En la historia del Taekwondo los iraníes siempre son rivales fuertes y aguerridos, protagonistas y temerarios; atletas que prefieren morir antes de perder.
Sin embargo, toda esa garra que implantan los iraníes da resultados de manera inconstante. Tan inconstante que Irán tiene la capacidad de ser protagonista en un mundial y pasar desapercibido en el siguiente.
A pesar de ese detalle, esta es la única delegación que estuvo a medallas de quitarle un campeonato mundial absoluto a Corea.
En la edición de 2011 las preseas de plata y bronce definieron al campeón. En aquella ocasión Irán y Corea tuvieron tres oros cada una, pero los coreanos sumaron cuatro platas y tres medallas bronce; los iraníes veían cómo se les escurría el gane pues solo cazaron -en aquella ocasión- una plata y dos bronces.
Sería injusto no reconocer el talento de los taekwondistas de este país, pero, quizá, la presión les pase alta factura en los escenarios mundiales.
Muju, 184 kilómetros al sur de Seúl, fue donde se llevó a cabo la última cita mundialista y ahí Irán volvió a escribir historia.
Fue la primera vez que una mujer iraní accedió a semis y finales.
“Escucha, escucha, esta es la primera vez de la historia que una mujer iraní llega a instancias de medalla en un campeonato mundial. Estamos muy felices”, decía una de las entrenadoras, aún eufórica por el logro.
A lo largo de los 44 años de Taekwondo, los de la República Islámica suman 54 medallas y son los quintos mejor posicionados. Solo por debajo de Corea, España, China Taipéi y Turquía.
Determinar por qué Irán aún no termina de despertar o por qué es tan incongruente en el consecutivo de sus acciones es difícil.
Algunos argumentan que es por la rotación constante de sus bases, otros por que que grandes talentos deben huir del país y convertirse en refugiados y otros atribuyen las buenas presentaciones a la suerte, cosa que nosotros descartamos terminantemente con el solo hecho de mencionar nombres como Farzan Ashurzade, Mahdi Khodabakhshi, Hadi Bonehkohal, Youssef Karami, Alireza Nasr Azadani o el mismo Behzad Khodadad, solo por nombrar algunos.
Lo cierto del caso es que Irán es un monstruo, ‘taekwondisticamente’ hablando, que no despierta aún, pero que cuando lo haga tendrá mucha sed de victorias y con ella hambre de medallas.
Esteban Mora, Exclusivo MasTKD
No sabía que al verse perder se suicidaban,
Así pasa en las culturas orientales y medio orientales más arraigadas a sus tradiciones
Si no son temerarios son bondadosos los yonics o los bukis
Iran …si no me equivoco…gran maestro khan shin chul los entrenaba a ellos….