Su interés por el Taekwondo nació en 2004, cuando veía una transmisión desde algún lugar de su natal Colombia; aunado con el impulso de su madre quien nunca pudo entrenarlo por sacar cuatro hijos adelante.
“Recuerdo ese día que pasaron los olímpicos del 2004, yo estaba en mi casa, (…) todavía no conocía el Taekwondo. En ese momento dije: yo quiero llegar allá. Quiero estar allá. Y mi meta fue esa desde el 2004”, explica Katherine Dumar Portacio.
A partir de ese agosto de año bisiesto, Dumar tardó dos meses junto a tres vueltas al sol para comenzar una carrera que mantiene vigente hasta la fecha.
Katherin Dumar es una referente del #Taekwondo mundial. En #América es de las mejores -67kg y https://t.co/ZTsWVlXLF6 habló con ella. pic.twitter.com/CIeeJGu2In
— MasTKD (@masTaekwondo) April 11, 2017
En octubre de 2007 fue cuando en el Panamericano Junior se dejó la plata de la categoría -55kg; ganándole a Daiana Montovani, Jessica Johnson y tropezando en la final contra Mariana Milan, de México. Era su debut en el alto rendimiento y ya lograba pódium.
Pasó por 13 eventos “G” durante ocho años para ser la responsable de romper el hechizo que tenía Colombia de 22 años de no ganar una medalla mundial.
Hoy, la -67kg sueña con Juegos Olímpicos, pero con otra perspectiva del Taekwondo: no exigirse con resultados.
“Me gustó mucho la idea de empezar a disfrutarlo más y no verlo más como un resultado más sino a comenzar a ver que se cumplen las metas, pero siempre disfrutándolo”.
“Mi entrenador siempre me pone mucha presión. Siempre me recuerda lo de la medalla mundial, pero ya eso pasó desde el día que me premiaron. Ya eso es parte del pasado, pero ahora aprendí a no dejarme presionar”, dice Dumar en exclusiva a MasTKD. Aunque también reconoce que su éxito se debe al esfuerzo y ganas que su entrenador René Forero le fomenta día con día.
Precisamente asegura que lograr conquistar el tercer puesto en Rusia2015 le cambió “mucho, mucho la vida mía y la de mi familia”.
“Mi familia no es que tenga así muchos recursos, después de ese momento (mundial del 2015), Coldeportes me subió de nivel, entonces ya ganaba mejor y ya podía darle un mejor de estilo de vida a mi mamá y a mi familia y pues podía ayudarles con lo que necesitaban. El cambio fue drástico”, confiesa Dumar, quien se sienta en unas gradas en las afueras del Coliseo 3 del Centro de Alto Rendimiento de Altura de la Ciudad de Bogotá para dar esta entrevista.
Lleva su jacket y buzo representativo de la delegación de Boyacá, mete sus manos entre sus muslos -quizá para calentarlas un poco del apabullante frío- y sonríe cuando se le pregunta de lo lindo y lo feo del Taekwondo.
“Lo más lindo es la alegría que uno le da cuando sube al pódium y escucha el himno nacional. No he podido compararlo con alguna otra cosa, eso es único. Hasta dan ganas de llorar. Cuando ve que todo el trabajo se reflejó y se da el resultado y puedes enorgullecer al país. Eso es lo más lindo”, explica.
Su respuesta no queda ahí, baja la mirada y rehace su moño hecho a carreras, voltea a ver con mirada incrédula y responde lo que considera lo más feo del Taekwondo.
“Lo malo, lo malo: las personas están cuando uno gana, pero cuando uno pierde ni el saludo. Ahí, cuando uno no gana es que se da cuenta de quiénes son sus amigos. Lo que más duele de esto es que uno alcanza a creer que hace amistades, pero cuando uno pierde se da cuenta que no son amistades y eso duele mucho”, dice.
A pesar de su potencial aduce que uno de los momentos más felices de su carrera fue cuando México la convocó para formar parte del equipo que defendería la tricolor azteca en el Mundial de Taekwondo por Equipos del 2015.
“Yo vi que en un mundial de TK5 también invitaron a Aaron Cook, ¿cierto? y yo dije güao eso debe ser lo máximo que un país le reconozca que uno es bueno y le haga parte de su equipo, yo dije: yo quiero, yo quiero. Y siempre dije: uf debe ser lo máximo y el día que me invitaron no cabía de la dicha (alegría)”, relata mientras su voz se excita cada vez más con los recuerdos.
En aquella ocasión se despidió de México con un charro debajo del brazo, medalla mundial por equipos y una sonrisa resplandeciente.
Pero sus aspiraciones no solo se quedan en el ámbito deportivo, ni tampoco divagan en los recuerdos, ni solo se enfoca en el futuro: Katherine quiere más que un título mundial. Quiere uno universitario… bueno, no uno: sino varios.
“Me gusta mucho la ingeniería. Estaba pensando en estudiar ingeniería biomédica. También me gusta diseñar. (Risas) Me gusta mucho idiomas, me gusta el francés, el inglés, el alemán. (…) Hablarlo, pues no muy bien, pero algo le hago”, comenta.
Katherine Dumar Portacio al consagrarse medallista del Campeonato Mundial Chelyabinsk 2015.
Su hobby favorito es dibujar, pero no cualquier dibujo, sino retratos.
“Dibujo mucho. Me gustan mucho los retratos. Me gusta mirar mucho cómo se expresa una persona sin palabras”.
Confiesa que en muchas ocasiones dudó de su capacidad para resolver combates e incluso pensó hasta en el retiro, en algún momento.
“Bueno, hay momentos en los que uno dice bue, no soy capaz, hay gente que uno dice no soy muy buena; pero cuando me paro con ellas en el Do chang, me doy cuenta que yo también soy muy buena. Sé que puedo llegar a hacer muchas más cosas, y pues bueno: sí me lo he imaginado y sé que puedo llegar hasta allá (Olímpicos)”, afirma con voz tenaz.
Katherine está clara que para llegar a Tokio primero debe conquistar eventos importantes como el mundial absoluto venidero de Corea o los Juegos Bolivarianos que serán en Santa Marta, Colombia.
Su humilde personalidad no desaparece y junto a sus sueños está la realidad: “hay que trabajar fuerte”, remata.
Esteban Mora, Exclusivo MasTKD
Creo que fue la mejor decisión
J.D
Y cuantos mas no estarían por ahí perdidos, pero a menos en México, el único deporte que veras en señal abierta todos los días es soccer. Porque en canales de universidades o educativos podrías llegar a ver televisados otros deportes pero nadie ve esos canales. La gente solo ve taekwondo durante los J.O. 🙁
Sin Yolanda Maricarmen :v