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Diciembre, oh diciembre; un mes que enmarca tantas cosas, quizás para los de Occidente la mayor cantidad de sus momentos de felicidad de la infancia se remontan a la época.

Sin embargo, para muchos otros de Oriente, es un mes donde se tuvo que dejar atrás la familia, el hogar e incluso la tierra que los vio nacer.

Al menos, ese es el caso de Raheleh Asemani. Una mujer que forma parte de esos 3millones de personas que dejaron el país natal en 2012, en busca de refugio político.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) asegura que esa fue la cantidad de personas que se desplazaron hace cuatro años, siendo 868 200 provenientes de la República Islámica de Irán. País que Asemani representó cinco veces en competencias internacionales de Taekwondo, donde logró una presea de oro en el Open Británico y una medalla de plata de los Juegos Asiáticos, acorde a la base de datos de MasTKD.

Cargar con la bandera de Irán, incluso llevarla al pódium, no fue suficiente. Ella tuvo que dejarlo todo, excepto su sueño. Un sueño que durante 13 años la impulsó a practicar Taekwondo en una sociedad extremista, y que el diciembre que partió de casa, cuando dejó todo, lo llevó consigo. Lo empacó en su corazón.

Hoy, son 26 años de historias, casi 27, y de los cuales 17 están cargados de Taekwondo, y su sueño, cuatro años después, está a un pódium de cumplirse; sin importar si el destino quiso arrebatárselo, hoy ella le demuestra al destino que las casualidades no existen, y que la única manera para avanzar cada escalón de la vida, es trabajando en subirlo.

Arribó Bélgica, sí, en diciembre de 2012, se convirtió en una de los 22.024 refugiados registrados en los datos de ese año de la ACNUR.

Consiguió trabajo en una oficina postal y aseveró al portal oficial de Río2016 que corría de casa en casa para entregar las cartas. “Pero hoy he entregado un boleto olímpico: ¡voy a Río!”, dijo el 19 de enero. (VER NOTA)

En efecto, Raheleh logró su pase olímpico en enero anterior, en el clasificatorio europeo. El sueño que creyó se difuminaba, estaba ahí: iluminando su vida, demostrándole al mundo tal aseveración en el resplandor de sus ojos, enseñando su protector bucal en medio de bocanadas de aire, mientras ella parecía divagar de felicidad y satisfacción en sus recuerdos.

Era ama y señora de la categoría -57kg en Estambul, Turquía. Hizo cuatro peleas para poder sellar su boleto olímpico, era una llave de 19 atletas donde solo dos cumplirían el sueño de agendar la cita veraniega en Río.

Compitió bajo la bandera de la Federación Mundial de Taekwondo (WTF, por sus siglas en inglés), en Estambul fue dirigida por Karim Dighou, entrenador de la selección belga de Taekwondo, y fue él quien le abrió la puerta de sus entrenamientos a aquella mujer que tres años atrás no tenía ni siquiera un trabajo. El tiempo pasó y ella en son de agradecimiento le respondió a la bandera que le acogió, con resultados.

Mapas Mentales, de José Andrés Ocaña, reza que “cuando nos hacemos el propósito por algo, creamos en nuestra mente una imagen de todo lo que nos gustaría alcanzar. Y nuestra mente, inmediatamente, comienza a trabajar, como si fuese un imán, atrayendo todos los sucesos y circunstancias que nos ayudarán a que nuestra imagen se haga realidad”.

“Es importante darnos cuenta, sin embargo, de que esto no es un proceso de un día; debemos ser atractivos y aprovechar cada oportunidad que aparece”.

 

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Raheleh sabía lo que quería. Al sueño solo faltaba ponerle un destino, buscaba oportunidades, y estaba enfocada en que Río de Janeiro sería el lugar de ensueño.
Entrenaba en un parque junto a la casa donde se mudó. Traía al presente su sueño de muchos años atrás, fue entonces cuando preguntó a Dighou si podría entrenar con ellos. Él aceptó, asegura el estratega en un video  de la vida de Raheleh realizado por la WTF. (VER VIDEO)

En 2013, comenzó su trámite de protección como refugiada política en Bélgica, y se le otorgó el permiso. Es ahí el comienzo de tres años cargados de competiciones, que remontan a la actualidad, y que serían claves para alcanzar los olímpicos.

