Jesús Tortosa Alameda nació en Madrid el 13 de Diciembre de 1964. Es licenciado en Educación Física y Ciencias del Deporte y 7º Dan de Taekwondo. Como deportista fue subcampeón del Mundo en 1987, año en el que logró la Copa del Mediterráneo y fue tercero en la Copa de Europa.

En 1980, 1982 y 1988 se proclamó Campeón de Europa. En los Juegos Olímpicos de Seúl 88 logró el 4º puesto y en 1989 logró la medalla de plata en la Copa del Mundo.

Tortosa dejó de competir a los 25 años y dentro de su curriculum como capacitador posee el logro de haber formado más de 300 entrenadores en la antigua URSS.

Como Director Técnico de “La Española”, puesto que ocupa desde 2005 consiguió 28 medallas mundiales (10 oros, 5 platas, 13 bronces), 3 medallas en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 (1 oro, 2 platas), 3 medallas en Sport Accord Combat Games (2 oros, 1 plata), 1º puesto por equipos en Juegos Olímpicos Londres 2012, 1º puesto por equipos en Sport Accord Games 2010, 2º puesto por equipos Campeonato del Mundo 2005, 2007 y 2009 y 2º puesto por equipos Copa del Mundo 2006 y 2010.

Hablar con Jesús Tortosa es adentrarse en la rica historia del “Taekwondo Español” y por lo extenso de esta conversación, haremos esta entrevista exclusiva de masTaekwondo.com en varias entregas.

Hola Jesús, enhorabuena por este resultado que coloca a España en lo más alto del pódium de los Juegos Olímpicos de Londres, donde el seleccionado que diriges se quedó con el máximo galardón como equipo. Tenemos mucho para hablar y por eso me gustaría comenzar preguntándote por tus inicios en el Taekwondo. ¿A que edad, en que club y con que profesor comenzaste tu práctica en el Taekwondo?

A los 13 años, fue el regalo de cumpleaños de mis padres después de estar algún tiempo insistiendo para que me inscribieran en un gimnasio que habían abierto cerca de mi casa, el Han Kuk, un club que sería mítico en el Taekwondo español en la década de los 80.

Empecé con el maestro Moon Han Seon, de quien aprendí la esencia del Taekwondo durante tres años. Cuando se fue de Alcobendas, el maestro Ángel Guerra se encargó del equipo de competición durante un par de años, pero quien estuvo y está a mi lado durante toda mi carrera deportiva, tanto en los buenos como en los malos momentos, es D. Antonio Gomez Suero, para mi mucho más que un maestro.

¿Por qué comenzaste a hacer Taekwondo?

De niño practique baloncesto, hockey sobre patines y futbol, pero las artes marciales tenían un atractivo especial en aquella época, eran realmente fascinantes. Mis padres se negaron a que hiciera Judo, pero finalmente con la ayuda de mi mejor amigo Pablo y mi primo Javi, que comenzaron un mes antes que yo a practicar Taekwondo, conseguí convencerles y hasta hoy. Entonces le llamaban el “Karate Volador”, imagínate como impresionaba.

¿Cuándo te comenzó a interesar la competencia?

La verdad es que ni sabía que había competencias de Taekwondo. Cuando llevaba un año entrenando, el maestro dijo que había una competencia y me seleccionó junto a otros compañeros del gimnasio. Fuimos a la aventura, nunca había visto algo así. Tenía 14 años y la competición era el Campeonato Junior (que en aquella época era hasta 21 años) de Castilla, lo que hoy es Madrid, Castilla La Mancha y Castilla León. Quedé bronce y la experiencia me enganchó, así que al mes siguiente participé en el Campeonato de Castilla de mayores y obtuve el oro. Así fue como nació mi interés por la competencia.

Era una época donde los gimnasios están repletos de peleadores atraídos por las películas de artes marciales ¿Qué recuerdas de esos días?

