El alemán Thomas Bach fue reelegido este miércoles para seguir cuatro años más como presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), una organización que dirige desde 2013, y prometió que los Juegos de Tokio, marcados por la pandemia del covid-19, serán “seguros” y podrán disputarse este año.

El dirigente bávaro de 67 años, único candidato en liza, obtuvo la casi unanimidad de apoyos, con 93 votos a favor, cuatro abstenciones y un voto en contra, en la 137ª sesión del COI, que debía haber tenido lugar en Atenas y que se celebró finalmente mediante videoconferencia.

Salvo que haya un cambio en los estatutos del COI, tendrá forzosamente que abandonar la presidencia en 2025.

Este excampeón olímpico de esgrima recibe el encargo para este segundo mandato en un momento de especial dificultad por unos preparativos para los Juegos de Tokio muy condicionados por la pandemia y especialmente por la llegada de variantes más contagiosas del covid-19, que impiden la relajación de las precauciones sanitarias.

“Tokio sigue siendo la ciudad anfitriona mejor preparada de la historia olímpica y por el momento no tenemos ninguna razón para dudar que la ceremonia de apertura tendrá lugar el 23 de julio”, aseguró Bach.

“La cuestión no es saber si los Juegos se van a disputar, sino cómo”, insistió.

En su opinión, las numerosas competiciones internacionales organizadas desde mediados de 2020, muchas de ellas antes de la llegada de la vacunación, “prueban” que los eventos deportivos son posibles “preservando la salud de todos”.

– “Sacrificios” en Japón –

Bach prometió que los Juegos de Tokio serán “una manifestación segura de paz, de solidaridad y de resiliencia de la humanidad ante la pandemia”.

Sin embargo, advirtió que el esfuerzo conlleva “sacrificios”: el mundo olímpico depende en gran medida de las decisiones de las autoridades japonesas sobre la presencia o no de espectadores extranjeros o incluso de si deciden que el evento pueda ser totalmente a puerta cerrada.

La 137ª sesión del COI aprobó de manera unánime -además de cuatro abstenciones- el balance de su “Agenda 2020”, la hoja de ruta aprobada en 2014 y cuyo 85% de propuestas han sido llevadas a cabo.

Bach apoyó el balance de su primer mandato en el refuerzo de los intereses del COI y sus recursos financieros, así como en la reforma del proceso de atribución de sedes, en el que ha buscado reducir los costes.

En 2014 firmó un contrato con la cadena estadounidense NBC, concediéndole los derechos de televisión de los Juegos hasta 2032 por 7.650 millones de dólares (6.430 millones de euros). Pero además de ello ha potenciado de manera muy importante el programa de patrocinios internacionales.

Con las sedes olímpicas de 2024 para París y de 2028 para Los Angeles, en el horizonte aparece para Bach la cita de 2032, para la que recientemente se concedió estatuto de “candidata preferencial” a la australiana Brisbane.

– Nubes oscuras sobre Pekín-2022 –

Por contra, en los últimos años ha tenido que hacer frente también a escándalos, especialmente por el sistema de trampas y dopaje de Rusia, que ha marcado gran parte de la actualidad internacional en numerosos deportes, con los Juegos de invierno de Sochi-2014 como uno de los momentos más controvertidos.

Después del estallido del caso, decisiones contradictorias del COI, la Agencia Mundial Antidopaje y del Tribunal Arbitral del Deporte generaron igualmente controversia.

Bach insiste en el mantenimiento del principio de “neutralidad política”, de la mejora del impacto climático y de una mayor presencia femenina en las organizaciones.

Pero una tormenta política se avecina para él, con los llamamientos a boicotear los Juegos de invierno de Pekín-2022, principalmente por la represión china contra la minoría musulmana de los uigures.

Para el COI, este debate coincide con una revisión en curso del artículo 50 de la Carta Olímpica, que prohíbe por el momento toda “manifestación o propaganda política, religiosa o racial”.

FUENTE: AFP