Fernando Akilian

Lic. Prof. Fernando Akilian
Maestro de Taekwondo 4ºDan Kukkiwon
Profesor de Educación Física
Licenciado en Actividad Física y Deporte
Licenciado en Ciencias de la Educación
Autor del libro “Taekwondo Olímpico. Enseñar el arte de jugar el deporte”

 

Introducción

En el presente artículo abordaremos humildemente un tema sumamente complejo como es el de cubrir el cargo de entrenador de un seleccionado en el ámbito del Taekwondo deportivo. Se pretende generar un material de comprensión y reflexión sobre esta acción sabiendo de los distintos tipos de entidades que gobiernan un deporte y tipos: pequeñas, medianas o grandes como así también los roles y funciones de cada uno de los actores. También, en el presente artículo invitaremos a los lectores a realizar un breve análisis conceptual sobre cuál sería el perfil de un entrenador actual, cuáles deberían ser sus saberes previos, y todas aquellas habilidades esperables para ocupar un rol que tiene implicancias directas sobre cada uno de los sujetos a su cargo y por qué no, el futuro de una gestión institucional.

 

Desarrollo

El año 2020 nos encuentra en épocas de Juego Olímpico y Paralímpico, cargado además de un Taekwondo con múltiples clases, modalidades y categorías de competencia por lo que, en situaciones óptimas, se debería contar con un numeroso cuerpo técnico nacional. Por otra parte, con el avance de los años, el rol y la función de entrenador fue haciéndose cada vez más específico debiendo promoverse la estricta elección de aquellos que desean ocupar estos puestos. Un entrenador a cargo de la selección de un deporte siempre fue aquel conductor que poseía estrictamente los saberes y estrategias necesarias para poder transmitir todo aquello que debiera ser superador en complejidad y grado de abstracción de los formadores en las fases anteriores en la carrera de un deportista, ya sea en la iniciación y/o especialización de dicho deporte. Luego de este supuesto podríamos decir que estaríamos frente a un sujeto que es especialista en todos aquellos aspectos técnicos, estratégicos y tácticos de ese deporte, y en algunos casos, relacionados con la preparación física. Sin embargo, los deportes y, el Taekwondo no le es ajeno, fueron evolucionando, encontrándonos hoy con una gran cantidad de categorías y modalidades, debiendo generar así una preparación más sólida de aquellos que desean ocupar esos puestos. En caso de iniciar la búsqueda de todo un cuerpo técnico en el Taekwondo actual, deberíamos pensar en cubrir los seleccionados de cadetes, juveniles y adultos, masculino y femenino, convencional y para-Taekwondo, ya sea en formas como en combate. (N. de la R.: Invitamos al lector para que haga la cuenta de cuántos entrenadores se necesitarían). Claro que, ante tanto especialista y recurso humano, creemos que un Director Técnico debería coordinarlos a todos ellos. Nada sencillo.

Atendiendo al desarrollo de los distintos marcos teóricos y curriculos que forman parte de muchos planes de estudio de carreras o cursos a nivel local, los técnicos deportivos dejaron de ser “entrenadores” a secas para pasar hacer “entrenador-educador”. Esto se evidencia con la actualización de esos programas destinados a la construcción de un perfil de profesionales del deporte y la inclusión de la Pedagogía deportiva como parte de aquel sujeto en formación y sus futuros destinatarios.

Para la elección de un entrenador-educador, una Comisión Evaluadora debería elaborar lo que se denomina: Perfil Profesional.

Qué es un perfil profesional? La bibliografía, en general, la define como la descripción clara del conjunto de capacidades y competencias que identifican la formación de una persona para encarar responsablemente las funciones y tareas de una determinada profesión o trabajo. Como esto, también podemos definir qué es un perfil de egresado en un nivel educativo o carrera.

Es decir, frente a la necesidad de ocupar un puesto o acceder a un nivel educativo, debemos acreditar ciertas habilidades que subjetivamente se elaboran con el fin de poder posicionarse en un lugar o espacio.

 

Comisión Evaluadora

Podemos definir una Comisión Evaluadora como un conjunto de personas que deben dar un juicio de valor sobre algo o alguien, en este caso, analizar los recorridos de vida y experiencias previas para la elección de un entrenador.

¿Quiénes y cuántas personas podrían conformar esa Comisión evaluadora? Se sugiere que sea un número impar de miembros y para ser viable la discusión o debate entre ellos que esté integrada por 3 o 5 personas logrando así una mayoría en el momento de la votación en la elección.

