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Lic. Prof. Fernando Akilian
Maestro de Taekwondo 4º Dan Kukkiwon
Profesor de Educación Física
Licenciado en Actividad Física y Deporte
Licenciado en Ciencias de la Educación
Autor del libro “Taekwondo Olímpico. Enseñar el arte de jugar el deporte”

 

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Introducción

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Varios aspectos pueden ser evaluados y que influirán en una futura programación de la clase de Taekwondo: el aprendizaje de los alumnos/deportistas, la elección del/los método/s de enseñanza del profesor/entrenador, los materiales, el tiempo efectivo de la clase/entrenamiento, la tarea del profesor/entrenador, hasta la gestión de las instituciones que pueden tener implicancia en cada una de las academias o asociaciones de Taekwondo a través de sus calendarios de eventos. Todo lo antedicho puede ser evaluado por distintas personas, por distintos propósitos y por diferentes instrumentos o técnicas.

 

En el presente artículo intentaremos acercarnos al concepto de evaluación y en especial a un primer momento llamado inicial o diagnóstico. De esta forma podríamos responder a algunas de las preguntas en torno a esta acción y práctica, claramente educativa.

 

Por otra parte, esperamos compartir y reflexionar con los actuales y futuros colegas de la enseñanza del Taekwondo sobre esta acción didáctica y que forma parte de un complejo proceso pedagógico, en el que probablemente, en otras épocas, no era muy tenido en cuenta.

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Desarrollo

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La evaluación, en general, es un tema delicado porque expresa el ejercicio de autoridad de un profesor. También, porque se la utiliza como propósito alejado de su función originaria como por ejemplo, para imponer un ritmo de trabajo, mantener el orden, sancionar o mostrar “quien manda”. Sin embargo, la evaluación, es una variable de principal importancia en las actividades educativas no solo en el ámbito “formal” (la escuela y universidad), sino también en el “no formal” tal cual puede suceder en nuestro arte marcial/deporte en cada una de las academias o escuelas donde se enseñe.

 

En las clases de Taekwondo un profesor/entrenador debería planificar sus clases, analizar los problemas que puede haber en ella, comprobar hipótesis, establecer relaciones, comparar, obtener datos, organizar, y así, la lista puede continuar. En cualquier caso, el Profesor/entrenador estará para enseñar, incrementar las capacidades de sus alumnos/deportistas y que aprendan. En ambos casos, es importante que se tenga algún conocimiento acerca del éxito o la pertinencia de las actividades dadas.

 

Según Litwin (1998) desde una perspectiva didáctica, el concepto de evaluar implica juzgar la enseñanza y juzgar el aprendizaje; atribuirles un valor a los actos y las prácticas de los docentes y atribuirles un valor a los actos que dan cuenta de los procesos de aprendizajes de los estudiantes.

 

Siguiendo el concepto de evaluación y en el caso particular del Taekwondo, pareciera que la evaluación sucedería estrictamente en un solo momento: el examen de cinta o luego de una participación en un torneo. En el primer caso, y en base a un protocolo y ceremonial, un alumno debe demostrar que, las enseñanzas que recibió durante un periodo determinado, han sido aprendidas. Para ello, uno o varios Maestros especialistas y en base a un programa de enseñanza donde cada Escuela de Taekwondo diseña, deberá ser la contrastación de tales aprendizajes. En el segundo ejemplo, el puesto que logre el deportista podrá ser el momento de cierre de una etapa que permitirá a posteriori, rediseñar o no el plan de entrenamiento y la contrastación con los objetivos enunciados con anterioridad.

 

Dada la complejidad con la que nos enfrentamos, a la evaluación como acción educativa intencional, podemos estudiarla en base a diferentes clasificaciones. En este artículo en particular, lo haremos desde lo temporal, enfocado en el alumno y que será al principio de un proceso pedagógico, cuya denominación puede variar, llamándola algunos autores “evaluación diagnóstica” y otros “evaluación inicial”. Como su nombre lo indica, estaríamos ante el comienzo de algo, de un período o de un ciclo lectivo. Sin embargo, es muy importante que el Instructor/entrenador tenga en claro qué desea evaluar, a quién o a quiénes y cómo los evaluará para posteriormente procesar los datos y luego tomar las decisiones.

 

Generalmente, cuando retomamos las actividades, luego de un receso o período prolongado en el calendario de clases o deportivo, como lo pueden ser las vacaciones de verano, es tarea del instructor/entrenador evaluar a quienes conforman la clase, ya sea como grupo y también en el aspecto individual de cada deportista/alumno. En ambos casos estaríamos respondiendo a una de las preguntas que nos habíamos hecho antes: ¿a quién/es evaluar?.

