Los Olímpicos siempre nos traen grandes sorpresas. Hay momentos que se quedan grabados para siempre, por algo es la máxima fiesta deportiva de la humanidad.

Recuerdo en el año 2000 a un tal Ian Thorpe y una tal Inge de Bruijn que cruzaban las piscinas cual si fueran unos magníficos delfines. Recuerdo también a una aborigen llamada Cathy Freeman que prendió el pebetero y días después ganó los 400 metros planos corriendo con un traje como de hombre rana. Cómo olvidar a una señorita capaz de cargarme por encima de su cabeza y que fue la primera mujer en la historia que le daba una medalla de oro a mi país, una tal Soraya Jiménez. Y por supuesto que nunca olvidaré haber estado despierto toda la noche viendo a un señor llamado Víctor Estrada peleando una y otra vez en la ronda de repechaje para alcanzar el bronce Olímpico.

En el 2004 yo cursaba mi primer semestre en la Universidad. Jamás olvidaré el día en que los argentinos le ganaron a Estados Unidos en el basquetbol, o la vez que el chino Liu Xiang ganó los 110 metros con vallas, tampoco se me va olvidar cuando un payaso hijo de puta sacó de la calzada al brasileño Lima faltando ya muy pocos kilómetros para terminar el maratón. Y por supuesto que nunca olvidaré las salidas entre clases con el señor de las quesadillas de al lado de la escuela para poder ver las peleas de Oscar, Iridia y Víctor.

 

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2008 es el año Olímpico que recuerdo con más claridad, quizá porque fue el proceso que más de cerca viví. Hubo tantas estrellas brillando en ese año que fueron quince días completos en los que prefería ver las competencias por televisión que dormir entre entrenamientos. Recuerdo haber visto en vivo a Usain Bolt rompiendo la marca de los 100 metros, también recuerdo como Yelena Isinbayeva rompió el récord en salto con garrocha durante su tercer intento (Sí, a ella la recuerdo muy bien), la polémica cuando Phelps llegó a la meta casi al mismo tiempo que el serbio y recuerdo muy bien al panameño Irving Saladino ganando la primera medalla de oro en la historia para su país en salto de longitud. Por supuesto que jamás olvidaré la casa de locos en la que se convirtió la villa de femenil del CDOM en donde nos estaban dando chance de ver las peleas de Memo, el coraje que me dio ver perder a Idulio y el mar de lágrimas de mi familia en casa de la abuela donde vimos a María subir a lo más alto del podio.

Hoy hay en Londres mucha gente a la que le tengo cierta estima: Diogo Silva, Helena Fromm, Sebastián Crismanich, Natalia Flavigna, Yeny Contreras, Carlo Molfetta, la delegación cubana de TKD con quienes tuve la oportunidad de convivir antes de que salieran, mis compañeros mexicanos Janet, María, Diego y Erick, algunos camaradas de otros deportes como René Serrano, Lalo Vélez, Nabor Castillo, Vanessa Zambotti y mi amiga reportera @Katilunga. A todos les deseo una feliz estancia y disfruten mucho de la competencia, aquí atrás nos quedamos echándoles porras.

¿Qué sorpresas nos esperarán para este 2012? Por lo pronto yo ya vi a una niña de quince años rompiendo un récord en las albercas, ya perdió Phelps y esto a penas va comenzando…

 

AVISO:

La próxima semana y por única ocasión el semanario lo enviaré para su publicación el día martes, ya que el miércoles todos vamos a estar muy ocupados…

 

 

@ChavaPerezFauno

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