Pérdida extrema de peso: un riesgo para la vida

 

José Gabriel Sagastume Ríos

Atleta Olímpico (Sydney 2000 – Atenas 2004)
Campeón Panamericano
Entrenador Certificado PATU y Referee Internacional WTF

 

 

Recuerdo años atrás cuando comenzaba a competir en categorías infanto juveniles y veía compañeros de selección mayor entrenar muy bien, haciendo potentes combates en entrenamiento y teniendo una preparación muy buena en cuanto a campamentos y fogueos.

Al acercarse el período competitivo me sorprendía verlos perder cantidades enormes de peso, cortando casi por completo la ingesta de carbohidratos, comiendo incluso solamente una manzana en días previos a la competencia, sudando con chaquetas gruesas y trotando grandes periodos de tiempo después del entrenamiento.

“…comiendo incluso solamente una manzana (…), sudando con chaquetas gruesas y trotando grandes periodos…”

Recordemos los efectos fisiológicos que tiene correr previo a una competición y lo contraproducente que es en relación a las cargas y la pérdida de potencia ganada previamente. Este método es contrario a una buena metodología. Por último, el mayor riesgo, a mi criterio, es el uso de sauna para perder los últimos kilogramos y verlos llegar a la báscula a punto de desfallecer.

 

¿Quieres ser fuerte y explosivo? ¡Entonces no corras!

 

En el campeonato los observaba débiles, muy diferente a como se desempeñaban en el entreno y, por ende, el rendimiento dentro de la competición se veía enormemente afectado.

Tengo que decirles que al comenzar a competir en categorías adultas yo también lo experimenté, aunque no perdía más allá de 3kg, intentaba conocer y estudiar más acerca de nutrición y mantener mi peso graso lo más bajo posible y no ganar excesiva masa muscular para no tener que perder más allá de 2.5kg en la última semana previo al torneo, ya que entendía que si no lo hacía así, mi rendimiento no iba a ser el que buscaba.

 

Pérdida extrema de peso: un riesgo para la vida

“El mayor riesgo, a mi criterio, es el uso de sauna para perder los últimos kilogramos y verlos llegar a la báscula a punto de desfallecer”. Asegura Gabriel Sagastume.

 

En mi primera participación en Juegos Olímpicos, en Sydney 2000, competí en -58kg y pasé una dieta muy dura para poder dar la categoría de peso. Me sentía falto de explosividad y fuerza. Ahí tomé la decisión de subir a la siguiente división de peso para el otro ciclo olímpico y así adaptarme en base a un trabajo de fuerza, alimentación adecuada y ciertas adaptaciones técnicas por la altura (talla) de mis oponentes. Subí de peso y de categoría de forma profesional, mejorando notablemente mi rendimiento y llegando a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 en excelentes condiciones físicas y mentales.

 

¿Por qué abordo este tema? ¿Quién es el responsable de esto?

En primer lugar es el atleta que debe conocer muy bien su cuerpo y constitución, así como el peso idóneo y lo máximo que puede perder previo a la competencia en base al autoconocimiento y profesionalismo, es de suma importancia que se instruya con conocimientos sobre la adecuada alimentación.

En segundo lugar, no todos cuentan con un equipo multidisciplinario que pueda tener control adecuado del peso y alimentación del atleta, por lo que recae en la guía del coach.

 

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En esta tercera instancia, el coach debe de tener los conocimientos necesarios para orientar al atleta en como alimentarse y no limitarse a llamarle la atención o dejarlo sin una adecuada alimentación en los campamentos de entrenamiento por no bajar de peso, o peor aún, hacerlo bajar categorías de peso inferiores a su capacidad teniendo 5% o menos de grasa corporal, poniendo en serio riesgo su salud y estado físico.

Recordemos las funciones importantes que tiene la grasa a nivel hormonal, así como los hidratos de carbono para producir el glucógeno el cual se almacena en el músculo e hígado, brindando energía y gracias a la cuál también funciona adecuadamente el cerebro. Es por esto que vemos atletas faltos de coordinación y concentración, con la mirada muchas veces perdida dentro del combate.

 

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Según expertos, el perder más allá de un 5% de peso corporal en forma de deshidratación, ya tiene efectos negativos en el organismo, provocando hasta un 30% de disminución en el rendimiento deportivo así como aumento de la tensión cardiovascular, alteración de la función metabólica, alteración de la función del sistema nervioso central y aumento en la temperatura corporal.

También hay atletas que ingieren laxantes que afectan su metabolismo, así como diuréticos para perder líquidos (prohibidos por la Agencia Mundial de Antidopaje) pudiendo provocarles una suspensión por tiempo indefinido por Doping Positivo.

 

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En el caso del cerebro, al disminuir líquidos hace perder volumen cerebral y deja más espacio libre en la cabida intracraneal, por lo cuál habrá mucho mayor movimiento del cerebro y con un golpe puede producir la rotura de vasos sanguíneos, con posibilidad de generar lesiones cerebrales e incluso la muerte.

No está de más comentar que después del torneo vemos deportistas comiendo de forma desmedida y exagerada debido al trauma post competición, llegando incluso a vomitar por estos excesos.

Cuando llega la hora de la retirada deportiva, nuestro atleta se despide de la competencia con severos problemas psicológicos causados por estas malas prácticas, los vemos subir de peso y no tener más deseos de realizar actividad física saludable y se ve muy afectada su reinserción a la vida normal, sumado los comentarios de las personas que demeritan su autoestima comentándole:

“pero… ¿qué te paso?”.

Es por eso que motivo e insto a los atletas a ser profesionales, controlar su peso, aprender sobre la nutrición deportiva y no hacer de esto un sufrimiento, ya que se deja de “disfrutar” la competición volviéndola un suplicio, perdiendo el objetivo primordial que es la búsqueda del rendimiento deportivo óptimo.

 

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También hago un llamado a los técnicos para que evalúen hasta dónde están las posibilidades de disminuir a un atleta de categoría de peso, y si está dentro de los límites relativamente sanos; recordemos que primero son personas, luego atletas.

Es de mucha importancia asesorarse con profesionales en la materia y hacer un hábito de la alimentación adecuada. Esto es tanto para atletas como para entrenadores, ya que como formadores y guías, deben entender que bajo su responsabilidad está el generar una sociedad con personas física y mentalmente sanas, apoyándolas en el proceso de su desentrenamiento e inserción a la vida profesional, laboral y social.

 

Por José Gabriel Sagastume Ríos, Exclusivo MasTKD.com
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