Algunos se convierten en un gran apoyo, algunos no suman ni restan y otros pueden transformarse en un verdadero dolor de cabeza para los profesores.

Consultando con profesionales de la psicología deportiva y del Taekwondo y haciendo una recopilación de información sobre la teoría del deporte, pudimos describir los distintos tipos de padres con los que se puede encontrar en el Taekwondo.

El número de personalidades podría ser mayor que el infinito. Sin embargo, logramos encontrar ocho modelos predominantes.

Desinteresados: es el típico encargado que llega, tira del vehículo a su hijo y se marcha. No pregunta absolutamente nada por los deberes del alumno con la escuela y es aquel a que no le importa nada con respecto al aprendizaje de su hijo. Solo se preocupa por la hora de entrada y de salida.

Si bien su neutralidad podría traducirse a simple vista como que no manifiesta ningún impedimento, no lo es, puesto que carga de toda responsabilidad al maestro.

Un estudio de la Universidad de Zaragoza asevera que las actitudes del núcleo familiar con respecto a quienes practican el deporte podrían influir en la permanencia del atleta o en la deserción.

“El entorno familiar tiene un papel decisivo no solo en la iniciación, sino en la relación (positiva, negativa o indiferente) que las niñas y los niños tendrán con la actividad física, con su continuidad y dedicación, y en su actitud hacia la misma”, detalla el trabajo titulado La Influencia de los Padres en la Práctica Deportiva Competitiva.

Sobreprotectores: el daño más grande que causa este grupo es que puede generarle al estudiante un desprecio tal hacia el Taekwondo, comparable con las intervenciones de sus padres en el entrenamiento.

La psicóloga y profesora de Taekwondo, Laura Roca, explicó a MasTKD que el daño en el desarrollo psicológico podría dejar secuelas muy profundas en quienes sufren la sobreprotección.

“Los padres juegan un papel importantísimo, (…) de alguna forma, que estén mirando qué hacen o qué no hacen sus hijos, también cohibe a los niños para que puedan mostrarse tal cual son. Por otro lado, el hecho de intervenir en el trabajo de los profesores es contraproducente, por ejemplo, si ellos presencian un combate y su hijo se lastima, van a querer entrometerse y eso no está bien porque los niños deben aprender a resolver solos de sus dificultades”, explicó.

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Críticos: otra distinción de algunos padres es que critican cuanta cosa hace su hijo dentro de la pista de entrenamiento.

Estos padres son los que desestimulan la parte didáctica y recreativa de la actividad, según contó la también psicóloga y entrenadora élite de Taekwondo, Lisethe Salcido.

Influyen tanto en el atleta, que llega a ejercer una presión muy grande en el competidor.
Pueden identificarse fácilmente, ya que son aquellos a los que los logros de sus hijos nunca le son suficientes.

Deportistas: estos son aquellos que tuvieron una relación profesional o amateur con el deporte y que quieren que sus descendientes sigan los mismos pasos.

Existen dos tipos de este ‘clan’: deportistas élite y deportistas frustrados.

  • Élite: insisten en que los familiares sigan los pasos en el deporte que practicaron en algún momento. Sobrevaloran todos los resultados y no tendrán paz hasta ver al ‘pupilo’ hecho un deportista profesional.
  • Frustrados: podría confundírseles con los criticones, pero lo que los diferencia es que esta población busca que su hijo alcance los logros que él nunca alcanzó.

Vociferantes: la mayor característica es que usted como tercero se pregunta: ¿fanático o loco? La cualidad de los que conforman este otro equipo de padres es que no solo critican al hijo, sino a todo el entorno y cuando algo no sale como quieren le echan la culpa a lo primero que se les ocurra.

Entrenadores: Si existiera un premio de los tipos de padre que no hay que ser, los ‘Entrenadores’ serían los campeones.

Se rigen bajo la mentalidad del entrenamiento duro, olvidando que hay etapas del deporte donde son utilizadas para crecimiento mental o recreación.

Además su regla de oro es: meteré la nariz en los asuntos que al Sabom-nim le compete.

Dan órdenes, se paran en las tribunas a dar instrucciones, se meten con los jueces y quieren manejar a su hijo como si fuera un muñeco de videojuegos.

Estos son los casos más graves de todos.

Mánager: el padre mánager es el aquel que considera que con el dinero podrá comprar todo en el deporte. Se vuelve como un representante para su hijo y se preocupa por darle lo mejor. Incluso, si ven en sus atletas un futuro prometedor buscarán la manera de encontrar patrocinios o venderlos en imagen, desde pequeños.

Padre Modelo: Aunque parezca paradójico el modelo de padre ideal que los profesores consideran es aquel que se sienta y disfruta de los entrenamientos y la competencia. ¿Sabe qué es lo mejor? Que ni hay que esforzarse para hacerlo. Es decir: no debe desgastarse mental y físicamente.

Un estudio empírico realizado en Reino Unido hace cuatro años, sobre atletas universitarios o de élite, reveló que sufrieron más después de una competencia, siendo niños o adolescentes, durante el momento del retorno a casa después de la competición.

El 90% coincidió en que el tocar el tema de su desempeño o hablar de la competencia era una verdadera tortura, ya que era como darle explicaciones a un entrenador decepcionado.

En cambio, el 10% que eligió otro escenario como en el que más sufrieron, dijo que el retorno a casa fue uno de los momentos más lindos, pues de la boca de sus padres venían felicitaciones o las palabras: “me gusto verte competir”, sin importar el resultado.

Como puede deducir, el lenguaje asertivo hace que el atleta realmente disfrute del Taekwondo e incluso cada vez quiera más. (VER NOTA)

Incluso, si usted es el típico padre que se siente orgulloso cuando ve a un compañero de su hijo competir, podría incluirse dentro de esta categoría.

Las felicitaciones grupales, que su hijo sienta un apoyo ahí, dejar al entrenador realizar la clase e inclusive permitir que el joven resuelva sus problemas, ocasionará que el deporte realmente cumpla con el objetivo de ser integral.

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Soluciones para padres “no modelos”

Tanto para Salcido como para Roca la solución es una y nada sencilla: dejen que el entrenador haga su trabajo.

Lisethe Salcido considera, e incluso aplica en su escuela, un entrenamiento para padres.

“¿Cómo prepararlos? Hay que hablar mucho con ellos, explicarles lo más posible de lo que viven sus hijos. Muchas veces (personalmente) les digo que hagan una clase con ellos para que entiendan. Que aprendan una forma (poomsae) o que aprendan a patear ‘alto y fuerte”, expresó.

La segunda parte del ejercicio es que los hijos, en este caso alumnos, les griten a los papás como ellos lo hacen con sus hijos.

“Eso ayuda mucho a verse en el espejo”, dijo la entrenadora y psicóloga.

Por cuestiones lógicas los padres deben acompañar a sus hijos en los procesos deportivos, pero lo que no está bien que hagan, es que influyan de manera negativa en el crecimiento del mismo.

Respetar las instrucciones, no interferir, demostrar apoyo de manera deportiva y ética.

La situación muchas veces se vuelve compleja, pero es necesario poder controlarla.

Pero bueno, como dijo la madre de alguien alguna vez: “lo más difícil de todo es verlos crecer”.

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