Recuerdo que en aquella época todo lo relacionado con las artes marciales era fascinante, casi místico. Las películas y sus estrellas eran nuestros ídolos a los que tratábamos de imitar, al igual que los maestros que venían a impartir cursos. Realmente teníamos devoción por entrenar, aprender y vivir el Taekwondo intensamente. Era una filosofía de vida, autentica vocación.

¿Cuándo y cómo comenzaste a destacarte?

Como dije antes en mi primera competición conseguí bronce y en mi segundo torneo con 14 años logré ganar el Campeonato de Castilla de mayores, pero por el reglamento de edades a nivel nacional no pude participar en el Campeonato de España para -21 años hasta el año siguiente, donde obtuve la plata y 3 meses después el oro en el Europeo disputado en Dinamarca. A partir de ahí entré a formar parte del Equipo Nacional desde 1980 a 1990.

Has pasado por Campeonatos de España, Europeo, Mundial, etc. ¿Cómo fue tu evolución?

En 1980 participé en mi primer Campeonato de España y mi primer Europeo Junior, donde obtuve el oro. En el 82 gané mi segundo Campeonato Europeo, en 1983, con 18 años, participé en mi primer Campeonato Mundial, pero hasta el de 1987 no logré subir el pódium. En los dos anteriores había perdido en el combate por la medalla después de haber pasado las dos primeras rondas con facilidad. A partir de ahí, y ya con más experiencia, fueron mis mejores resultados: Plata en el Mundial 87 y Oro en la Copa del Mediterráneo, Oro en el Europeo del 88 y la participación en los Juegos Olímpicos de Seúl 88. La Plata de la Copa del Mundo del 89 y mi último año de competencia fue 1990, un año muy duro por una lesión importante.

¿Tuviste mucha competencia en los Campeonatos de España en tu época de atleta?

Lo cierto es que en esos 11 años en mi peso siempre tuve grandes rivales en los Campeonatos de España (Benito, Sanabria, Navarrete, Poli Rodríguez, Torner, Santaolaria, Jordi, Manolo García, etc., espero no dejarme ninguno) todos increíbles competidores, medallistas mundiales, europeos u olímpicos. Dos generaciones de superatletas de Taekwondo.

Ahora la mayoría de los atletas del equipo español están en los CAR donde tienen todos los medios, ¿Cómo era la vida de los miembros del equipo español en esa época?

A diario entrenábamos en nuestros clubs, los fines de semana entrenábamos con la selección regional y cada cierto tiempo nos concentrábamos con el equipo nacional. En mi caso además compaginaba los entrenamientos con mis estudios universitarios de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y mi trabajo de profesor de Taekwondo en el gimnasio donde empecé. Hasta después de los Juegos Olímpicos de Seúl nadie pudo dedicarse de forma exclusiva al Taekwondo.

¿No había becas como ahora?

Mientras estuvimos dentro de la Federación Española de Judo, ningún atleta de Taekwondo tuvo beca alguna. En 1987, después de la creación de la Federación Española de Taekwondo, se empezaron a pagar premios por las medallas internacionales y después de los Juegos Olímpicos de Seúl, unos pocos afortunados recibimos las primeras becas económicas del Taekwondo español. También se crearon los grupos de entrenamientos de los CAR de Barcelona y Madrid. Ese fue el principio de la estructura del Taekwondo actual.

Viéndolo a la distancia de los años ¿Qué crees que te diferenciaba de otros deportistas como para destacarte?

Creo que lo que más valoraban de mi los entrenadores y rivales era la inteligencia en el combate. Algún artículo se publicó en su época al respecto. Intentaba provocar que mis rivales combatieran como era mejor para mí. A veces lo conseguía y otras no. Mi estilo era diferente, creo que con mayor variedad de recursos tácticos y estratégicos.

Te tocó pelear en una época donde era casi imposible ganarle a Corea ¿Crees que hoy el resultado sería otro? Hablando principalmente de las finales del Mundial y la Copa.

