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El ex taekwondista cubano Ángel Valodia Matos no quiere pasar a la historia como alguien que agredió a un árbitro durante los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, incidente cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo.

“No quiero que me recuerden como el que dio la patada al árbitro, sino por los logros que di a mi país”, afirmó ante las cámaras de la televisión cubana en su primera aparición pública desde aquel suceso, que en su día le generó muestras de apoyo del ex presidente Fidel Castro.

El campeón olímpico en Sydney 2000 y su entrenador, Leudin González, fueron suspendidos de por vida por la Federación Mundial de Taekwondo tras la agresión al árbitro sueco Chakir Chelbat después de una controvertida descalificación en la pelea por la medalla de bronce, en la categoría de 80 kilos, contra el kazajo Arman Chilmanov.

Matos, que tiene ahora 33 años, perdió el control y, disgustado por la decisión del juez, le propinó una patada en el rostro. También un segundo referí recibió un empujón del taekwondista.

“Lamento grandemente haber hecho esto. Reconozco que fue algo antideportivo. Lamento haber involucrado a mi entrenador. Fue sancionado sin tener nada que ver, porque fui yo quien cometió el error y él estaba tratando de impedir que me comportara de esa manera”, afirmó.

En un programa televisivo que emite con frecuencia entrevistas a grandes figuras del deporte cubano, Matos dijo que fue a Pekín dispuesto a llevarse una medalla en los que fueron los últimos Juegos de su carrera.

“Hoy ayudo a la preparación de las figuras del equipo nacional y de paso hago mi desentrenamiento”, comentó.

Su entrenador insistió durante el programa en acusar a los kazajos de ofrecer dinero para que los cubanos “vendieran” la pelea, y aseguró que los árbitros estaban “comprados“, denuncia que ya formuló en su día.

González recordó que ya un año antes, en el Mundial de 2007, Matos había disputado con Chilmanov la medalla de bronce y hubo que “hacer una protesta por la parcialidad de los jueces“.

Según el entrenador, cuando iba ganando por 3-2 en Pekín, Matos sufrió una herida en uno de sus dedos, por la que hubo que coserle cuatro puntos de sutura, pero mientras consumía el tiempo obligado por la lesión “el árbitro tomó la decisión de terminar el combate, sin tener la más mínima ética profesional”.

“Se trataba de un campeón olímpico, en un escenario como ése de los Juegos, y no le da la oportunidad de continuar”, dijo.

“El incidente fue algo bien difícil para nosotros luego que acaban los Juegos, con nuestra familia acá, preocupada. En algún momento algunos medios se hicieron eco de la prensa extranjera, y lógicamente estábamos muy dolidos”, añadió.

Durante su regreso a La Habana, al día siguiente junto al resto de la delegación, Matos se mostraba apenado y no habló una palabra en la prolongada espera en el aeropuerto de Pekín ni en el largo vuelo, comentaron compañeros del atleta.

Según relató González en el programa, tres horas antes de aterrizar en la capital cubana, un directivo de la delegación leyó un mensaje de apoyo de Fidel Castro a los deportistas de la isla, que habían terminado en el lugar 28 con dos medallas de oro, 11 de plata y 11 de bronce.

“Para nuestro atleta de taekwondo y su entrenador, nuestra total solidaridad. Para los que regresan hoy, el aplauso de todo el pueblo”, escribió el líder de la revolución cubana en referencia a Matos y su entrenador.

“Quisiera agradecerle al comandante por el apoyo que nos dio. Está acostumbrado a eso, a nunca dejar sólo a un cubano ante una situación difícil”, dijo el taekwondista. “Nos vino el alma al cuerpo”, afirmó por su parte el entrenador.

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Fuente: El Universal

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