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Ana Lucía Suazo, a base de mucha lucha y voluntad, ya logró convertirse en un orgullo hondureño. Es que oficialmente, a sus 18 años de edad, es una de las nuevas estudiantes de la universidad más prestigiosa de Estados Unidos, nada más y nada menos que Harvard.

Con ello se convierte en la cuarta hondureña en ser aceptada en la considerada mejor universidad del mundo. Por supuesto que no fue fácil, su vida se ha resumido en dos grandes cosas: el Taekwondo, que lo practica en la Academia Honduras Idols, dirigida por el máster Guillermo Erazo y el estudio, pues se graduó con honores de Saint Peter’s de San Pedro Sula.

“Cuando estaba más pequeña, jugaba fútbol y mi mamá un día habló con el entrenador de mi hermano y después de convencerlo me metieron a las clases cuando tenía cuatro años, yo era la única niña, a los 8 años mis padres se interesaron en colocarme en las clases de artes marciales y pues gracias a Dios escogieron el Taekwondo para mí, lo comencé a practicar y a practicar, gané unos cuantos torneos, me lesioné bastante también”, declaró.

“Pasé tantas cosas, pero estas me han dado carácter, a los 14 años me quebraron la nariz en un torneo y tuve que ir a cirugía, entramos en pánico, creí que no iba volver a practicar”, nos cuenta, pero no sabía que el Taekwondo le ayudaría a abrir puertas a un mejor futuro”, aseveró.

 

Su motivación

No todo ha sido alegría en la vida de Ana. “El día que fui parte de la selección de Taekwondo fue muy importante, me causó tanto impacto en mi vida porque un día antes del torneo yo estaba en los pesajes y mi abuela iba a tener una cirugía de corazón abierto, y doy el peso, pero recibimos una llamada con mi papá (Luis Suazo) que mi abuela estaba con un paro cardíaco y rápidamente nos trasladamos al hospital. Cuando íbamos por la carretera nos llamaron que ella ya había fallecido”.

Y añade: “Antes de que ella se fuese al quirófano y yo al pasaje, la fui a visitar, se dirigió a mí y me dijo: ‘Hija, yo sé que te vas a ir a los Estados Unidos a la mejor universidad y sé que mañana vas a ganar por mí, yo sé que te va a ir bien’”. Tomó la decisión de ir al campeonato, pues tenía una promesa que cumplir, lo ganó y entró a la Selección Nacional de Taekwondo.

 

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Su ingreso a Harvard

“Yo nunca había considerado la posibilidad de irme a las mejores universidades de EUA, sí quería salir, pero un amigo que se fue para Harvard en 2013 fue la luz, porque él creció en circunstancias difíciles y tuvo la oportunidad para irse a esa universidad y yo empecé a investigar en internet sobre ello. Me puse a estudiar mucho, me concentré en hacer los exámenes en Estados Unidos, tuve que buscar sola cómo prepararme, imprimí cientos de hojas para practicar, me encerraba en mi cuarto, nadie me ayudó. Tuve cinco exámenes, en el que apliqué era de 36 puntos y saqué 30″.

 

El Taekwondo, otra clave

“El Taekwondo y la música ayudaron a que los oficiales de Harvard vieran mi pasión y cuáles eran mis sueños, ellos quieren buenas notas, quieren un músico, una atleta formidable, pero más que todo una persona con sueños y ambición. Para aplicar hice 60 ensayos, uno tiene que dejar el alma en cada escrito para convencerlos”.

Fue medalla de oro en el torneo internacional Yin Yang Costa Rica en 2014, medalla de bronce en los Juegos Codicader 2014 y Bicampeona nacional 2014 y 2015.

 

Un gran ejemplo de perseverancia que llena de esperanzas a todos aquellos que entiendan que en la educación está el verdadero camino a seguir para ser un verdadero triunfador o triunfadora en la vida.

 

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Fuente: Diez de Honduras

Francisco Keller, Exclusivo MasTKD