El taekwondo y el empoderamiento femenino hacen una mancuerna perfecta. Así lo demuestra este legendario arte marcial en Guatemala, donde cuenta con una presencia protagónica de las mujeres, tanto a nivel profesional como en el ámbito social.

Este año arrancó un programa que busca reinsertar emocionalmente a las mujeres víctimas de trata de blancas, a través de la práctica del Taekwondo. Apenas con algunos meses, ya se han atendido a cerca de 20 mujeres, en Quetzaltenango.

En tanto, profesionalmente, luego de más de un año lejos del dojang, los atletas guatemaltecos regresaron a competir en junio al Campeonato Panamericano, celebrado en Cancún, Quintana Roo, México, y se hicieron con cuatro medallas de bronce, tres de ellas ganadas por mujeres.

Víctimas de trata

La idea del programa que atienda a víctirma de trata de blancas es que el taekwondo funcione como un complemento en dos líneas: en la reinserción emocional y en la prevención, explica Saúl Lorenti Orellana, director técnico de la Federación Nacional de Taekwondo de Guatemala (FNTG).

El Informe sobre Trata de Personas, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) refiere que las mujeres siguen siendo las principales afectadas por este flagelo. Según el reporte publicado en 2020, 45% de las víctimas en Guatemala son niñas de entre 14 y 17 años.

Con las mujeres rescatadas de trata ya existe un daño hecho, pero la idea es que esta disciplina les dé, en un principio, seguridad y, al mismo tiempo, defensa personal y principios, ya que “el daño psicológico es muy grande”, admite Lorenti.

También se busca incidir en “un reajuste del pensamiento”, sobre todo, en las poblaciones con mayor analfabetismo, donde las mujeres suelen percibirse sin salida. Además de elevar su autoestima y empoderarlas para que puedan denunciar, agrega el director técnico de la FNTG.

Guatemala recibió en septiembre de 2020 un reconocimiento internacional por hacer del taekwondo un deporte para empoderar a las mujeres, a las niñas y a los niños en situación vulnerable. La distinción le fue otorgada por parte del Comité Olímpico Internacional, y el Ministerio de Cultura, Deporte y Turismo de Corea del Sur, nación cuna de esa práctica.

Uno de los programas más sólidos y exitosos, que le dio la vuelta al mundo en 2015 y con el que Guatemala estre- nó esa vertiente del taekwondo como herramienta de empoderamiento, es el que trabajan con las niñas del depar- tamento de Tipulcan, en Alta Verapaz, uno de los municipios con alto índice de violencia contra la mujer.

Bajo la instrucción de Dany Coy, profesor de la FNTG en Tipulcan, al menos 50 niñas de origen maya han participado del entrenamiento, incluso con sus atuendos cotidianos, en respeto a sus usos y costumbres, lo que causó, en su momento, mucha más admiración de la comunidad mundial. Aunque ahora la pandemia es un obstáculo más, el programa busca salir adelante con la asesoría, a través de un chat de tareas y de la visita del ins- tructor, al menos una vez al mes, dadas las restricciones aún vigentes.

Este programa ha sido tan importante que, incluso una de las alumnas, Miriam Cucul Sam, de 17 años, ganó un torneo federativo.

COI reconoce labor de miembro ejecutivo de WT María Borello

A nivel de competencia

La presencia femenina también ha sido crucial en los terrenos ganados por el taekwondo en términos de
de gestión. Una mujer clave ha sido María Rosario Borello Castillo, mejor conocida como Mary. Justo en su calidad de presidenta de la FNTG se consolidaron programas como el de las niñas de Tipulcan, pero también uno muy singular, dirigido a niños con síndrome de Down.

Originaria de Buenos Aires, Argentina, y radicada en Guatemala desde hace décadas, Mary Borello también ha dado gran vigor al taekwondo profesional. Así lo reconocen algunos exatletas, como Heidy Juárez, la taekwondoín guatemalteca que ha estado más cerca de ganar una medalla olímpica: “El taekwondo no era conocido en Guatemala, pero la lucha de Mary Borello impulsó a muchas personas no sólo a practicarlo sino a tener academias”.

