La polirradiculoneuritis que mantiene laxos sus dos brazos le dificulta su dÃa a dÃa y, por supuesto, la práctica del taekwondo. Pero Alex Ãlvarez Vidal (Ribeira, 1981) nunca se ha rendido. Superación es su palabra referente. Y asà lo demostró hace pocas fechas cuando se proclamó medalla de bronce en el Campeonato Gallego Absoluto en peso minimosca. Lo hizo después de ganar un combate y perder en semifinales contra Francisco PadÃn (campeón sub-21).
“Es evidente que no parto en igualdad de condiciones que mis contrincantes, pero yo he escogido medirme a ellos. Por eso, utilizo mis armas”, explica el taekwondista de Barbanza.
Cambia bloqueos por esquivas y basa su éxito en una gran rapidez tanto de ejecución de técnica como de defensa. “No puedo mantener la guardia alta, porque no dirijo los brazos. Pero esquivo bien y alguna patada incluso soy capaz de bloquearla con dificultad”, comenta.
En sus primeros campeonatos (antes de disputar el absoluto habÃa ganado el gallego de promesas) sus rivales se sorprendÃan al verlo, una ventaja que ya no tiene. “Reconozco que el torneo que gané quizá fue porque los rivales no contaban conmigo. Pero ahora ya me conocen y van todos a muerte a por mÃ, como si no tuviera minusvalÃa alguna. Y yo lo prefiero”, reflexiona.
- Mundial ParalÃmpico
Cuatro años después de vestirse su primer dobok y meses antes de examinarse para cinturón negro (es marrón y las pruebas las tendrá en diciembre de este año), Ãlex sueña con disputar el Mundial ParalÃmpico, que se celebrará el 11 de junio en Bakú, capital de Azerbaiján.
“El problema, como siempre, es el dinero. Ojalá pudiera ir, porque es un campeonato oficial organizado por la Federación Mundial… Todo depende de las ayudas que tengamos”, reflexiona momentos antes de iniciar su sesión de hora y media diaria de entrenamiento en el club de Ribeira.
- Trabaja de noche, duerme por la mañana y se entrena por la tarde
Lejos de tener ventaja alguna por su minusvalÃa, Ãlex Ãlvarez añade a los entrenamientos diarios la dificultad de tener que trabajar por las noches. Es administrativo en una empresa del puerto y su horario es de once a dos de la mañana y de cinco a diez.
“Salgo rendido y me voy a dormir, como, doy un pequeño paseo y me voy al gimnasio para trabajar una hora y media diaria. Es duro, pero me gusta y cualquier sacrificio queda compensado con esta medalla conseguida”, reflexiona el deportista. En su club, el Natural Vidal Armadores, es uno más y asà trabaja cada dÃa. “No hacemos distinciones. Si en los campeonatos puede pelear con cualquiera, los entrenamientos los tiene que hacer como el resto”, explica Juan Luis MartÃnez, su entrenador.
Además de pelear en Galicia, Ãlex ya tiene experiencia en el extranjero. El pasado año acudió con su equipo a una gira por México. “Tanto allà como en el Open de España hicimos una exhibición con él y un taekwondista ciego. Tuvieron tanto éxito que ya tenemos más solicitudes”, subraya MartÃnez.
- Abrocharse un pantalón
La vida la afronta con una perpetua sonrisa y mucho coraje. Pero las dificultades siempre han estado ahà presentes. “Cada vez resulta todo más sencillo. Ahora, hasta conduzco un ciclomotor, algo que extraña mucho a la gente. Sin embargo, antes sà que he tenido que superar muchas barreras”. Y recuerda una de las cosas cotidianas que más le costaron. “El dÃa que conseguà abrocharme los vaqueros conseguà un pequeño triunfo más”.
Por estas dificultades y este afán de superación, Alex tiene ahora una medalla que le sabe “a oro olÃmpico”, asegura.
(Fuente: La Voz de Galicia)