Fernando_Akilian_100Lic. Prof. Fernando Akilian
Maestro de Taekwondo 4º Dan Kukkiwon
Profesor de Educación Física
Licenciado en Actividad Física y Deporte
Licenciado en Ciencias de la Educación
Autor del libro “Taekwondo Olímpico. Enseñar el arte de jugar el deporte”

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Introducción

El presente artículo, compuesto por tres partes, tiene como finalidad abrir el debate en la comunidad del Taekwondo de habla hispana sobre la necesidad de implementar políticas educativas en las entidades de diferente grado (asociación, federación o confederación) dirigidas a la consecución explícita de aquellas competencias profesionales de quien da clases de Taekwondo, en cualquier ámbito, y su trascendencia en todos los niveles según a quienes estén dirigidas sus prácticas pedagógicas.

El segundo artículo se enfocará en ¿qué se debería enseñar?, es decir, los contenidos. Esta variable didáctica invitará a debatir a los lectores que, sin dudas, movilizará a aquellos que tienen un gran interés en formarse o actualizarse.

Luego, en la última y tercera parte, intentaremos explicitar algunas ideas y acciones con vistas a la puesta en marcha y desarrollo de la formación del entrenador-educador de Taekwondo de manera sistemática, secuenciada, abierta para todos aquellos que deseen incursionar en la docencia del Taekwondo de manera intencional, por supuesto, salvando las coyunturas de cada país, ya que implantar modelos de educación de un país a otro, no siempre es buena idea.

Desarrollo

Fernando Akilian nos presenta un nuevo trabajo. En el presente artículo, compuesto por tres partes, tiene como finalidad abrir el debate en la comunidad del Taekwondo de habla hispana sobre la necesidad de implementar políticas educativas en las entidades de diferente grado.La actualización y formación de entrenadores-educadores en Taekwondo es un tema que está tomando un nuevo impulso en distintos países de América Latina. Los cursos y congresos para instructores siempre estuvieron y, en un gran porcentaje, limitados a los temas propios de la disciplina, como táctica-estrategia, técnicas y poomsae, defensa personal, reglamento deportivo. Por otra parte, hasta no hace mucho tiempo, para dictar clases de Taekwondo era necesario que el practicante debiera poseer el grado de cinturón negro, luego contar con el aval de su Maestro de Taekwondo y así, salir a la búsqueda de un espacio para el dictado de sus clases. Finalmente, como les ha pasado a la mayoría, las clases serían un fiel reflejo de lo que su Maestro les habría enseñado.

La necesidad de formarse como técnico deportivo empieza desde el primer momento en que uno decide ser entrenador (Moreno Arroyo y Del Villar Alvarez, 2004). Esta filosofía formativa instaurada desde aquel que decide ser formador y educador a través del Taekwondo nos permitiría tener una cabal idea de superación profesional como especialistas de este arte marcial y deporte y en los tiempos que corren. La necesidad de estar actualizado surge desde el primer momento en el que uno toma la decisión de educar, de ser factor de cambio, transmitir los valores sociales y morales a través de la actividad física y el deporte e ir en búsqueda a la excelencia. Por otra parte, como se afirma en Akilian (2009) la amplia variedad de contenidos que se pueden enseñar en una clase de Taekwondo y la heterogeneidad del grupo de estudiantes, hace complejo el ejercicio de la docencia sistemática.

A partir de allí comienza un debate sobre cuáles deberían ser las materias, contenidos, perfiles y competencias de ese entrenador deportivo. Tensiones, ideologías e intereses de diversos tipos se interponen en la creación de la carrera o curso formativo. Estos temas los ampliaremos en la segunda nota en masTaekwondo.com.

Ser un entrenador competente. ¿Qué significa?

Para Feldman e Iaies (2010) la definición de competencias y particularmente en los que ejercen la docencia tiene un carácter eminentemente político: en primer lugar porque para su aplicación eficiente requiere necesariamente de una estructura de gobierno adecuada, de modo tal que las políticas educativas del conjunto del sistema funcionen articuladamente hacia objetivos comunes; la mejora cualitativa de los aprendizajes y la disminución de las brechas de inequidad. Por otro lado, la definición de competencias debe ser entendida como “saber hacer” atravesado por las relaciones sociales en las que el docente se desempeña (…), y en tercer lugar, porque vincular la identidad docente, prioritariamente, con sus capacidades y acciones, y no con un estándar de cumplimiento de normas y modos de contratación administrativa, impactará sus modos de organización y representación.

En definitiva, para Feldman e Iaies (2010) la definición del concepto de competencia no es sencilla por la importante variedad de enfoques y usos. Pero, en general, la idea de “competencia” designa un atributo del individuo que posibilita una acción adecuada según las condiciones particulares que rijan esa actividad y se expresa en acciones eficaces según sea el dominio de que se trate.

