Río2016: maldición brasileña

 

Dicen que el deporte es vida, pero hoy el Parque Olímpico, que hace seis meses recibió 10mil atletas, tiene más fachada de cementerio que de parque deportivo.

El escenario donde un jordano enamoró al mundo o donde varios pantalones de colores disfrazados de Dobok se lucieron haciendo Taekwondo, no es más que un escenario olvidado.

Associated Press (AP) publicó que el Brasil que el mundo conoció en agosto del año anterior hoy no es más que un recuerdo bonito, que duró no más de un mes.

 

Río2016: maldición brasileña

 

El sector privado no muestra interés alguno en las instalaciones y ahora son propiedad del gobierno nacional, lo cual genera deudas de US $40millones, informa AP.

Los salarios de los maestros, trabajadores de hospitales y pensiones del gobierno estatal de Río de Janeiro no están siendo depositados.

“Durante los Juegos Olímpicos la ciudad trató de hacer que todo funcionase”, expresó Oliver Stuenkel a AP, un brasileño que enseña relaciones internacionales en la universidad Getulio Vargas. “Pero apenas terminaron los Juegos, todo se desintegró”.

 

Río2016: maldición brasileña

 

Otro detalle que afectó a la ciudad brasileña es que, tanto en el Mundial de Fútbol del 2014 y Río2016, la imagen cayó por la delincuencia, casos de corrupción, daño ambiental y represión del pueblo para dar una imagen ficticia al mundo.

El parque olímpico solo lo abren fines de semana y quienes lo visitan solo pueden caminar, andar en bicicleta o buscar una sombre para pasar el día.

¿Fue Rio2016 la maldición que hunde a Brasil?

 

Esteban Mora, Exclusivo MasTKD