Para asegurar distintas miradas, ecuanimidad y un debate enriquecedor, los integrantes de esta “óptima” y sugerida Comisión Evaluadora podría estar conformada por un representante de la Comisión Directiva de la entidad, un entrenador especialista, el director técnico coordinador de entrenadores, un representante del seleccionado adulto de deportistas y un evaluador externo especializado académico en formación de entrenadores.

 

Primero realizar un llamado amplio y público

Antes de lanzar la convocatoria para cubrir un cargo, es necesario que la entidad y sus especialistas, elaboren el perfil del profesional que buscan y los requisitos que estos deberían poseer antes de inscribirse, conjuntamente con un calendario donde se explicite el programa del proceso de selección: la fecha de inscripción, la fecha donde se evaluarán las propuestas y antecedentes de los postulantes, el día que se desarrollará el coloquio ante la Comisión, la fecha del resultado y por último, una fecha alternativa por si alguno de los postulantes desea apelar y revisar el dictamen.

La Comisión realizará una evaluación que forma parte de un juicio de valor subjetivo de sus integrantes. El grado de experticia, experiencia y ética profesional de sus integrantes harían que la toma de decisión fuera la más justa y ecuánime posible.

 

Formación y acreditación de saberes

En artículos anteriores publicados en mastkd.com fundamentamos la promoción de una educación intencional, sistemática y contextual, como son los ámbitos de la educación no formal, a que entrenadores reciban formación científica para así poder tomar contacto con las distintas ciencias y disciplinas actualizadas que les provean de herramientas pedagógico-didácticas. Como decíamos en aquellos artículos, los saberes conceptuales y marcos teóricos pueden ser adquiridos a través de programas desarrollados por el Estado a través de espacios de capacitación dirigidos por un Ministerio de Educación o, en caso de que exista, la misma entidad que regula el deporte, forme a sus entrenadores a través de cursos sistemáticos y continuos obteniendo mediante una evaluación, la promoción y acreditación de estos saberes. ¿Cuál sería el objetivo de estos espacios formativos en la búsqueda de entrenadores? Que se diferencie la doxa de la episteme, la pseudo didáctica de la didáctica erudita, el saber vulgar del saber sabio. Es decir, poder fundamentar todo quehacer pedagógico-didáctico en las sesiones de entrenamiento y en la planificación.

 

Habilidades comunicativas

Todo entrenador-educador debería contar como habilidad personal una forma de comunicación que genere empatía entre sus integrantes. Esto no quiere decir que haya que llevarse perfecto con todas las personas (dirigentes, entrenadores colegas, deportistas, padres) pero si poder tener la suficiente lectura de cada situación que se pudiera ir dando y contar con los valores sociales y humanos para poder resolverlos. También la traducción de saberes, la motivación en las sesiones prácticas que serían claves en las épocas actuales por las características de los sujetos-deportistas para luego enseñarles a aprender. La retroalimentación entre el entrenador y los integrantes de un seleccionado son de suma importancia para un mayor crecimiento personal entre sus miembros y la compresión de cada una de las acciones que se van desarrollando. Por ejemplo, un entrenador de una categoría denominada cadete o juvenil debería conocer las características de los púberes y adolescentes actuales, y así poder desarrollar un canal de comunicación óptimo y acorde evitando los cortocircuitos en el mensaje y en las relaciones entre ellos.

 

La elección de un entrenador y un Director Técnico de selecciones. Variables y condicionantes

 

Experiencia laboral

Un requisito y condición para ser entrenador nacional podría ubicarse en la experiencia que el postulante posee de haber dirigido a un equipo a nivel provincial, estatal o, en el caso específico del Taekwondo por su particularidad en diferentes contextos, dirigir su propio equipo de deportistas de Escuela. De esta manera, la práctica de dar clase o dirigir grupos de personas ya habría sido adquirida descartando así que la misma selección nacional no sería “la escuela” de ese entrenador como sucede en muchos casos donde, en reiteradas ocasiones y deportes, un atleta que se retira en el circuito del alto rendimiento es elegido e invitado a ser parte del cuerpo técnico de un seleccionado, mas para compartir sus experiencias que por su aporte científico-profesional.

 

Experiencia deportiva

Este aspecto está basado en conocer si un postulante a entrenador de un seleccionado nacional, pasó por la experiencia, en algún momento de su recorrido como practicante, de competir en eventos deportivos de la especialidad a la que aspira. También, y pasa en el Taekwondo en particular, para los cargos de entrenadores, se estila a que sea practicante y no un aficionado o padre. Hay numerosos casos en el deporte en donde entrenadores sin haber sido exitosos en su carrera como deportistas han logrado ser reconocidos como buenos pedagogos y entrenadores como así también, todo lo contrario, muy buenos deportistas pero que no contaron con las habilidades y saberes necesarios para ejercer como entrenadores.

