En una fría, muy fría Bogotá, con nubes grises inmensas y un Centro de Alto Rendimiento de Altura tapizado de ladrillos, Ignacio Morales, el atleta olímpico de Chile en Río2016 habló con MasTKD. Venía de entrenar y se dirigía a la tienda para merendar; no obstante, decidió quedarse atrás y revelar detalles de su vida como taekwondista.

No se siente como un ídolo, pero está consciente que muchos en su natal Chile lo toman como ejemplo.

“Lo que más quiero es ser un buen referente para los jóvenes, que no vean cosas malas de mí, que vean un buen ejemplo no solo como taekwondista, sino como persona”, confesó Morales.

Lleva dos años jalando su peto y casco por los pasillos de la Universidad Andrés Bello, en Santiago, y está convencido que por más éxito deportivo que llegue a tener, todo será un fracaso de no terminar su carrera en Ingeniería Comercial.

“En Chile no existe como tal ser deportista profesional. SI tú no eres profesional eres mal mirado”, aduce después de un suspiro con mirada a la nada.

 

 

Ignacio tiene 20 años y carga con un historial de 17 eventos internacionales de categoría G, o que dan puntos al ranking mundial, dentro de ellos tres mundiales (dos mayores y uno juvenil) así como los Juegos Olímpicos (Río2016).

En su infancia descubrió al Taekwondo por rebote, en un país inmerso en fútbol y que sabe quién es Arturito Vidal o Alexis “Maravilla” Sánchez, pero no Ignacio Morales.

“Fue fortuito, fue por un taller de colegio y se fue dando, me fue encantando cada vez más, fui teniendo talento y una cosa me llevó a la otra. Quizá tener un poco de habilidad para el Taekwondo y una cosa llevó a la otra”, recordó.

Su amor por el Taekwondo es tanto, que se plasmó en la piel tres hechos referentes al Taekwondo: sus inicios, las palabras Tae-Kwon-Do en coreano y los cinco anillos olímpicos. Pero no queda hasta ahí planea marcarse con el oro “que tendré en Tokyo2020”.

Ignacio se caracteriza por darlo todo en el tapiz. Su coraje es el espíritu que mejor calza con su mayor caracteriza, tal cual lo dice, “un espíritu indomable”.

“Nosotros estamos constantemente sufriendo golpes. El Taekwondo es mucho choque; por lo tanto, uno está dispuesto a sacrificar su estado físico por lo que uno ama. Es parte del juego”.

Su hambre de victoria es tanta que en el Panamericano de Querétaro, el año pasado, terminó a toda máquina con su nariz quebrada.

Confiesa que su gasolina está en la acción que generó una frase trillada.

“No hay secreto, la frase cliché es trabajar duro y que el éxito haga todo el ruido”, adujo.

 

 

Toda la olimpiada anterior la disputó en -58kg, pero por cuestiones de peso tuvo que hacer el último año en -68kg. Es decir, se coló a Juegos Olímpicos con experiencia de un año en una categoría.

Se le pregunta cómo, y responde con una sonrisa nerviosa: “Contra viento y marea logré la clasificación”.

Morales Puentes es reconocido a nivel internacional como el olímpico de Chile. Se le pregunta lo que siente al ver la bandera de su país en un pódium o en los mismo Juegos Olímpicos. Y en seco, contundente y con buen ánimo contestó: “obvio me siento orgulloso, pero yo no soy tan patriota, tan patriota, esto lo hago por mí y por mi familia”.

 

Esteban Mora, Exclusivo MasTKD