Saltó a la fama en el mundial de Puebla 2013. Ahí hizo su debut en eventos de categoría G, y se dejó el oro.
Pasó a Chelyabinks 2015, donde se convirtió en bicampeón y su nombre comenzaba a ser referencia para más de un taekwondista del mundo.
Llegó a los Juegos Olímpicos de Río 2016 y se tuvo que conformar con el bronce.
Dicen que los campeones no están acostumbrados a perder y que alguien se da cuenta que nació para triunfar cuando pierde -Sí. Aunque suene paradójico-.
Dicen que cuando un campeón pierde sabe que nació para triunfar porque a raíz del tropiezo aparece una sed insaciable para volver al oro.
Un campeón jamás se conformará con un bronce, aunque sea olímpico, y entonces trabaja incansable para volver a la gloria.
También dicen que un campeón siempre quiere su revancha y que por eso nunca hay que subestimarle el corazón.
Kim Tae-hun tuvo su revancha en Muju, Corea del Sur; durante el Campeonato Mundial que se disputa: volvió al oro. A su tercer presea dorada el hilo.
Ganó la final al iraní Armin Hadipour y sereno celebró. No estaba eufórico. Su gente sí.
Tae-hun se une a la lista de grandes atletas que al menos ganaron tres campeonatos mundiales. Su nombre figurará junto a los de Steven López o Brigitte Yagüe, o el mítico Kook Hyun Jung, por ejemplo.
Esteban Mora, Exclusivo MasTKD.