En verdad aprecio y respeto a cada maestro de Taekwondo que se mantienen al día, buscan nuevos métodos de aprendizaje y mejores formas de enseñar con el objetivo de ayudar a cada uno de sus alumnos. Reconozco el esfuerzo y dedicación que pone cada uno de ellos en el área que le corresponde.

Cada alumno tiene sus objetivos y ayudar a lograrlos, es uno de los trabajos que cada maestro busca. Mantener motivados, enfocados y en constante reto a los alumnos, no es una tarea fácil, sin embargo el verdadero Sabumnim lo logra.

El continuo trabajo del Poomsae nos pone una meta, retos mentales y físicos; desarrollamos nuestra lateralidad (que ayuda a nuestros procesos mentales y emocionales) al mismo tiempo que trabajamos la paciencia y memoria (solo por mencionar algunos de los beneficios del poomsae).

Gracias al Combate se permite una actividad física que estimula cada musculo, tendón y ligamento de nuestro cuerpo (todos hemos oído esa expresión de “me duelen músculos que ni sabía que tenía”), el ejercicio físico nos ayuda a disminuir la ansiedad y aumenta el auto concepto. También gracias al combate desarrollamos nuestros procesos mentales, que aún bajo presión, se aprende a desarrollar estrategias y toma de decisiones atinadas a una velocidad importante.

Taekwondo-El-Sabumnim-y-el-cambio-en-las-personas_2vNuestros alumnos muchas veces tienen características muy particulares. Tal vez los maestros de Taekwondo se puedan identificar cuando llegan alumnos que han sido ya rechazados, expulsados, tienen algún problema social de adaptación, respeto, seguimiento de instrucciones o son niños muy solitarios que no conviven o se sienten incomodos con los demás niños de su edad o con problemas de obesidad. Que tal aquellos que no guardan silencio o son desafiantes a la autoridad… creo que cada Sabumnim entiende de lo que hablo, pues todos han vivido ya una (o muchas) situaciones así. Los padres llegan al dojang y los presentan como “niños problema”, están probablemente en la desesperación pues ya pasaron por varias situaciones que los están orillando a tomar decisiones más enérgicas y desesperadas. Les abrimos las puertas con toda la esperanza de lograr un cambio en los alumnos, y ¿Qué logramos?

Por ejemplo, esa niña que ha sido discriminada por su obesidad, aun cuando al principio le costaba terminar cada ejercicio; ahora goza de una autoestima más alta, pues poco a poco fue perdiendo peso y haciéndose más hábil en sus actividades físicas y eso le ayudo a participar en más eventos sociales, en los cuales ahora ella motiva a los que se están quedando atrás. Ese niño que entro por problemas de hiperactividad y desafiante contra la autoridad, ahora es un niño que aprendió a ser un excelente líder y trabaja haciendo grupos de transformación social. Esos niños que en su escuela los tenían siempre en la dirección por malas notas, porque hablaban en clase e interrumpían constantemente, uno de ellos era una niña superdotada con un alto coeficiente intelectual, entro a la Universidad más prestigiada gracias a las becas que le ofrecieron; y el otro, era un atleta innato que llego a las grandes ligas. Gracias al trabajo que tuvo en el Taekwondo y la dedicación constante de su maestro, que no se rindió y busco diferentes formas de trabajo con cada uno de ellos.

Pero no necesitamos tener grandes héroes o cambios tan simbólicos; debemos reconocer también esos pequeños momentos que ayudaron a tener un momento significativo en la vida del estudiante y los padres o familia, gracias a una palabra adecuada en el momento preciso.

Hablo de cambios. Gracias a esa palabra de aliento que “el compañero de clase” dio o el reconocimiento que le dieron por que se aprendió esa patada tan difícil. Se aprendió su última forma y eso significa que esta lista(o) para su siguiente examen de cinta. Rompió la tabla que tanto miedo le tenía. Los cambios que no solo se dan en los niños, muchos adultos que viven cambios que son determinantes en sus vidas muchas veces, les ayudan a tomar decisiones que no se atrevían, cambian de trabajos que ya no les satisfacían, o se descubren que tan fuertes son y emprenden nuevas aventuras. Hemos sabido de personas que estaban en ambientes hostiles, en drogas o con dificultades sociales y gracias al taekwondo encontraron una figura de autoridad positiva que los ayudo a encontrar una alternativa nueva y positiva para su vida. Muchachos que estaban a punto de cometer suicidio, de dejar sus hogares o salirse de la escuela; encuentran en el taekwondo un espacio de aceptación, alegría por la vida y compromiso de vivir en sociedad. El dojang se vuelve un segundo hogar (o primer), pues encuentran su comunidad, sus amigos, su familia.

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He sabido de muchos Sabumnims que ayudan con tanta entrega, que ponen de su propio dinero, teniendo muy poco o nada de ingreso económico; pero sabiendo que lo hacen por una buena causa, para ayudar a alguien más.

Si, la labor de un Sabumnim es muy importante y cada palabra y acto puede tener un impacto social en cada uno de sus estudiantes. Por eso es muy importante que cada maestro se mantenga en constante actualización, revisión, evaluación y abrirse a las sugerencias para mejorar, pues sus palabras pueden tener un impacto fuerte en los demás (positiva o negativamente).

Los sabumnims tienen que conocerse a sí mismos, saber cuándo algo o alguien está “presionando sus botones”, que pueda reconocer sus propios límites y que pueda delegar a otros cuando salga una situación fuera de sus manos sin que afecte a sus alumnos.

¿Cuantas historias conocemos así? Sé que hay muchas todas ellas dignas de ser escuchadas (leídas), ¡Compártelas!

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¡Gracias Sabumnim!

Lisethe Salcido
Licenciada en Psicología con Maestría en Consejería Profesional