El viernes pasado mi club realizó una exhibición para dar a conocer un poco más nuestro deporte. Duró algo más de una hora y tuvo de todo, sin descuidar ningún detalle. Los más pequeños hicieron técnicas de ataque y patadas, nuestros campeones de Cataluña y España combatieron y hubo buenos números como un poomsae con música o una simulación de pelea en la calle usando técnicas del Taekwondo. Yo me encontraba haciendo fotos para publicar una nota en el periódico donde trabajo y luego hablé con algunos asistentes, que me confesaron quedarse “con la boca abierta” y “alucinados”. Tuvimos poco tiempo para prepararla, pero el resultado fue genial.

Esto me hizo reflexionar sobre una cuestión que ya expuse en mi anterior columna Y, después, seguirá el vacío mediático. Como el TKD está olvidado mediáticamente parece que no exista y necesitamos buscar alternativas para que la gente nos conozca. Lo más conocido son las exhibiciones, como hacen los famosos Korean Tigers (unos genios, sin duda). En este tipo de casos siempre se exagera todo un poco, se teatraliza y se busca dar cuanto más espectáculo mejor. Nuestro deporte es un arte marcial y como arte que es tiene esa pizca de espectacularidad. Es lo que acaba enganchando al público, pero creo que hay que aportar algo más.

Uno de los problemas que creo que siempre hemos tenido es que nos tachan de violentos. Este estigma parece que no nos lo hemos quitado aún por el simple hecho de que pegamos patadas y gritamos. Para romper con este mito debemos enseñar también algunos rasgos del código ético que nos rige. Ese código que, aunque no está escrito, te dice que debes tener respeto por tu maestro, por tus compañeros o por tus amigos y enemigos; ese código que dice que trabajes y seas constante, que nunca te rindas; ese código que te enseña a ser respetuoso en la victoria y deportivo en la derrota… Solo el sencillo hecho de saludar al entrar y salir de la sala y de hacer “chariot” al empezar y terminar las clases dice mucho de los valores que se inculcan. Y de violentos nada, pues lo primero que te dicen es que el TKD no se utiliza en la calle salvo situaciones de máximo riesgo.

 

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Por otra parte pienso que hay que ofrecer algo de show time para la afición. Todos los grandes deportes tienen su momento: un estadio inglés de futbol cantando a pleno pulmón sin parar, la presentación de un equipo de baloncesto con la megafonía a todo tren, la entrada al ring de los boxeadores con música y el público jaleando… Son cosas que atraen muchísimo a la gente y que hace que un deporte se vuelva interesante. El futbol, baloncesto y demás no hubiera llegado a las cotas de popularidad que tienen de no haber sido por estos pequeños detalles (y por el apoyo económico que tienen detrás, obviamente). Solo por poner un ejemplo: ¿os imagináis en unos JJOO ver entrar a un coreano con la BSO de El último mohicano de fondo?

La gran suerte de nuestro deporte es que ya de por sí tiene gancho, pero solo sobre el tatami. Si conseguimos que el público se entretenga mientras ve combates podemos convertir al TKD en algo realmente digno de ver. A ver si para Río 2016 alguien lúcido se inventa algo.

 

 

Jaime Blanco López, Exclusivo masTaekwondo.com

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