Lic. Prof. Fernando Akilian
Maestro de Taekwondo 4º Dan Kukkiwon
Profesor de Educación Física
Licenciado en Actividad Física y Deporte
Licenciado en Ciencias de la Educación
Autor del libro “Taekwondo Olímpico. Enseñar el arte de jugar el deporte”

 

Introducción.

Luego de haber pasado por los dos artículos sobre la fase inicial y principal de una clase de Taekwondo, nos quedaría por analizar la tercera y última cuya denominación también es polisémica, a saber: fase final, momento de despedida o vuelta a la calma. En general, la parte final de una clase, pareciera que se tiende a dos caminos: un estiramiento general de los músculos o a la despedida inmediata luego de la actividad principal.

En esta última entrega seguiremos con nuestras “aproximaciones” conceptuales y ahora, sobre este momento y sus particularidades, con el fin de seguir invitando a los Entrenadores y Profesores de Taekwondo a reflexionar y autoevaluar sus prácticas pedagógicas.

Desarrollo

El último momento de la clase fue (o es) aquel momento menos atractivo para sus participantes. Sin embargo, nos encontramos con dos sub fases diferenciadas en objetivos y contenidos que no deberían ser desatendidos por los entrenadores y Profesores de Taekwondo.

Es común escuchar en el ámbito deportivo que una clase “finaliza” cuando se acaban las actividades correspondientes a la fase principal. Por supuesto que eso no es correcto. Desde un análisis pedagógico y didáctico, al terminar el último ejercicio dado por el entrenador o profesor (y que forma parte de su plan de clase correspondiente a la fase principal) podríamos afirmar que ahí es cuando se da comienzo a la fase final. Allí se produce una disminución de la intensidad de la frecuencia cardíaca y por ende de las propuestas.

¿Qué hace un entrenador en ese espacio de menor tiempo que la fase principal? Si tuviéramos que hacer un rápido análisis podríamos decir que, desde lo orgánico funcional y fisiológico se deberían realizar movimientos tendientes para retornar al estado natural o similar que al comienzo de la clase debiendo ser lo más equilibrado y armonioso posible. También, desde este enfoque, la fase final colaboraría en eliminar, ya sea a través de actividades de baja intensidad (trote suave o un juego motor) y estiramientos musculares, sustancias de desecho como el acido láctico. Es evidente que hablar de vuelta a la calma proviene del estudio de la fisiología del esfuerzo donde se afirma que la intensidad de éste debe ir de menos a más, mantener el esfuerzo y luego su descenso.

En el caso de lo estrictamente emocional y cognitivo del sujeto, el alto grado de concentración y/o excitación que genera el hecho de estar una hora reloj aproximadamente (40 minutos sin son niños muy pequeños) cumpliendo con las ejercitaciones dadas por el Entrenador. El “momento final” colabora para hacernos acordar que tenemos una vida más allá de la academia de Taekwondo.

Los tiempos de la “vuelta a la calma” o “fase final” pueden variar según el nivel de los practicantes, las edades, el tiempo de clase, que va de los 5 hasta los 10 o 15 minutos. La fase final debe estar en estricta correspondencia con las anteriores fases y no ser un compartimento estanco.

 

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Dentro de este espacio pedagógico y por supuesto planificado, podríamos marcar dos momentos: el primero sería en base a bajar la intensidad de las actividades y posteriormente continuar con un trabajo de elongación o flexibilidad. Esto último, sumamente recomendable dadas las condiciones favorables en las que se encuentran nuestro cuerpo. Luego, podríamos seguir con un segundo momento, donde el entrenador y sus alumnos o deportistas realizan una evaluación de la clase, cómo fue el contacto con el contenido principal de la clase, sus aciertos y dificultades en la misma.

Esto último, y en especial sobre la evaluación hacia la clase, integrando lo enseñado por el profesor, puede ser una interesante propuesta pedagógica moderna hacia la mejora permanente de la práctica pedagógica. Sabemos que no es una práctica común entre los entrenadores o Instructores de Taekwondo el adoptar estas posturas y feedback con sus alumnos, sin embargo, en ciertos momentos de nuestro planeamiento mensual o anual, puede resultar significativo para conocer qué piensan nuestros deportistas de nosotros y de nuestras clases o cómo se sienten con las actividades, juegos y ejercicios que estamos dando en ellas.

El concepto de “final” también implica darle un cierre a algo. Ese desenlace en la clase debería estar tan planificado como las anteriores fases o momentos. A veces, y se observa en los entrenamientos de varios deportes, la fase final sería el único momento de socialización donde se conversaría con ese “otro” que estuvo compartiendo los entrenamientos con uno. Hasta le podemos reconocer la voz en muchos casos, ya que el silencio vocal que implica, a veces, estar concentrado entrenando, no permite dialogar sobre lo que se está haciendo “in situ”..

 

 

Conclusiones

Invitamos a los Entrenadores e Instructores de Taekwondo a que experimenten la evaluación al finalizar la clase con sus alumnos. Por supuesto que un niño pequeño no le marcará al Profesor qué hizo bien o mal pero sí podría dar su opinión en su condición de niño sobre lo que sintió en la clase. Todos los comentarios que nos hagan los alumnos o deportistas “post clase”, pueden ser datos muy ricos en información, y aportarnos para un “re-checkeo” de nuestra clase en general o en especial, con ese ser único que es nuestro alumno o deportista. La evaluación inicial y procesual puede ser un gran informante de nuestras clases más allá de aspectos observables como ser, cantidad de técnicas de pateo, la ejecución de un Poomsae. Saber que siente o que precisa un alumno, para ello hay que dialogar y pensar preguntar que indaguen, como así también estar preparados para responder a aquellas preguntas sobre las dudas que los mismos deportistas o niños tengan sobre nosotros o nuestras clases.

Hasta aquí finalizamos la entrega de tres artículos sobre las fases de una clase de Taekwondo haciendo hincapié en cuestiones específicas de nuestra actividad y sobretodo en algunas particularidades. Es nuestro deseo que los lectores hayan podido reflexionar y analizar sus clases, sus prácticas pedagógicas del día a día, sabiendo que, en cada uno de sus centros de enseñanza hay un mundo en particular, alumnos con características únicas y entrenadores con estilos que pueden diferir unos con otros (por suerte, confirmaría que no somos robots). Es por ello que estamos convencidos que estos artículos colaboran y aportan un granito de arena a los Profesores de Taekwondo de la clase diaria.

 

¡Les deseamos muchos éxitos en sus clases! y a disfrutar de nuestra pasión: La enseñanza..

 

 

Bibliografía consultada.

  • Akilian, F (2009) Taekwondo Olímpico. Enseñar el arte de jugar el deporte. Ed. Kier. Buenos Aires.
  • Blázquez Sánchez, D. y otros (1995) Iniciación Deportiva y deporte escolar. Ed. Inde. Barcelona.
  • Contreras Jordan, O. (1998) Didáctica de la Educación Física. Un enfoque constructivista. Ed Inde. Barcelona.

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