El sábado cerca de las 11:00 p.m., entre vientos rafagales y esperando en la puerta cuatro de la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional Benito Juárez, pensé en cuánto sería el impacto real del Taekwondo en México.
Estaba ahí, esperando algún chofer que me llevara hasta el lugar donde recargaría baterías para al día siguiente ver la gran fiesta que la Federación Mexicana de Taekwondo (FMTKD) preparó por los 50 años del Taekwondo en su país.
No sé, a ciencia cierta, cuántos practicantes pueda tener la FMTKD con sus 32 Asociaciones y escuelas afiliadas; lo que sí puedo decir con completa certeza es que el Taekwondo en suelo azteca es cultural. Es algo que todos conocen, viven, sienten y entienden. Si no son todos, al menos la gran mayoría está vinculada casi que con la misma pasión que mueve el fútbol.
Lo confirmé cuando el tipo que me recogió en el aeropuerto me contó -después de varios minutos de conversación- que él practicó en la escuela, sus hermanos hicieron y ahora sus hijos y sobrinos lo hacen. ¡Qué maravilla! Una familia completa que hace Taekwondo. Algo que para muchos es normal, pero que en planeta no es tan común.
Eso tan solo era un síntoma de lo que me esperaba por vivir horas después en La Plaza de las Tres Culturas en Ciudad de México (CDMX).
Justo en esa Plaza, el domingo, pasadas las 11:00 a.m. miles de almas convergieron vestidas de blanco, cinturones de todos los colores y el espíritu cargado de ilusión por dar una de las mayores exhibiciones de la historia.
Fácilmente más de 2000 practicantes abarrotaron el lugar y arrancaron con un espectáculo dirigido por el maestro Kang Young Lee en la tarima principal, luego el equipo de exhibición de Kukkiwon pasó a hacer su calentamiento por unos diez minutos; los bomberos de CDMX desfilaron con el pabellón nacional y tocaron el himno.
El protocolo continuó, el presidente de la FMTKD, Raymundo González, agradeció por la familia forjada en los diez lustros y prometió juntar fuerzas para engrandecer aún más la historia deportiva del país.
“Es un día histórico”, dijo. Pero no antes sin enviar un mensaje de humildad y lealtad para todos los practicantes, padres y presentes: “debemos recordar y honrar a nuestros maestros, a los maestros de nuestros maestros y a los maestros de los maestros de nuestros maestros”, enumeró.
Junto a él estuvo el Secretario general de Kukkiwon; como representante de Federación Mundial, el miembro del Consejo Ejecutivo, Inseon Kim; la directora de la Comisión Nacional del Deporte y Cultura Física, Ana Guevara; toda la directiva de la FMTKD y otras figuras de la política deportiva de México.
Después de los discursos iniciales y los halagos para los aztecas, llegó la hora del show. El equipo de Kukkiwon estaba listo y era su oportunidad de hasta sacar al balcón a los vecinos de los edificios contigüos.
Con un espectáculo de más de 20 minutos en un ambiente abrasante, los coreanos sedujeron a propios extraños empezando con una coreografía de Taekwondance, rompimientos, freestyle y defensa personal, para cerrar bailando -nuevamente- pero ondeando las banderas de México y Corea por el 12 x 12 rojiazul.
Fueron la sensación, fueron el epicentro del show y con su cierre se abrió paso a un nuevo capítulo de la historia: el primer convenio para estrechar relaciones entre Kukkiwon y la FMTKD.
Las entidades plasmaron un acuerdo por trabajar de cerca, juntas y en pro del desarrollo y difusión -aún más- del Taekwondo en México.
Pasadas las 3:00 p.m. nuevamente la Plaza de las Tres Culturas quedó vacía, con nada más que los recuerdos, las historias y ver cómo sobre sí miles de memorias se grabaron para siempre en los niños que siempre llevaron a más el algarabío.
Es incríble cómo el arte marcial moderno incluido en esa nación por Dai Won Moon se volvió una cultura, un deporte donde prácticamente todo el mundo lo hizo y si ese alguien no fue, fue su primo, su hermano, hijo, pareja, padre, tío o qué sé yo.
Por eso y más: ¡Viva el Taekwondo! ¡Viva México! ¡Viva la historia! Que vengan 50 millones de años con más Taekwondo.
Esteban Mora, Exclusivo MasTKD.com