La relación de Borello con el taekwondo en Guatemala suma ya tres décadas. Y su pasión también la convirtió en Executive Council Member de la Federación Mundial de Taekwondo, de la que forma parte desde hace 25 años y contando. También ha sido integrante de diversos comités de arbitraje en los Juegos Olímpicos. Su presencia es tan destacada que algunos medios la llaman “la dama de hierro del taekwondo mundial”.

Bajo el mandato de Borello en la FNTG, Guatemala ingresó en el circuito olímpico en Sydney 2000 con José Gabriel Sagastume, quien repitió en Atenas 2004, donde quedó en 5º lugar, junto con Euda Carías, y donde Heidy Juárez quedó en 4º posición, en un momento en el que sólo había un bronce en disputa, “si no, hubiera sido la cuarta medalla, segundo bronce”, relata la propia Mary Borello.

Para la aún integrante de la FNTG, en Guatemala se lucha con cierta genética que “lamentablemente no es la más adecuada para este tipo de deporte, el que se caracteriza por gente muy alta y con bajo porcentaje de grasa. Pero contra eso va la técnica”.

En ese mismo sentido, Saúl Lorenti admite que el “gran reto es buscar la forma de compensar en tu atleta lo que no tiene de alcance de piernas, para que resuelva situaciones tácticas, entonces le generas fuerza, elasticidad, flexibilidad y control de distancia. Compensas de alguna manera”.

Los taekwandoínes guatemaltecos no participaron este año en los Juegos Olímpicos de Tokio, pero ya se preparan como un relevo generacional y el objetivo es foguearlos en competencias internacionales.

Millones detrás de medallas

“En 2022 empezamos un nuevo ciclo olímpico, nuestro relevo es joven, y nos interesa que estos atletas, que no tienen puntos, puedan sumar en su cuenta competitiva para empezar a posicionarse cada vez mejor”, dice Lorenti. Y observa que detrás de una medalla olímpica “hay millones de dólares” de los países potencia invertidos en los procesos de sus atletas y de las personas que los rodean”.

En esos procesos de formación cuenta la alimentación diaria, el seguimiento de ciencias aplicadas al deporte, la existencia de centros de alto rendimiento y los fogueos internacionales. “Puedes tener a tu atleta en el ranking 10 del mundo, pero si no hay presupuesto de tu país y no lo puedes llevar a 10 competencias en seis meses, del número 10 se irá al 30 o 40. Sí es importante el presupuesto y siempre va a hacer falta porque va a haber más exigencia”, admite.

Con todo y las limitantes, Guatemala ha rasguñado las medallas olímpicas. Quizá por ello, Mary Borello considera que “los recursos son bastantes cuando los usas con la cabeza”, y refiere que 3% del presupuesto federal va al deporte, monto que se divide entre la Dirección General de Educación Física —que alberga al deporte estudiantil, la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala y el Comité Olímpico Guatemalteco. Estas dos últimas entidades dan presupuesto a la FNTG.

Para Mary Borello, al taekwondo de Guatemala le falta “muy poco” para demostrar en el medallero olímpico su trabajo, sobre todo, por las adaptaciones que a ese nivel se han realizado.

“El esfuerzo que ha hecho la federación mundial para adaptar el taekwondo al sistema olímpico ha sido millonario y terriblemente grande, en el sentido de desarrollar petos y cabezales electrónicos, capacitar a los árbitros para que no haya subjetividad y un trabajo, en general, de más de 20 años de ser deporte olímpico”, dice Borello, quien considera que el reto inmediato para Guatemala es mantenerse en el circuito olímpico.

Para la exatleta Heidy Juárez, quien se retiró de la práctica olímpica por lesiones, pero se graduó como licenciada del deporte y cuenta con una academia donde instruye a niños desde un año de edad, existe otro desafío más: lograr una formación a edades más tempranas.

La problemática en la formación de nuevos atletas radica en la incredulidad de muchos padres acerca de que el deporte es una forma de vida redituable. Llevan a sus hijos a entrenar, pero luego cortan su formación de alto rendimiento, expone la instructora.

Es clave que la formación de un atleta comience a una edad más temprana: “Un joven preparado desde niño, supera en mucho a un joven que inicia a los 15 años”, concluye.

Fuente: Forbes