La Brecha es un pequeño pueblo en el estado de Sinaloa que apenas rebasa los 2,000 habitantes. Sus principales actividades económicas son la agricultura y la pesca; honestamente, un lugar sin espacio para el deporte de alto rendimiento. Y sin embargo, es la cuna de la Campeona Olímpica, María del Rosario Espinoza.

 

A los 5 años “Chayito”, como la conocen en su casa, descubrió el Taekwondo y se enamoró a primera vista del tatami y los combates. Lo que comenzó como un juego de niños empezó a tomar forma y la llevó a conocer a los 12 años el Centro de Alto Rendimiento de la Loma, en San Luis Potosí.

 

Fue en ese momento cuando María del Rosario decidió que quería dedicarse al deporte de alto rendimiento. Al igual que su padre Marcelino, un pescador en Guasave, tendría que pasar largas temporadas fuera de su casa para perseguir el éxito.

 

En el plano nacional tuvo su primer momento de gloria en el 2003, cuando se coronó campeona de la Olimpiada Nacional. Este resultado le dio un lugar en la Selección Juvenil, y ese mismo año demostró su potencial y talento al convertirse en campeona panamericana de la categoría en Río de Janeiro.

 

Con este resultado llegó el momento de una nueva decisión. Para seguir avanzando María se mudó tiempo completo a la Ciudad de México para vivir y entrenar en las villas de la CONADE (Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte). En 2004 repitió como campeona de la Olimpiada Nacional y debutó a los 16 años en la Selección Mayor de Taekwondo.

 

Durante los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, María Espinoza vio por televisión a Iridia Salazar colgarse la medalla de bronce y se inspiró para seguir trabajando y tomar esa estafeta como exponente del deporte en México.

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El siguiente ciclo olímpico fue de menos a más para la sinaloense. En el 2005 debutó en su primer Campeonato Mundial en España, donde finalizó en la quinta posición. Al siguiente año en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Cartagena obtuvo la medalla de bronce. Afortunadamente lo mejor aún estaba por venir.

 

Su gran despegue internacional llegó en 2007, cuando en un par de meses se convirtió en Campeona Mundial y en Campeona Panamericana. Su buen momento continuó hasta los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, donde se convirtió en apenas la segunda mujer mexicana en alcanzar el Oro Olímpico.

Cuatro años más tarde, una versión más madura de María del Rosario Espinoza busca convertirse en la primera deportista en conseguir una medalla en dos Juegos Olímpicos consecutivos desde que Joaquín Capilla se subiera al podio en Londres 1948, Helsinki 1952 y Melbourne 1956.

 

Sin duda ella es la principal exponente del Taekwondo mexicano rumbo a Londres 2012, y la mejor oportunidad de mantener una racha intacta de cosecha de medallas desde que el deporte debutara en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000.

 

 

 

Fuente: Ricardo De la Huerta (Mediotiempo)

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