una parte integral del entrenamiento de un taekwondista. Al igual que perfeccionas tus técnicas, es crucial que entrenes tu mente para ser fuerte, confiada y resiliente. Háblate siempre como te gustaría que otros te hablaran, sé tu mayor motivador. Visualiza la ejecución de tus técnicas bien hechas y tus competencias. Usa la meditación y el mindfulness para mantenerte en el presente y tener el dominio de tus pensamientos. Ten objetivos específicos, retadores y realistas. Lleva tu proceso de la mano de un profesional.

Implementar estas herramientas prácticas te permitirá no solo mejorar tu rendimiento, sino también disfrutar más del proceso y alcanzar tus metas con una mentalidad ganadora. ¡Recuerda, el verdadero combate se libra en tu mente!

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