Semanas atrás, hablando de política costarricense, el profesor Diego Cerdas y yo hicimos un impasse para tocar el tema del Taekwondo. Ese arte hermoso que nos presentó hace más de diez años en la capitalina San José, Costa Rica.

La plática por mensaje de texto se basaba entre los diferentes tipos de Taekwondo que cada vez son más fuertes por las formaciones profesionales y los avances pedagógicos que los expertos aplican en el arte marcial moderno y que, al menos en Costa Rica, cada vez hay más escuelas que se enfocan en formar a taekwondoínes recreativos y marciales y no tanto competitivos.

Entre los tantos subtemas, llegamos a uno muy delicado y que por ende se abordó con excesiva seriedad e investigación para redactar este artículo: El Taekwondo como herramienta para mejorar el autoestima en niños.

Lisethe Salcido, psicóloga y autora de varios artículos especializados en Taekwondo, explicó a MASTKD que cuando cualquier persona practica deporte sea Taekwondo o no, genera una serie de hormonas que hace que se sienta mejor y combate enfermedades tan complicadas como la depresión.

Salcido, quien también es maestra de Taekwondo en Texas, explicó que nuestro arte marcial posee ventajas muy significativas con respecto a deportes donde la persona lo practica sin tener objetivos o retos claros.

“Los adolescentes tienen muchos cambios hormonales y por eso necesitan tener espacios de pertenencia y necesitan sentirse identificados en un grupo. Tener también un objetivo de vida, saber para dónde van. Muchas veces no saben para dónde van y sienten mucha presión. Ellos sienten presión de muchas cosas como no saber qué van a estudiar”, aborda en primera instancia Salcido.

En el Taekwondo se premia la constancia, disciplina, tanto el avance en destreza física como de control de emociones, entre otros aspectos.

A raíz del avance, explica Salcido, el mayor estímulo emocional que posee un practicante es que se le permita entrenar para ascender al cinturón superior y así sucesivamente.

“Aunque parezcan pequeños los logros, los pequeños objetivos le van dando camino a los muchachos, a tener un paso a la vez. Son más manejables, es más fácil que los logre y eso los motiva y eso les provoca cambios hormonales. Entonces, en el caso de la depresión, esta enfermedad provoca que no haya cambios hormonales y al producir dopamina hace que se sientan más felices, tienen más disposición a aceptar cosas felices, retos; sienten más confianza en sí mismos, porque están logrando cosas que a su vez los van motivando, que pueden parecer mínimas, pero que haciendo que la persona sienta que avanza. Además, da sentido de pertenencia”, añadió la experta.

En realidad, con el Taekwondo y el autoestima todo tiene que ver cómo cambia todo lo referente a lo hormonal y social. En el caso de la depresión hay una desconexión entre el cerebro, ciertas hormonas y las neuronas. Entonces, entre más tiempo pase es más difícil. Sin embargo, producir dopamina, noradrenalina y serotonina con ejercicio ayuda a producir esta conexión química y hormonal en el cerebro.

“En la homeostasis hormonal por medio del ejercicio o el Taekwondo que los pone a hacer ejercicio. El Taekwondo per se ya te pone a hacer cosas con propósito, con objetivos como lograr cinta nueva, mejorar tus posiciones, técnicas. El Taekwondo tiene propósitos claros”, profundiza la mexicana-estadounidense.

Salcido insiste que el Taekwondo mejora el autoconcepto, hace que los niños y, especialmente jóvenes, pierdan esa sensación de soledad.

“Al salir a hacer Taekwondo es una salida diferente y es el tiempo en el que el cerebro tiene una percepción diferente del entorno cuando hay depresión, la motivación de los entornos sociales. El Taekwondo enseña a ir paso a paso, hacerle sentir a los jóvenes que no están solos, a expresar las emociones y aprender a manejarlas”, explica.

Nota del periodista: Si posees temas que te gustarían que abordemos en nuestros espacios didácticos con nuestros profesionales en nutrición, psicología o metodología deportiva, puedes escribirnos a [email protected]