Es imponente. Sus cinco anillos olímpicos plateados se divisan a lo lejos, una vez que se termina el extenso paseo por el Westfield London Shopping, que comienza en la estación de metro de Stratford y desemboca en el Parque Olímpico, un complejo que se luce con la majestuosidad de muchos de sus estadios pero que, a ocho días de los Juegos Olímpicos, presenta muchas cosas por hacer y otras tantas por mejorar.
Tras ingresar al predio (luego de un control a los objetos personales realizado por militares británicos), y luego de transitar la pasarela entre los estadios de natación y waterpolo, impactantes por su arquitectura y tamaño, aparecen los sectores que aún presentan detalles por resolver. De todas maneras, y con más de una semana por delante para la inauguración, nadie imagina que a la hora de la inauguración pueda quedar alguna obra sin terminar.
Sí llama la atención cómo se contraponen la impecable organización de los voluntarios apostados en los diferentes aeropuertos de la ciudad y en los puntos neurálgicos de Londres, con lo que ofrece el Parque Olímpico. Aquí se observan caminos, señalizaciones y áreas de gastronomía que están lejos de estar terminados. Por ejemplo, en este último caso, una zona de decks aún no tiene colocado el techo de lona, que apenas tiene instalado el 25 por ciento de la estructura.
La situación también sorprende a muchos periodistas instalados desde hace varios días y esperaban que los centros de prensa –MPC e IBC, para medios gráficos y televisivos, respectivamente- ya estuvieran con todos los servicios funcionando a la perfección. Claro que con apenas un puñado de deportistas en la enorme Villa Olímpica y algunas decenas de medios dando vueltas por el lugar, no parece caber alguna posibilidad de que Londres no salga airosa de este panorama que tiene a los obreros trabajando contrarreloj.
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Stratford, de olvidado suburbio industrial a epicentro del mundo por dos semanas
El lugar elegido para crear el Parque Olímpico está lejos de la riqueza, los monumentos y el movimiento cultural y social del centro londinense. Stratford, ubicada al noreste de la capital británica, supo ser un centro industrial, favorecido por el paso del ferrocarril. Pero después de ese apogeo del siglo XIX, todo fue en caída libre. Hasta ahora: 200 de sus grises edificios fueron demolidos y parte de sus materiales, reutilizados para crear un Parque Olímpico imponente de más de 2.5 kilómetros cuadrados. Cuando pasen los Juegos se convertirá en “East Village” y los edificios de la Villa servirán para albergar a muchas familias de bajos recursos.
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