Cuando Pablo Alfaro salió de Puriscal, un pueblo rural de San José, en Costa Rica; jamás creyó que encontraría en el Taekwondo un estilo de vida que le llevaría a marcar miles de personas, ser el primer entrenador olímpico del país o estar sentado frente a dos cámaras y un micrófono contando su historia.

En los incipientes 80, Alfaro llevaba a un niño a la escuela Yin Yang, fundada por el maestro Randall Fernández. La llama de ver aquellas prácticas encendió una pasión que hoy sigue sin apagarse.

No, no fue amor a primera práctica, fue amor a primera vista, según cuenta. Pasó todo un año llevando a Randolph Cardona, practicando en un cuarto de 3 x 3, cuando la madre de Cardona le ofreció una beca para que él practicara.

 

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Pablo Alfaro (camisa roja y saco negro) despidió a miembros de una escuela mexicana que compitió en Costa Rica, en su evento Yin Yang. Foto: Esteban Mora/Exclusivo PlanetaTKD.com/Archivo

 

Es cierto que la vida son decisiones, pensadas, reposadas, digeridas, rápidas, de momento; malas, dubitativas y buenas… En este caso, una buena acción llevó a marcar la vida de miles de personas. Empezando por Pablo y terminando nunca, porque la influencia de un maestro traspasa generaciones.

Vera Murillo llevó a sus hijos hace mucho, tantos que ni siquiera escarba los años de la memoria, a la Academia Yin Yang, en Tibás, San José. Confiesa que desde ese entonces quería hacer Taekwondo, pero jamás se atrevió.

Pero las cosas avanzan para bien. Cuando llevó a su nieto, se atrevió a practicarlo y hoy ese amor por el Taekwondo se convirtió en un pilar fundamental de su vida.

 

Sonia: la primera persona ciega en tener cinturón negro en Costa Rica

 

Pablo Alfaro cuenta que la base de su escuela se centra en la marcialidad y la inclusión de valores en todos los practicantes y es por eso que el valor con el que más se identificó fue la excelencia.

Esta historia corresponde a una serie de microdocumentales que la Federación Costarricense de Taekwondo y MasTKD.com realizaron en conjunto por todo el país.

Recorriendo lugares como Turrialba, San José, Tibás, Santo Domingo, Heredia, Pérez Zeledón y Cañas. Ya hay publicadas cuatro historias. La primera es la de Isabella, una niña con parálisis cerebral que logró caminar gracias a la fortaleza del Taekwondo; la de Emanuel y Obed -hijo y padre- que salieron de una crisis económica con el Taekwondo; y la de Sonia Mesén, la primera persona ciega costarricense en obtener el cinturón negro. Todas están disponibles en el canal de Youtube de la FCT y puede verlas dando click aquí.

 

Esteban Mora, Exclusivo MasTKD.com