 

Formación académica

Probablemente, este aspecto en particular, es uno de los más novedosos en el Taekwondo actual dado que las ciencias que le dan soporte científico al deporte, marcan diferencias notorias sobre una única mirada o del sentido común de un entrenador formado solo en la práctica. Existen ofertas académicas en el ámbito de la educación formal y no formal donde un entrenador de Taekwondo puede incursionar ya sea, para actualizarse si ya ejerce como tal, como así también para formarse con aquellas disciplinas y ciencias que le darán sustento al marco especifico de la modalidad que quiere enseñar.

 

Elaboración de un proyecto de selección

Según la modalidad y categoría a la que aspire dirigir, es importante que se plasme en un proyecto escrito, cómo concibe y su ideal de trabajo con ese futuro equipo. En general los proyectos contienen un protocolo de presentación que puede ser facilitado por la Comisión Evaluadora o estar basado en cualquier bibliografía sobre cómo elaborar un proyecto. Allí los miembros del Comité Evaluador deberá leerlo y analizar su coherencia interna, cientificismo, viabilidad de la teoría a la práctica para luego, en caso de ser necesario, consultarle al postulante para que aclare o amplie cuestiones que así lo ameriten.

Un apartado especial se lo llevaría la elección de un Director Técnico. Claramente, a diferencia de sus colegas entrenadores, este debería tener una trayectoria comprobable en diversos ámbitos, una formación académica universitaria que esté por encima de la media de los entrenadores para poder colaborar con ellos en aspectos relacionados con la mirada integral del deportista desde las ciencias del deporte. Sus habilidades comunicativas deberían ser amplias, de consenso, democráticas pero firme también en sus convicciones para poder llevar acabo un ideal de formación deportiva en cada una de las personas que integrarán cada uno de los seleccionados. Velar por la seguridad y la educación moral de todos.

 

Conclusiones

Evaluar a un entrenador y su propuesta de trabajo resulta una tarea compleja. Por lo expuesto, una Comisión Evaluadora debería estar integrada por una mayoría de especialistas del área que puedan transponer y traducir el proyecto y su viabilidad. Esto ya sería un primer punto clave para poder avanzar en la elección. Posteriormente la combinación ideal de elegir a un sujeto que contenga saberes científicos adquiridos comprobables, habilidades comunicativas, experiencia en la modalidad a la que se presenta, el ejercicio manifiesto de haber ejercido la docencia en el TKD y el manejo de grupos. Todo esto constituye un entramado complejo en la evaluación, pero si se cuenta con un organizado protocolo de recepción de propuestas, preguntas y respuestas en los coloquios y la lectura de los antecedentes, puede reducir la carga de subjetividad o de incertidumbre.

Por último, podemos considerar dos aspectos importantes a tener en cuenta en cualquier espacio de elección de un candidato para la elección de un cargo o puesto: la ética y disipar la problemática del subjetivismo. En el primer caso, los integrantes de la Comisión Evaluadora deben poseer una fuerte carga moral y profesional que harán de la evaluación un momento de alto profesionalismo y aprendizaje mutuo (Comisión Evaluadora y entrenador postulante). Y segundo, el subjetivismo, entendido como una acción tendenciosa a favor o contra del postulante generando un beneficio o perjudicando al sujeto. Esto debería ser denunciado por la Comisión Evaluadora o el sujeto ya que rompería con todos los códigos éticos y deontológicos.

Como educadores podemos dar el ejemplo ya sea formando parte de una Comisión Evaluadora o habiéndonos postulados al cargo de entrenador. Pero recordemos a aquel Magister-Maestro en la edad antigua: un ciudadano con un alto reconocimiento moral, ¿por qué? Porque era una buena persona. Un buen ciudadano.

 

Referencias bibliográficas

  • Acosta Hernandez, R. (2005) Gestión y administraciones de organizaciones deportivas. Barcelona. Ed. Paidotribo.
  • Akilian, F. (2009) Taekwondo Olímpico. Enseñar el arte de jugar el deporte. Buenos Aires. Ed. Kier.
  • Jimenez, S. y Lorenzo, A. (2009) La formación de los entrenadores de baloncesto. Sevilla. Ed. Wanceulen.
  • Schoon, D. (1982) Formación de profesionales reflexivos. Buenos Aires. Ed. Paidos
  • Zabalza, M. (2010) Planificación de la docencia en la Universidad. Madrid. Narcea ediciones.