A partir de la entrada de Gabriel Taraburelli como entrenador masculino del seleccionado argentino (Vanina Sánchez Berón entraría con el equipo femenino), el sistema de trabajo cambió considerablemente y la sinergia entre Taraburelli y Crismanich quedó rápidamente demostrada.

Es por ello que en esta oportunidad decidimos entrevistar al único técnico campeón olímpico del continente americano que han dado estos últimos juegos olímpicos de Londres 2012, el argentino Gabriel Taraburelli.

 

 

Un gusto saludarte Gabriel, quisiéramos preguntarte ¿cómo fue el proceso para llegar a este gran momento del Taekwondo argentino?

Creo que es producto del trabajo en equipo, cuando nosotros entramos lo que queríamos era primero formar un grupo, ya que teníamos atletas pero estaban todos divididos y entrenando cada uno por su cuenta, entonces lo que primero necesitábamos era que el equipo se sienta como equipo, se sienta respaldado por el Cuerpo Técnico, y en el trabajo darles la confianza para que sientan que son parte de algo. Mucho tiempo la selección nacional estuvo dividida, se juntaba solo para los torneos, sumado a eso los problemas federativos, y era como que el Taekwondo argentino estaba todo dividido y cada uno peleando por su parte, no había unidad. Y nuestro principal objetivo fue ese, formar una unidad de trabajo con el equipo, que es lo que también nos da la confianza de atleta-entrenador. Entonces nos juntamos, empezamos a planificar, se empezó a tratar de ver a los deportistas más profesionalmente y tratar de sacar los mínimos errores porque también son peleadores pero tratamos de buscarles el punto justo para que se puedan aprovechar al máximo todas sus cualidades.

 

Y específicamente ¿cómo fue el camino hasta llegar al oro olímpico?

En el caso de Sebastián Crismanich, él es un chico que tenía todas las condiciones para poder hacerlo, la primera vez que yo me crucé con él fue en el 2008, en el sudamericano, que fue cuando tuve la posibilidad de couchear a todo el equipo, después de eso hubo un lapso en el que me echaron y no estuve mas. Después de eso al volver, el primer torneo fue el Campeonato Mundial de Gyeong Ju en Corea, donde llegamos a cuartos de final por la medalla, la cual perdemos por no haber un entendimiento de atleta-entrenador, por una cuestión de tiempo. Terminamos el torneo, nos pusimos a hablar y pude decirle los errores que pude ver desde este lado, por ahí ellos estaban acostumbrados a terminar de pelear e irse, sin haber un análisis o alguien que les venga a decir lo que hicieron, tal vez por no sentirse menos que el atleta.

Nosotros buscamos afianzar el trabajo en equipo y tratar de explotar al máximo las cualidades de los atletas y con Sebastián pudimos hacer un trabajo excepcional, y empezaron a verse los resultados a partir del 2011 cuando conseguimos la medalla de oro en los Juegos Panamericanos y la clasificación olímpica, entonces vemos el progreso no solo de él sino de todo el equipo. En este año durante la gira europea obtuvimos 2 oros, 2 platas y un bronce, salimos campeones por equipos en el Campeonato Sudamericano, y todo esto entiendo que es producto de la excelente relación que tenemos con los atletas, si hay una unión, esa unión hace la fuerza y se puede pelear contra cualquier cosa.

Recuerdo cuando me preguntaste, en la conferencia de prensa previa a los juegos, ¿qué táctica íbamos a utilizar en Londres? Y yo te respondí que íbamos a tratar de llevarlos a hacer lo que nosotros queremos que hagan, pero si el atleta no tiene la confianza con el que está sentado atrás para poder hacerlo, es muy difícil poder llevarlo a la práctica.

Hoy, en este momento, todo el equipo: atletas, cuerpo técnico y en mi caso como coach, tenemos una unión muy fuerte, tratamos de que los objetivos de los atletas sean también nuestros, o sea, si el atleta gana, gana el equipo, entonces a base de eso creo que ellos también hicieron un click en su cabeza, se sintieron apoyados, confiados y eso nos hace las cosas mucho más fáciles.

 

Cuerpo Técnico completo de la Selección Argentina de Taekwondo : Gabriel Taraburelli, Vanina Sánchez Berón, Raúl Zambrano, Leonardo Gambluch y Marcelo Casco.

 

El equipo olímpico pasó mucho tiempo en el exterior conviviendo todos juntos, ¿Crees que las diferentes concentraciones que realizaron fueron determinantes para obtener estos resultados?

Totalmente, el hecho de quedarnos en el Centro de Alto Rendimiento La Loma (San Luis Potosí, México) entrenando 2 meses, hizo que se genere una confianza plena, allí empezás a conocer al atleta como persona y a raíz de eso uno también puede compartir no solo en lo técnico sino también en lo personal con ellos y eso ayuda mucho a que se puedan alcanzar los objetivos.

Los campamentos y las giras nos dieron mucho para poder corregir y para poder cambiar también la cabeza del atleta y darle toda la seguridad de que puede hacerlo porque tiene todas las condiciones para lograrlo.

El trato, la convivencia, pelear, perder, nosotros en la gira europea perdimos 2 finales contra Aaron Coock, por errores tácticos, porque también era la idea de que él pudiera ver sus errores, y que yo también se los refuerce y nos demos cuenta en qué estábamos fallando.

 

¿Cómo se cambia el chip de un deportista y/o entrenador que gana el oro olímpico para que siga dando el máximo sin caer en el mundo virtual que ahora los puede rodear: fama, prensa y exposición pública?