Por lo antedicho y siguiendo a Moreno Arroyo y Del Villa Alvarez (2004) consideran de gran importancia que las competencias que un técnico deportivo debiera poseer son:

  • Las competencias como persona: poseer capacidad de aprendizaje, análisis de los problemas, adaptabilidad, integridad, responsabilidad, etc.
  • Las competencias para el logro: ambición profesional, constancia, confianza, saber evaluar, etc.
  • Las competencias operativas de comunicación: dominio de la comunicación verbal y no verbal, capacidad de corregir, capacidad de lograr la atención, etc.
  • Las competencias interpersonales: escucha activa, capacidad de negociación, sociabilidad, trabajo en equipo, etc.
  • Las competencias directivas: liderazgo de grupo y de personas, control, toma decisiones, sensibilidad organizativa, etc.
  • Las competencias técnicas: dominio de los medios técnico-tácticos, de la condición física, etc.
  • Otras competencias: idiomas, informática, etc.

En la época actual, el lector podrá coincidir con los especialistas dirigidos a la formación de técnico-deportivos, quienes consideran que la cantidad de años ejerciendo la enseñanza sistemática de una actividad no es solamente el único factor para demostrar sapiencia, sino también aquel que debe ser competente en conductas y acciones que luego serán motivo de una influencia moral y ética en su práctica pedagógica. Y allí, en definitiva, el alumno-deportista será el principal beneficiario.

Otro referente en el estudio e investigación sobre competencias en el ejercicio de la docencia es Perrenoud (2007) quien en una obra digna de ser recomendada sugiere 10 competencias en las que habría que preparar a los futuros docentes y, por qué no, actualizar a los actuales en un ejercicio profesional donde nada es inmutable:

  1. Organizar y animar situaciones de aprendizaje.
  2. Gestionar la progresión de los aprendizajes.
  3. Elaborar y hacer evolucionar dispositivos de diferenciación.
  4. Implicar a los alumnos en sus aprendizajes y en su trabajo.
  5. Trabajar en equipo.
  6. Participar en la gestión de la escuela (yo agregaría, en nuestro caso, en nuestras entidades deportivas como asociaciones, federaciones, etc.).
  7. Informar e implicar a los padres.
  8. Utilizar las nuevas tecnologías.
  9. Afrontar los deberes y los dilemas éticos de la profesión.
  10. Organizar la propia formación continua.

Conclusión

Cuando hablamos de entrenador-educador, estamos haciendo referencia a aquellos entrenadores que deben conocer lo que enseñan, saberlo enseñar y educar, integrando las áreas de la conducta humana (psicomotora, socioafectiva y cognitiva) debiendo ser desarrolladas, afianzadas y reforzadas, a través de las distintas estrategias pedagógico-didácticas llevadas a cabo. De esta manera, saber planificar, conocer las características psico-evolutivas de sus deportistas-alumnos, las capacidades condicionales y coordinativas, teorías del entrenamiento, entre otros saberes, serán clave para poder trabajar, incluso, en planteles multidisciplinarios.

Para lograr cumplir con el objetivo de formar entrenadores, éstos deberán ser competentes en las conductas comentadas anteriormente. Ese entrenador-educador debe formarse, estudiar, pasar por algunas situaciones o experiencias pedagógicas, ser evaluado, certificarse y salir a la búsqueda de alumnos-deportistas al campo, es decir, a la sociedad misma.

No es tarea nada sencilla formar entrenadores deportivos y menos aún, en la actividad llamada Taekwondo, por los prejuicios e imaginarios que circundan a la actividad, en diferentes contextos, áreas, culturas y/o países. Algunos países ya han comenzado, con sus aciertos y sus errores, pero son los primeros pasos. Hay que empezar en algún momento. Existen muchos entrenadores y futuros técnicos con “hambre” de estudio, de aprender.

Referencia bibliográfica:

  • Akilian, F. (2009) Taekwondo Olímpico. Enseñar el arte de jugar el deporte. Buenos Aires. Ed. Kier.
  • Feldman, D y Iaies, G. y colab. (2010) Competencias docentes: un marco conceptual para su definición. Documento en www.fundacioncepp.org.ar (ingreso: 24 de enero de 2014).
  • Moreno Arroyo, P y Del Villar Álvarez, F (2004) El entrenador deportivo: manual práctico para su desarrollo y formación. Barcelona. Ed INDE.
  • Perrenoud, P. (2007) Diez nuevas competencias para enseñar: invitación al viaje. Barcelona. Ed. Grao.

(2ª parte)

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