Los Juegos Bolivarianos no dejan de revivir emociones y enloquecer a taekwondistas y público. En la tercera jornada, Neyder Lozano enloqueció de alegría en el tapiz tras ganar los -74kg, en el Coliseo de Cooedumag.
Lozano, oriundo de Cartagena, no se contuvo en ninguna de sus tres peleas y en todas celebró como si fuera la última. Hasta que la última la ganó. Fue ante Esmeylin Pérez, de República Dominicana.
Lozano tenía tarea difícil, pues el caribeño venía de ganar 46-9 al panameño Roger Pitti, quien perdió por nocaut técnico.
Sin embargo, en la final la historia fue diferente. Neyder se divirtió, la luchó y en los últimos segundos se valió de la confianza, el público y el marcador para hacer in pequeño baile.
Se tiró al suelo y la tribuna se levantaba. Lozano ganaba.
Su secreto estuvo en un primer asalto agresivo con combinaciones que obligaron al dominicano a echarse hacia atrás con distancia recortada.
Una vez superados los primeros dos minutos, Lozano comenzó a trabajar contraataques, pero se arriesgó con giros y combinaciones que le valieron muchas sanciones.
Las diferencias empezaron a estrecharse y por un momento Pérez niveló, pero el cafetero se despegó con un contacto a la cara en la agonía del segundo asalto.
En el tercer round, el isleño intentó de toda manera, pero el aire le pasó factura y no pudo componer en un periodo bastante accidentado.
Debut de ensueño
Kenny Lejarazo, de Venezuela, le arrebató el oro a Camilo Baena en los últimos segundos de la final de -80kg.
La final fue dinámica y la primera de Lejarazo, quien encontró el camino para darle a Venezuela el segundo oro de la competición, luego que su compañera Virginia Dellan diera el primero, días atrás.
Faltaban, quizá 20 segundos para que acabara el tiempo regular. Baena empalma una al peto y se coloca 11-9 por encima de Lejarazo.
El espigado venezolano reacciona y se le va encima, con tal efectividad que remontó y Baena, que antes decidió irse a la defensiva, no tuvo chance de reaccionar.
La historia en las mujeres de -62kg no fue tan distinta como la de los -80kg.
Era Lucero Gómez, de Colombia, frente a Madelyn Rodríguez, de República Dominacana, quienes protagonizaron la final de -62.
Se dieron fuerte y sin ascos. Iban duro y hacia adelante, pero la colombiana incurrió en muchas sanciones, que más adelante le provocarían el lamento.
Caídas, salidas y cansancio, fueron tan solo tres de los factores que le costaron a una Gómez que se entregó, pero que un error a falta de 46 centésimas del final fue suficiente para perder el combate.
La cuestión es que la boyacense ya contaba con nueve amonestaciones entrados los 40 segundos del tercer round. Supo sostener a Rodríguez, pero una caída en el intercambio final que obligaba al alargue, fue suficiente para perder por las diez faltas, tal cual lo dicta el reglamento.
Colombia perdía su segundo oro en instantes, pero los hechos no podrían opacar la actuación abismal de los cafeteros.
De la mano de Dumar
Katherine Dumar Portacio, se acordó de lo que es ganar. Y lo hizo en casa, superando en la final a Dayana Folleco, de Ecuador.
Dumar se mostró aguerrida y fuerte en las dos peleas que tuvo. Ganando la final 8-4.
Dio la especialidad de la casa, directas al peto y frenando con “cut”.
Al concluir la jornada, Colombia se mantiene en la cima del Taekwondo. Katherine Dumar tomó de la mano su bandera y la colocó en lo más alto del podio.
De manera extraoficial, Colombia ya es campeona. Solo falta esperar el cierre del evento.
Esteban Mora, Exclusivo MasTKD.com
Imágenes: Laura Roca
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