Fernando Akilian

Lic. Prof. Fernando Akilian
Maestro de Taekwondo 4ºDan Kukkiwon
Profesor de Educación Física
Licenciado en Actividad Física y Deporte
Licenciado en Ciencias de la Educación
Autor del libro “Taekwondo Olímpico. Enseñar el arte de jugar el deporte”

 

Introducción

En esta última entrega intentaremos reflexionar y presentar propuestas sobre posibles acciones en cómo poner en marcha un programa de formación dirigida a futuros instructores y/o actualización de los actuales entrenadores de Taekwondo. Impulsar una carrera o espacio de formación continua es todo un desafío, tanto para los especialistas en educación y deporte como para los del curriculum en particular. Un aspecto muy importante, antes de encarar un proyecto de estas dimensiones es el de considerar que los dirigentes que se encuentran al frente de instituciones deportivas y las autoridades gubernamentales del deporte provincial/estatal o nacional, tengan presente en convocar a los especialistas nombrados anteriormente para que el proyecto sea viable y cuente con rigor científico en su preparación. También, es interesante pensar en el gran desafío que es incursionar por un camino, probablemente novedoso para muchas instituciones del deporte, como lo es el del ámbito de la educación formal donde las diferentes Casas de estudio, ya sean Universidades, Magisterios o Institutos de Formación Docente, puedan ser las que alberguen este tipo de proyectos, otorgándoles un número de resolución y generando también así, un curso profesional, oficial y reconocido.

 



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Desarrollo

Dada la gran diversidad de espacios, de contextos y de sujetos que hoy se acercan a la práctica del Taekwondo, consideramos que es cada vez más necesaria la formación continua y sistemática de aquellos que deciden enseñar este arte marcial, deporte olímpico y para-deporte. Abrir las puertas del conocimiento científico sistematizado a la formación de instructores/entrenadores de Taekwondo es, en muchos países y regiones, una gran deuda cultural y social en donde, por ahora, algunos espacios de capacitación asistemática logran ser los únicos momentos de intercambio entre aquellos que ejercen la enseñanza. La poca oferta, en muchos casos, hizo que entrenadores/instructores, sin decirlo a “viva voz”, reclamen en lo más íntimo, tener “hambre de conocimiento”.

Los cursos, congresos, seminarios, jornadas y clases especiales son espacios educativos que pueden implicar la toma de contacto con los saberes para pensar los cómo, dónde, a quién, con qué, por qué, etc., sin embargo, el abuso de este tipo de dispositivos por las faltas de políticas educativas sistemáticas no aseguraría el aprendizaje de los participantes y se transformarían, como lo comentáramos en artículos anteriores, en la continuación de posibles “saberes experienciales” o reproducción de las clases de un Maestro referente. En varias ocasiones, esto se podría deber por la gran cantidad de temas y poca profundidad en los contenidos enseñados por el corto tiempo del curso o, en el otro extremo, por una capacitación monotemática con gran cantidad de detalles que impiden apropiarse de todos los saberes. ¿Y la evaluación?. En la mayoría de ellos no hay y es este último aspecto didáctico el que nos permitiría hacerles el seguimiento a los estudiantes (futuros instructores o actualización de los actuales entrenadores), y la posterior acreditación de los saberes adquiridos.

 

¿Aprender a qué? Aprender a cómo enseñar…

En ciertas situaciones, la atención a la enseñanza de una disciplina en sí, relega el abordaje de los aspectos de cómo aprender a enseñar la misma, por lo que el planteo didáctico no encuentra diferencias entre las enseñanzas que recibe el alumno que se encuentra formándose como docente y la de aquel que entrena por el placer de la práctica misma.

 

No es lo mismo:

Enseñar un contenido —> Enseñar a enseñar un contenido

 

No es lo mismo:

Enseñar un Poomsea a practicantes-alumnos cintas negras —> enseñarle a enseñar Poomsea a cintas negras para el futuro dictado de sus futuras clases de TKD.

 

No es lo mismo:

Formación para un nivel especifico de la disciplina —> Formación para la diversidad de niveles de la disciplina.

