Poco podía imaginarse ella en los años 80, cuando dirigía un hospital misionero en Zimbabwe, que conseguiría cumplir su sueño de adolescencia ya en su madurez y aún como religiosa y misionera: representar a su país, Singapur, y conseguir una medalla en un evento deportivo internacional. La hermana Linda Sim consiguió la medalla de plata en el recientemente realizado “2013 Chuncheon Korea Open International Taekwondo Championships”.
Una niña busca “el mejor” ejército
De niña, a los 7 años, la pequeña Linda quería ser militar. Alguien le dijo que no le dejarían, y empezó a pensar en servir en el mejor “ejército” de todos: el ejército de Dios, la Iglesia.
Mientras llegaba el momento, en 1971 se apuntó a unos cursos de artes marciales que se impartían en la parroquia de San Vicente de Paúl de Singapur. Ahí se enamoró del Taekwondo.
“Mi padre no quería que yo hiciera artes marciales, pero mi madre sí, me acompañaba a todas partes. Cuando me golpeaban en la cabeza, ella cerraba los ojos y no los abría hasta finalizar el combate”, recuerda la hermana Linda.
Durante 7 años se volcó en el deporte y consiguió su cinturón negro.
Con los enfermos de África
En 1978 se reforzó la llamada de Dios y entró en el noviciado de una congregación misionera, las Franciscanas de la Divina Maternidad.
Y formulados los votos, la enviaron al continente de misión por excelencia: África. Dirigió un hospital durante 3 años en Zimbabwe.
Luego fue enviada a Inglaterra, a trabajar en el fomento de vocaciones y la formación de novicias. Vivió allí 17 años y en 2004 volvió a Singapur.
En todo este tiempo, se mantuvo muy disciplinadamente en forma practicando por su cuenta el Taekwondo “Poomsae”, ideal para la práctica en solitario.
Taekwondo para niños con cáncer
De vuelta a Singapur, siendo coordinadora en hospital Mount Alvernia, decidió aplicar el “Poomsae” a las terapias de rehabilitación de los niños con cáncer, en un programa apoyado desde 2006 por la Federación de Taekwondo de la ciudad-estado.
La hermana Linda y los médicos han visto los beneficios del Taekwondo “Poomsae” en los niños más jóvenes, ayudándoles antes y después de la quimioterapia.
“Para mí -dice Linda– es un privilegio y un honor dirigir a estos chicos y aprender de los entrenadores de la Federación que están en el Hospicio San Francisco de Asís para dar clases teóricas y prácticas”. Gracias a este programa, los “Chicos del Asís” ganaron en un campeonato en 2007 hasta 6 medallas de oro, 2 de plata y una de bronce.
Y la hermana logró su medalla
Fue años después, en julio de 2013, cuando Linda consiguió su medalla de plata en Corea del Sur, en un open internacional: “Pensé que ya era demasiado vieja, pero al parecer no lo soy todavía”, comenta divertida.
Y asegura a los periodistas que la entrevistan que está encantada de haber seguido su inspiración de la infancia: servir “en el ejército de Dios”.
Fuente: Religión en Libertad
Equipo masTaekwondo.com
Muy buena acción bravo
Awesome!!!!!
Un espíritu fuerte, más una fe fuerte pueden hacer maravillas; sumado lo anterior a acciones y decisión se convierten en la mano de Dios.
Excelente ejemplo de pasion por el TKD.
Esta es la gente que vale la pena en la vida…
Todo esfuerzo tiene una recompensa y Dios le da la fortaleza.
¡Respetables!
Que bien uuumm que alegria
Admirable en serio!
Son los beneficios de las ARTES MARCIALES!
exelente felicitaciones para ella…..
genial ¡¡¡¡
respeto y sabiduría implacable (Y)
admirable es la palabra q la define!!!!!
Que lección para nosotros 😀
Excelente persona y es una maestra de la misericordia
Un ejemplo
Ejemplar; digno a seguir…
exelente
태백품새
Éstas cosas me reconcilian con el ser humano
un ejemplo a seguir
Eso es un ejemplo de todo lo bueno que se puede hacer cuando se entiende el Taekwondo como ARTE MARCIAL, reducirlo a un simple deporte es quitarle su verdadera esencia
Esta senhora merece respeito de todos os praticantes desta magnifica modalidade,e demonstra como aplicar o taekwondo para ajudar quem mais necessitam sem nada em troca,a não ser um sorriso de uma criança.
Sin límites, VIVA EL TAEKWONDO, Un camino para vivir