Pasó una semana de la muerte del entrenador cubano Pedro Gato. Se necesitaron siete días para conocer las palabras de María Espinoza después del fatal suceso.

“Gato dejó un legado, nos marcó a todos, no solo a mí. Tenía mucho conocimiento, pero lo mejor era su seguridad. Jamás lo veías dudar y me hizo bien porque en mi vida él fue un antes y un después”, dijo Espinoza a Hoy Los Ángeles.

El cronista asegura que lo dice fría y sin agua de más en sus ojos. Lo dice al mejor estilo de María: serena, parsimoniosa, pero segura.

 

 

La azteca había guardado silencio sepulcral con respecto al fallecimiento de quien la acompañó en su camino al oro de Beijing2008 -como asistente- y al bronce de Londres2012 -como entrenador-.

Entre los dos se forjó una estrecha relación, una relación entrenador-competidora que acabó cuando se quedó fuera del primer cupo de la selección nacional hace algunos años. Un capítulo en la vida de los dos que se cerró por ahí del 2014.

María rompió el silencio por la muerte de Pedro Gato, aquel metodólogo deportivo especializado en Taekwondo quien fue su único compañero por más de dos años.

 

Esteban Mora, Exclusivo MasTKD