Los objetivos son objetivos y se van cumpliendo a medida que va pasando el tiempo, a veces pueden ser exitosos y a veces no. La verdad es que a nosotros se nos fueron dando y volver a la realidad es volver a los próximos objetivos.

Traer una medalla olímpica cambió al Taekwondo argentino en un 100 %, tanto a los profesores, atletas, como a los chicos que recién empiezan. Entonces como que se dio una señal de que el Taekwondo argentino está vivo, que tal vez nosotros de este lado lo veníamos viendo pero al ser un deporte no conocido y cerrado lo veíamos solo nosotros. Hoy los medios, la gente, todos hablan de Taekwondo, la medalla de oro sirvió para que la gente comience a valorar mucho más a nuestro deporte.

Hoy por hoy tengo un equipo motivado, se bajó la persiana de los juegos olímpicos y estamos apuntando al Panamericano de Bolivia, para poder seguir sumando medallas. Es el tiempo de decir: “Hasta acá”, trajimos la medalla, la disfrutamos, lo conseguimos: vamos por más, esta medalla no es el fin, sino el principio. En tan poco tiempo hicimos mucho, conseguimos la medalla en los juegos panamericanos que hace 16 años no se conseguía, conseguimos el campeonato sudamericano por equipos, trajimos resultados de la gira europea y ahora la medalla olímpica, entonces venimos haciendo historia y queremos seguir haciendo historia.

 

Gabriel, ¿cuál es la fórmula, cómo se fabrica un campeón olímpico?

Con mucha confianza, mucho trabajo, explotando al máximo las cualidades de un deportista sabiendo hacia donde vamos y teniendo fe en nosotros mismos y en nuestro trabajo. Yo siempre dije que los juegos olímpicos son para romper estadísticas, para romper records mundiales y para quebrar todo. Un juego olímpico es algo distinto a cualquier otro campeonato. El secreto fue que nos concentramos en lo que queríamos hacer y por sobre todo la confianza en lo que nosotros hacemos.

 

 

Sebastián no había tenido un buen 2009 ni 2010 y luego de tu entrada al equipo todo pareció mutar rápidamente ¿Cómo fue este proceso de cambio?

Sebastián era un competidor con mucha actitud, y esa actitud a veces le jugaba en contra porque en la desesperación de querer pelear, él iba a pegar y pegar y pegar, y tal vez íbamos ganando y él seguía yendo a buscar y de esa forma en ocasiones terminaba perdiendo el combate. En ese momento su mentalidad era “para ganar tengo que patear” y a veces para ganar no siempre hay que patear sino también aprender a manejar los tiempos, y fue mucho eso, de ponerle un poco más los pies sobre la tierra y mostrarle que hay que aprender a pelear más con la cabeza que con el corazón. Si uno esta tranquilo puede leer con la cabeza el combate de otra forma. A veces este tipo de detalles parecen errores pequeños, pero hacen diferencia a la hora de resolver el resultado en un combate. Poderle transmitirle y hacerle ver esos errores y lograr que los entienda, creo que fue todo lo que Seba limpió en este proyecto para poder salir campeón.

 

Gabriel, lograste el máximo galardón que cualquier técnico deportivo quisiera alcanzar, hoy en día muchos paises quisiera tenerte como entrenador de su equipo nacional, ¿qué es lo que representa la selección nacional para ti y por qué eliges quedarte en la Argentina?

Para mi la selección argentina es lo máximo, peleé para la selección y ahora que estoy de este lado siento que también sigo peleando para la selección. Yo creo que es lo máximo que le puede pasar a un entrenador, ser el entrenador nacional de su país, pero para mí especialmente es un orgullo y una satisfacción enorme.

Y me quedaría en la Argentina, en primer lugar porque amo a mi país, y creo que aún hay mucho más por hacer, me gusta mucho ponerme metas y luchar hasta alcanzarlas. Además de que formo parte de un proyecto colectivo, tanto el cuerpo técnico como la CAT hoy estamos alineados, antes esto no existía, antes los atletas éramos los que peleábamos por nuestro país, y hoy en día somos todos los que peleamos: atletas, cuerpo técnico y los directivos. Eso nos da más tranquilidad para trabajar, sentirnos cómodos y que las decisiones que tomamos sean respaldadas por la CAT nos facilita mucho el trabajo al cuerpo técnico.

El equipo argentino tiene mucho mas para dar, hay un trabajo alineado, prolijo y muy profesional atrás, desde la raíz hasta la punta del árbol. Creo que uno de las mayores contribuciones que hemos logrado hacer con este proyecto de trabajo es instaurar en el mundo nuestro propio estilo de combate, hoy ya todos pueden identificar “el estilo argentino”.

 

La única medalla de oro de América la ganó Argentina ¿Cómo te hace sentir a ti como responsable técnico de este histórico triunfo?

A mi me toco estar ahí, es lo que me gusta y lo que se hacer. El otro día leí la nota que publicaron en masTaekwondo.com sobre Juan Antonio Ramos (Ver Nota), donde decía “Quiero ser el mejor entrenador del mundo”, y de eso se trata, de verlo, de verse uno mismo allí y querer serlo. Estamos dentro de un sistema que es muy competitivo, pero nosotros también estamos dispuestos a competir, todos queremos lo mismo, seamos de Sudamérica, Europa o Asia, todos pelean para ser campeones y nosotros también, todos quieren ser los mejores entrenadores del mundo y yo también.

Pienso que nada es imposible, que todo se puede lograr, hay que proponérselo y luchar para cumplirlo, que los sueños no queden solamente en sueños, hay que buscarlos y luchar hasta que se hagan realidad.

 

 

Matías Rojas, Exclusivo masTaekwondo.com

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