 

Coincidiremos con los Señores lectores que, para obtener el cinturón negro en Taekwondo, generalmente, se debe rendir un exámen donde los contenidos a evaluar varían entre, la complejidad de la ejecución de técnicas de puño y pateo, combate, defensa personal, reglamento deportivo, historia del Taekwondo. Sin embargo, ¿saber enseñar esos contenidos, sería motivo de otra instancia formativa? Nos preguntamos:

¿Cómo distinguir a aquel cinturón negro que es competidor, de aquel que es instructor/entrenador o desea serlo? Una respuesta posible y, ajustada al tiempo en que vivimos sería: aquel que se propone a “aprender a ser docente”. Esto debería implicar no sólo aprender a enseñar sino también aprender las características, significado y funciones sociales de la ocupación (Contreras, 1987).

La enseñanza de un arte marcial – deporte como lo puede ser el Taekwondo y el Para-Taekwondo implica una formación que permita diferenciar pedagógica y didácticamente la programación de la enseñanza. Cada aspirante a ejercer la docencia de esta actividad debería conocer desde las fases evolutivas de los sujetos de aprendizaje desde la niñez, pasando por la pubertad, adolescencia, adultez y por qué no, adulto mayor. Las cargas e intensidad en cada sesión, etc, conceptos actuales de iniciación, especialización y alto rendimiento, etc, y todos aquellos aspectos didácticos (enseñar, aprender, evaluar) que nos permitan dar certezas de, cuáles serían los propósitos, objetivos o metas de nuestras enseñanzas. No conocerlas, sería una pérdida de tiempo y un riesgo físico, psicológico y social para nuestros destinatarios de clase.

Pensemos juntos, qué y cómo podría implementarse una formación curricular que asegure un saber científico, cultural y atento a la diversidad para enseñar el Taekwondo.

 

Curso de Capacitacion

 

Propuestas para la formación académica en la enseñanza del Taekwondo

Si bien en cada sociedad, contexto y cultura se pueden llevar a cabo diferentes propuestas de formación académica para entrenadores/docentes en Taekwondo, les proponemos a los Sres. Lectores algunas ideas que luego, podrían ser continuadas, cada uno en sus asociaciones o federaciones nacionales.

 

1)   Convenios con Universidades.

Las Universidades de gestión estatal pueden ofrecer espacios académicos para formar entrenadores deportivos a través de cursos o diplomaturas y, en algunos casos a través de carreras de pre grado como las Tecnicaturas. De acuerdo a las distintas políticas e ideologías de los gobiernos latinoamericanos, estos podrán ser totalmente gratuitos, es decir, estos no conciben con la idea de que el ciudadano tenga que pagar por educarse, ya que la educación es entendida como un derecho sin distinción de clases sociales. Puede existir también la posibilidad de que estos cursos tengan algún costo derivado de la apertura de estos nuevos espacios donde las universidades no lo han tenido en sus presupuestos anuales. En este caso, las federaciones nacionales podrían hacer convenios con el área de “extensión universitaria” o con el “Departamento de Educación Física y Deportes” o afín.

La gratuitidad asegura el ingreso de todos los participantes sin distinción. También, en el caso de tener que pagar pero no poder abonar, se podrían prever becas estudiantiles para aquellos que no tengan la posibilidad de hacerlo.

Los profesores podrían ser provistos por las universidades y/o por las mismas federaciones si es que cuentan con entrenadores/instructores con títulos universitarios.

Las universidades de gestión privada también pueden ser viables, siempre y cuando dichas Casas de Estudio posean las instalaciones y los profesores afines para el dictado del curso o carrera. Probablemente, sea la opción que accione con más celeridad a diferencia de las estatales, ya está el fin ganancial que le represente a la universidad los que los motivaría, en parte, para abrir un curso o carrera de pregrado.

Las cursadas podrían ser presenciales, semi presenciales o a través de un campus virtual “a distancia”. Esta última posibilidad es una de las que más ha crecido en el último tiempo dada la imposibilidad de muchos interesados en tener que trasladarse y costearse el viaje a los centros de estudio.