 

Al tener definido nuestro primer nivel de análisis, debemos procurar por las dimensiones de la variable “clase” como grupo o en cada alumno en particular. Los objetivos que los alumnos/deportistas persigan pueden variar en cada uno y eso podría ser un factor más para pensar nuestro futuro plan de clase diario. Para ayudarnos a saber ¿qué? evaluar podríamos tomar a las tres áreas de la conducta del hombre:

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• la psicomotora.

• la cognitiva.

• la socioafectiva.

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Con respecto a la primera, los instructores/entrenadores de Taekwondo saben que este aspecto es el más “observable” de la clase. Allí, el especialista, podría evaluar: cómo nuestro alumno ejecuta de las técnicas de pateo y golpes de puño, las combinaciones de las mismas, las técnicas de Pumse, los Pumse completos, la posición de combate, los desplazamientos, etc. Muchas de ellas, en base a los distintos modelos motores con los que el Instructor/Entrenador cuenta y desea que sus alumnos/deportistas ejecuten. También la aplicación de tests físicos pueden ser motivo de la evaluación inicial o diagnóstica.

 

El aspecto cognitivo podría ser evaluado a través de los distintos fundamentos que emiten los alumnos, preguntas que pueda realizar el Entrenador/Instructor, la toma de decisiones frente a una tarea no definida o semi definida, conocimientos en relación al reglamento deportivo de Pumse o combate, posibles variantes de resolución de problemas en el combate o defensa personal, cómo se debería cuidar el propio cuerpo y el de los demás en la práctica diaria, entre otros.

 

Y por último, el área socioafectiva. Aquí, el entrenador/instructor debería observar cómo es la relación entre compañeros, entre los compañeros y el/los entrenadores, los valores sociales puestos en juego en cada práctica diaria.

 

Luego de recabar todos los datos, se deberían procesar y finalmente tomar las decisiones que serán volcadas en la planificación del Instructor/Entrenador. Esta evaluación inicial o diagnóstica nos debería proveer, según Ausubel, y partiendo de los “saberes previos” que traen consigo los alumnos/deportistas lograr, durante el proceso pedagógico, “aprendizajes significativos”. En base a esto último, también podría ser nuestro primer acercamiento de planificación con sus componentes básicos, es decir: a los objetivos a alcanzar, los contenidos, los medios para llevarlos acabo, la evaluación que realizaremos durante el proceso, posibles actividades, los materiales.

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Conclusiones

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La evaluación diagnóstica o inicial debería ser intencional y previsto por todo entrenador/instructor de Taekwondo. En base a esto se podría saber de dónde partir para diseñar nuestros planes de clase. Con esta primera evaluación podríamos responder también a la pregunta ¿a todos mis alumnos/deportistas les voy a enseñar con el mismo método o para algunos tendré que aplicar una estrategia y a otros una diferente? ¿Cómo serán mis intervenciones pedagógico-didácticas?. Afirmar que todos los alumnos en una clase son iguales, que resolverían todas las actividades o tareas de la misma manera y al mismo tiempo, implicaría romper con la definición actual en el que se afirma que somos sujetos bio-psico-sociales. La heterogeneidad de los grupos en las clases, y a las de Taekwondo no le escapa, obliga a los entrenadores/instructores a conocer las características de cada alumno/deportista y actuar en consecuencia.

 

Sabemos que todo profesor y las instituciones tienen incorporadas ideologías, creencias y marcos teóricos de los más diversos. Con la fundamentación teórica que sustente nuestro accionar, podremos lograr una reducción de la incertidumbre que acontece en cada clase y acercarnos un poquito más a nuestra gran meta: formar practicantes de Taekwondo para la vida.

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Referencias bibliográficas

 

Akilian, F. (2009) Taekwondo Olímpico. Enseñar el arte de jugar el deporte. Ed. Kier. Buenos Aires.

Camilloni, A., Litwin, E. y otros (1998) La evaluación de los aprendizajes en el debate didáctico contemporáneo. Ed. Paidós. Buenos Aires.

Contreras Jordan, O (1998) Didáctica de la Educación Física. Un enfoque constructivista. Ed. Inde. Barcelona.

Gvirtz, S. y Palamidessi, M. El ABC de la tarea docente. Ed. Paidós. Buenos Aires.

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