No solo es paz

Dr. Chungwon Choue, presidente de la Federación Mundial de Taekwondo durante los Juegos Olímpicos de Río 2017. (Foto Matías Rojas, MasTKD.com)

 

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El doctor Chungwon Choue lleva más años trabajando para alcanzar la paz mundial que como presidente de la Federación Mundial de Taekwondo (WT, por sus siglas en inglés).

Podríamos sacar a relucir su engrosado y vetusto currículo, pero no. Basta con decir que asumió la jerarquía de WT en 2004 y registra trabajos en la paz desde 1979, en un área bastante fundamental para el progreso humanístico como lo es la educación.

Comenzó como profesor asistente de la carrera de Ciencia Política y Diplomacia en la Universidad Kyung Hee, según una semblanza que le hizo la Universidad de Guadalajara.

Es honoris causa de la misma institución mexicana y ya contaba con cuatro reconocimientos iguales en Japón, Estados Unidos y Taiwán; también, bajo su gestión creó la Fundación Humanitaria del Taekwondo (FHT), una entidad que no interviene en la guerra, sino en sus víctimas.

 

Surge la Fundación Humanitaria del Taekwondo

 

Quizá no tenga la pluma y experiencia de Malala, el batallón de cascos blancos que se adentran en lo más profundo del corazón palpitante de las guerras en oriente medio o la oportunidad de acabar con un conflicto armado como el de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Pero dibujar el norte del trabajo que realiza la FHT en Jordania, Siria o África y echar a rodar el proyecto cambiando cientos de vidas inocentes: eso también es un verdadero proceso de paz. Más allá de un proceso, es una semilla, que tarde o temprano, crecerá.

 

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Tal vez me aventuro al decir que Choue es un erudito que realmente se preocupa por la educación y calidad de vida de las víctimas de guerra que los retumbos, sangre y violencia todavía atormentan en los más recóndito de sus realidades.

No puedo seguir escribiendo si no le pido que recordemos a Aylan. El bebé kurdo que apareció ahogado en una playa turca cuando intentaba llegar a salvo a Grecia. Sí, es el bebé que dividió al mundo en opiniones; pero que se convirtió en el estandarte de la cruda realidad que día a día cientos de personas se enfrentan.

 

No solo es paz

 

Sucedió el 5 de septiembre de 2015 y el 25 del mismo mes, pero ahora en Nueva York, Naciones Unidas conocía el proyecto de WT que acreditaba la formación de la FHT.

¿Por qué las fechas? Es la mayor evidencia que el trabajo orquestado por Choue se gestó mucho antes que Aylan mostrara la verdad de lo que sucedía y nadie en el deporte, hasta entonces, se había preocupado, excepto Choue y su equipo.

 

 

Sin la FHT no se hubiera conocido a Raheleh Asemani, una iraní que tiene una historia que debe ser contada, o niños refugiados en Siria, Irán o Ruanda jamás hubiesen descubierto que existen otras maneras de opacar el dolor con algo que no sea guerra, sino, en este caso, con Taekwondo.

Existe el prestigioso premio Nobel de la Paz, pero ni siquiera se nominó al doctor Choue o WT en la terna.

 

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La THF pasa desapercibida mientras ahí afuera, en el mundo real, hay miles de personas necesitando del Taekwondo para poder sobrellevar el dolor que las diferencias étnicas, políticas, culturales o religiosas les provocó.

Tener la THF no es solo paz, sino es el arma más poderosa que se puede implementar en esta guerra contra las guerras: es el arma de la esperanza camuflada de defensa personal. Es Taekwondo y está salvando niños, mujeres y migrantes.

 

Esteban Mora, Exclusivo MasTKD