 

2)   Convenio con el Ministerio de Deportes – Secretaría de Deportes nacional.

En algunas ocasiones, ingresar al ámbito de la educación formal no es fácil por distintas trabas legales, costos o burocracia interna de las universidades o Ministerios de Educación. Sin embargo, una alternativa es proyectar junto al organismo estatal que regula el deporte nacional, un espacio académico. Si bien no tendría el reconocimiento del área formal (Min. de Educación o Universidad), son significativos los aportes que puedan hacer distintos especialistas del deporte en general y los del Taekwondo en particular, con formación universitaria o acreditando idoneidad en su disciplina. Al igual que la alternativa anterior, podría ser gratuito o arancelado, según la ideología del gobierno y el enfoque que se le dé a la formación.

 

3)   Capacitación federativa sistemática como parte de la política educativa interna institucional.

Probablemente, la opción que podría resultar más viable y rápida en cuestión de aprobación y puesta en marcha, evitando así la burocracia interna de los organismos estatales, es a través de la proyección de un espacio de formación interno federativo. Esto podría ser a través de la conformación de una “Escuela o Colegio de entrenadores”. Para ello, dicha federación nacional debería asegurarse de contar con especialistas en educación y el armado de curriculums para el diseño serio, profesional y científico de un plan de estudios o programa de enseñanza, sabiendo las necesidades y realidades coyunturales. Probablemente, esta actividad esté remunerada por las federaciones y como lo comentáramos anteriormente, también sería interesante poder contar con algún plan de ayuda económica para aquellos instructores de bajos recursos que no cuenten con la posibilidad de realizar la totalidad del arancel dispuesto. En estos casos en particular, habría que diferenciar a qué llamamos “colegio”, ya que puede ser entendido como un espacio meramente formativo o como lo comentáramos anteriormente, podría ser llamado así al lugar donde se matriculan especialistas de un área o profesión y regulan una actividad profesional.

 

Curso de Capacitacion, Veracruz 2013

 

Conclusión

Los programas de capacitación o de formación continua deberían ser parte de una política institucional, en este caso, a través de una federación o asociación deportiva y así poder proveerles a los entrenadores o futuros docentes en Taekwondo, de herramientas, habilidades, y estrategias de enseñanza para su aplicación en sus campos y realidades locales, incrementando además, el bagaje de conocimientos en distintas áreas y tomando contacto con el saber científico.

Recordemos que la toma de contacto con el saber y los contenidos pertinentes implica realizar una “traducción del contenido a enseñar” (transposición didáctica en términos de Chevellard) por el instructor, docente o entrenador y, a través de diferentes estrategias y métodos de enseñanza, lograr que los alumnos-deportistas tomen el contacto con los saberes según las características y estilo de aprendizaje de cada uno de ellos.

Los programas educativos deberían proveer de un servicio al asociado, propiciando el desarrollo de la actividad y la gran responsabilidad social que es enseñar y educar a otro ser humano, evitando así, el elitismo formativo excesivo y las recetas pedagógicas.

 

Bibliografía consultada

  • Akilian, F. (2009) Taekwondo Olimpico. Enseñar el arte de jugar el deporte. Buenos Aires. Ed. Kier.
  • Contreras Domingo J. “De estudiante a profesor. Socialización y enseñanza en las prácticas de enseñanza”, en Revista de Educación N°282, Madrid, Ministerio de Educación y Ciencia, 1987.
  • Documento “Lineamientos Curriculares Nacionales para la Formación Docente Inicial” en Instituto Nacional de Formación Docente, Ministerio de Educación de la Nación, Buenos Aires, 2007.
  • Gvirtz S. y Palamidessi, M. (1998) El ABC de la tarea docente. Buenos Aires. Ed. Aique.
  • Ministerio de Educación de la Nación – Comisión Nacional de Acreditación y Evaluación Universitaria (CONEAU) disponible en www.coneau.gov.ar
  • Schön, D. (1992) La formación de profesionales reflexivos. Barcelona. Ed. Paidos
  • Tardif, M. (2004) Los saberes del docente y su desarrollo profesional.Madrid. Ed. Narcea.

 

 

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