El Abierto de Alemania, en 2013, fue su primera aparición bajo la representación de Bélgica, la primera y se llevaba el oro, eso sí, sin ser ciudadana belga.

Después de Alemania vinieron 18 competiciones más, en todas logrando medalla. Su palmarés se dividió en ocho bronces, dos platas y ocho oros, representando al país que le abrió las fronteras y que le hospedó en casa de una tía.

Dentro de esas 18 se cuenta el Clasificatorio Olímpico. Fueron 16 cupos europeos los que se jugaban en la cita de Turquía, era la primera competición oficial del 2016 y ya se estaban dando sorpresas, por ejemplo: una refugiada se había hecho con un cupo a Río. Titulaba la prensa internacional la mañana del 18 de enero en el pregón.

Mes y medio después, el 2 de marzo, el Comité Olímpico Internacional (COI) reveló que se crearía el equipo de Atletas Olímpicos Refugiados (AOR), y que el Taekwondo sería representado por Asemani.

“El equipo de AOR fue creado por el COI, para que los deportistas afectados por las diferentes crisis bélicas, puedan estar agrupados bajo la misma bandera”, informó MasTKD en su momento. (VER NOTA)

“Recuerda el viaje, recuerda a la gente, recuerda con todo lo que has luchado, es el último round: vamos”, dice entre palpitos Asemani.

A pesar de estar agradecida con todos, desde entrenadores hasta compañeros de entrenamientos, ella nunca olvidó a su familia: papá, mamá y hermana.

“Cuando hago Taekwondo, lo hago por mi padre y por mi familia. (…) Tengo que hablar con mi padre todos los días, (…) no puedo imaginar qué haría si no pudiera hablar con él durante dos días”, dijo Raheleh en la publicación del portal oficial de Río2016.

Sin embargo, aunque la noticia que el Taekwondo tendría una atleta refugiada, en el evento deportivo más importante del mundo, había inundado las redes; el 3 de junio el COI publicó la lista oficial de los atletas que llegarían a Brasil en agosto y se notó de buenas a primeras que Raheleh Asemani estaba ausente del listado.

Nada coincidía, si se partía del mensaje que ella había mandado a las personas con la misma situación que ella. “Mi mensaje, es un mensaje de esperanza a los refugiados, no importa qué situación tiene en su vida, usted tiene que creer en sus sueños, y estar dispuesto a hacerlos con lo que sea necesario, con cada oportunidad, para hacerlos realidad”.

Estaban en la lista diez nombres, seis varones y cuatro mujeres, pero no el de Raheleh Asemani. ¿Qué pasó?

Tras la clasificación a Juegos Olímpicos, Bélgica argumentó que Raheleh compitió en la olimpiada 2012-2016 bajo su bandera y si existía la manera de unirla a la delegación belga para Río2016 sería genial, se dijo de manera extraoficial.

Lo que sí se confirmó el 13 de abril, es que Raheleh adquirió la nacionalidad belga, y ese es el motivo por el cual no fue incluida en la lista del AOR. Ella se convirtió en un miembro de los 11millones de habitantes que alberga el país europeo, según el Banco Mundial.

“Tengo todo desde Bélgica, (…) Entrené muy duro en Bélgica, (…) ¿Qué puede ser más hermoso que tener un país para los Juegos Olímpicos? Para la mayoría de los competidores, la nacionalidad puede ser un hecho. Pero para los refugiados, la falta de la misma puede significar un final a su carrera internacional”, dijo Asemani a Associated Press.

Remató la entrevista diciendo: “¿Qué puede ser más hermoso para mí? Puedo hacer algo por mi país”.
Es indudable que la historia de Raheleh Asemani puede servir de superación para millones en el mundo. Quizá por eso, más que con su historia, la WTF quiere contar con su experiencia.

Raheleh fue nombrada embajadora de la Fundación Humanitaria del Taekwondo, junto a Aaron Cook y Jade Jones, ambos celebridades del Taekwondo mundial. (VER NOTA)

Pero, es prácticamente un hecho que esta historia, la de una mujer que se acerca a los 27 años, que superó toda adversidad y que llegará a Brasil presumiendo la bandera de Bélgica en su Dobok: continuará.

 

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Esteban Mora, Exclusivo MasTKD