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Los atletas olímpicos cada vez hablan más del sexo en las villas olímpicas y sin pudor. Y es que detrás de los Juegos Olímpicos ocurren otro tipo de encuentros y competencias físicas que algunos hasta las califican como las Olimpiadas sexuales.

Es que al parecer los atletas no sólo compiten en las diversas disciplinas deportivas, si no también en la cama.

“Hay mucho sexo. He visto gente teniendo sexo en público, en los jardines, entre los edificios, casi en cualquier lugar. Los atletas son extremistas. Cuando entrenan, entrenan al máximo. Cuando salen a beber, beben 20 copas. Como es un experiencia única, todos quieren llevarse algo y el sexo está incluido”, comentó Hope Solo, jugadora del equipo de fútbol femenino de EE.UU.

Para el nadador estadounidense Eric Shanteau es algo perfectamente normal. En la villa olímpica se reúnen miles de los cuerpos más atléticos y cuidados del mundo (más de 10.500 serán en Río) llenos de energía convirtiendo el lugar “en el crisol más salvaje y bello que he visto en mi vida”, detalló el deportista.

En los Juegos Olímpicos celebrados en Sydney, en el año 2000, se agotaron los 70,000 condones que se habían otorgado para los deportistas, por lo que los organizadores tuvieron que entregar 20.000 más “de emergencia”. En Beijing 2008 se repartió la olímpica cantidad de 100.000 preservativos entre los deportistas, mientras que para los Juegos Olímpicos de Londres 2012 la cifra ascendió a 150.000, incrementándose en un 50% más.

Pero una ciudad tan caliente y sexual como Río de Janeiro, no podía ser menos y se prepara para entregar un total de 450.000 preservativos. Un número récord que triplica a su antecesor. La cifra equivale a 42 condones por atleta para un evento que durará entre 15 y 17 días.

Desde Barcelona ’92 se impulsó la idea para prevenir enfermedades como el SIDA. Para los próximos juegos en Sudamérica el riesgo es otro, ya que se busca proteger a los deportistas y evitar la propagación del virus Zika, el cual supone un riesgo mayor en cuanto a la malformación de fetos.

Independientemente, el número de preservativos ha ido aumentando al igual que las historias sexuales que se filtran de las villas olímpicas.

En Sidney 2000 el lanzador de peso y medalla de bronce John Godina compartió cuarto con un lanzador de jabalina. “A medida que pasaban los días la puerta de la habitación parecía giratoria. Entraban todo tipo de atletas. Era como Las Vegas y uno aprende a no hacer preguntas”, comentó el atleta.

En los últimos Juegos Olímpicos de Invierno, celebrado en 2014 en Sochi, Rusia, la organización repartió cerca de 100.000 condones para 3.000 atletas, (dos condones por día por atleta), solo hay que imaginar siendo este un país tan frío, cómo va a ser Brasil.

En Sochi, el 70% de los deportistas que acudieron a los Juegos Olímpicos tuvieron sexo durante la competencia. En el otro 30% podríamos encontrar negación ante la culpa de en efecto, haber tenido relaciones, seguramente otros sí se enfocaron en mantener su mente y cuerpo puesto en la competencia que tendrían.

Pero si Sochi fue inolvidable, Río de Jaineiro, con su pasión, se va a convertir en los Juegos Olímpicos más sexuales que han existido, y así, seguramente, evento a evento se irán superando las historias, las anécdotas y los ‘matches’.

 

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Daniel Trapatoni, Exclusivo MasTKD