La “mascara de restricción de flujo” o “máscara de hipoxia” ó “mascara de entrenamiento en altura” ha sido bien aceptada en muchos ámbitos del deporte, si bien sus efectos reales sobre las adaptaciones fisiológicas asociada están muy cuestionados.

La máscara de entrenamiento en altitud (ETM) 2.0 es una modalidad de entrenamiento de los músculos respiratorios que propone imitar la altitud; sin embargo, se ha cuestionado el grado en que esto ocurre.

Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Ott y col, 2021; J Strength Cond Res 1-sep; doi: 10.1519/JSC.0000000000003175) cuyo objetivo fue investigar la eficacia de esta modalidad de entrenamiento en comparación con el uso de un hipoxicador (HYP) durante el ejercicio aeróbico agudo.

Participaron ocho sujetos regularmente activos (edad: 25 ± 8 años; VO2máx: 46 ± 6 ml/kg/min) que completaron 3 pruebas, cada una de las cuales incluyó pruebas metabólicas en reposo. medición de frecuencia, pruebas de función pulmonar y 13 intervalos de velocidad al 90% del VO2máx utilizando HYP, ETM o control.

Los resultados no mostraron diferencias significativas en el metabolismo o la frecuencia cardíaca entre las condiciones. La fracción de aire espirado en el primer segundo fue mayor después del ejercicio (p = 0.02), mientras que la saturación de oxígeno fue menor durante el ejercicio con el HYP (p <0.001). La hormona del crecimiento aumentó con el ejercicio, pero no se encontraron diferencias entre las condiciones; sin embargo, se observó una tendencia a un aumento de la hormona del crecimiento mayor después del ejercicio en HYP frente a ETM (p = 0,08).

Los autores concluyeron que la máscara de entrenamiento de restricción de flujo no parece cambiar la función pulmonar aguda, el metabolismo, la frecuencia cardíaca o la saturación de oxígeno, lo que indica que probablemente no crea un ambiente hipóxico ni imita la altitud.

La máscara de entrenamiento se divulgó en el ámbito del deporte como un medio de simular el entrenamiento en altitud, pero las investigaciones realizadas no han podido aportar evidencia de que ello se produzca en realidad.

Más bien, la máscara de entrenamiento es un sistema para aumentar el trabajo respiratorio durante el ejercicio, algo que debe repercutir en la respuesta fisiológica muscular global y con ello, quizás, en adaptaciones diferentes.

Sus efectos están más ligados a las adaptaciones musculares respiratorias que a efectos sistémicos directos, pero solo por eso merece la pena considerar su utilización. Conocer cómo, cuanto tiempo y en que fases de la periodización de cada modalidad deportiva aún está por clarificar.

Fuente: Fisiología del Ejercicio.