La final de la Copa del Mundo la hubiera perdido igualmente ahora. La del mundial del 87 no sé qué decirte, perdí solo por 1 kyongo en un combate muy igualado. Sin embargo donde sí creo que el resultado podría haber sido otro a mi favor, fue en los Juegos Olímpicos de Seúl. El primer asalto fue perfecto. En el descanso Ireno y yo no hacíamos más que mirar el marcador confiados en un 2-0 para mí, como mínimo. Cuando solo me dieron “ventaja” se me vino el mundo encima y me di cuenta de que era una misión imposible. Piensa que en aquella época los puntos se daban con papeletas al final de cada asalto y si los árbitros consideraban que no había ningún punto en el raund daban ventaja a uno de los dos competidores, pero las ventajas eran superadas por un solo punto en cualquier asalto. Así fue, un punto a favor del coreano cuando terminó el segundo asalto acabó con mis esperanzas. Creo que la época actual es el sueño de los competidores de mi generación.

¿Prefieres entonces la competencia actual a la de tu época?

Sin duda, ya que se puede puntuar con todas las técnicas, las patadas a la cara tienen más valor, los petos electrónicos, el videoreplay, además en cada momento sabes si consigues puntuar o no con lo que te puedes autoregular y realizar las correcciones necesarias. Me encanta el Taekwondo actual. En los Juegos de Londres ha sido todo un espectáculo, tanto en directo como por televisión. Lo curioso es que el abanico técnico actual con las acciones a la cara, las patadas de giro, el puño, etc., es muy parecido al de la mi época. Me siento muy identificado con esta forma de competir.

¿Cuál o cuáles son los campeonatos de los que mejores recuerdos tienes?

Todos los campeonatos son vivencias inolvidables, pero para mí tienen un recuerdo especial el mundial del 87 en Barcelona, porque en los dos anteriores me quedé a las puertas del pódium y en este por fin conseguí llegar a la final. También el Europeo del 88 en Turquía, donde le gané en la final al turco Yangiz, ante un estadio completamente lleno hasta la bandera y un público enloquecido animando a su deportista, donde me dieron una gran ovación cuando acabó el combate.

¿Cómo ha cambiado la preparación del equipo nacional de tu época a la actual?

Entonces las concentraciones del equipo nacional eran muy duras. Quizá todo era más improvisado y se entrenaba a lo bestia, casi hasta el límite de lo que el cuerpo podía aguantar. Lo más duro, sin duda, eran las concentraciones en altitud de los meses de Agosto. Quien conseguía superarla ganaba una fortaleza mental increíble, pero se sufría muchísimo. Los que estuvimos en Seúl 88 nunca olvidaremos la montaña de Navacerrada.

Ahora todo es más planificado, se respetan los periodos de recuperación. Es una preparación más específica y científica.

¿Qué sientes que fue lo mejor y lo peor que te dejó la competencia?

Mi etapa como competidor fue intensa, con experiencias únicas e inolvidables, por lo tanto todo lo que me queda es positivo, las vivencias, los amigos y, lo más importante de todo, es tener la suerte de poder dedicarme a lo que me gusta y poder vivir de ello. Lógicamente a ningún deportista se le olvidan los momentos más amargos que son las lesiones, aunque afortunadamente no me ha quedado ninguna lesión crónica a pesar de tantos años de entrenamiento tan intenso.

 

Hasta aquí la primera parte de la historia de quien hoy es el Director Técnico del equipo olímpico más fuerte del planeta. Próximamente estaremos publicando como se convirtió en un referente técnico dentro de la Ex Unión Soviética y su llegada al seleccionado español.

 

Primera parte: La rica historia del “Taekwondo Español”

Segunda parte: El comienzo de su etapa como entrenador

Tercera parte: Algunos esperaban que fracasáramos en Londres

 

 

 

 

 

Claudio Aranda, Exclusivo masTaekwondo.com

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