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Prof. Fernando Akilian
Maestro de Taekwondo 4º Dan Kukkiwon
Profesor de Educación Física
Licenciado en Actividad Física y Deporte
Licenciado en Ciencias de la Educación
Autor del libro “Taekwondo Olímpico. Enseñar el arte de jugar el deporte”

Introducción

En esta serie de tres entregas de artículos sobre aspectos relacionados con la clase de Taekwondo habíamos comenzado con la “fase inicial” de una sesión, haciendo mención al juego motor y su riqueza para aprender, desarrollar y motivar a nuestros alumnos. En esta segunda parte continuaremos con el siguiente momento de una clase denominada “fase principal” donde analizaremos, puntualmente, cómo y por qué se seleccionan los contenidos y aquellos temas más propicios o significativos, cuya tarea estuvo tradicionalmente a cargo del profesor o entrenador de Taekwondo. Son varios los aspectos que se pueden analizar de una clase, por lo que nos circunscribiremos al contenido y su selección, y no a otros aspectos didácticos, ya que los artículos que presentamos en mastaekwondo.com son de “aproximación”..

 

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Desarrollo

La “fase principal” de toda clase nos invita a tomar contacto con aquellos contenidos seleccionados por el Entrenador o Profesor. Son los “saberes a enseñar”. Podemos afirmar también que, cuando un maestro enseña no hay nada que asegure que el alumno aprenda, por lo tanto, la acción educativa “enseñar” termina siendo un intento. No es algo lineal que se vaya a dar sí o sí. En Taekwondo los entrenadores seleccionan y secuencian contenidos pero ¿Cuál es el criterio de selección? ¿Por qué se eligen “esos” contenidos para esas clases/entrenamiento? ¿Se enseña todo lo que es el Taekwondo?

 

La fase inicial en las clases de Taekwondo: El juego motor como dispositivo de aprendizaje

 

Como decíamos en el libro “Taekwondo Olímpico. Enseñar el arte de jugar el deporte” (2009), en la actualidad, los contenidos pueden variar de acuerdo a diferentes intereses que surgirían de una negociación implícita entre el Instructor o profesor de Taekwondo y los alumnos. Entonces, los objetivos que se persiguen entre unos y otros, se darían en un espacio pedagógico considerado más bien “flexible” en la formación, y más aún por encontrarse en el ámbito de la educación no formal. Los objetivos de ese practicante de Taekwondo pueden ser de los más variados, en búsqueda de: defensa personal, pomsae (formas), combate, exhibición, obtener el cinto negro, socializar, realizar actividad física o deporte recreativo, y posteriormente dedicarse a la docencia, arbitraje, entrenador, etc. Son múltiples las posibilidades que da el Taekwondo para hacer una carrera y en donde el Maestro o Profeso es quien va a guiar al alumno o practicante en sus intereses.

Antes de continuar desarrollando el presente artículo es importante aclarar que el Taekwondo, en comparación con otras manifestaciones culturales físico – deportivas, tiene definiciones o concepciones que pueden variar según la formación de cada profesor o escuela de Taekwondo. Para algunos, el Taekwondo es un arte marcial, para otros un deporte o bien se lo puede considerar también ambas cosas. Luego de esta aclaración, es posible que podamos responder al por qué, algunos entrenadores o profesores, eligen tal o cual contenido. Dependerá de esa visión que se tenga de la actividad. Seguramente, aquel entrenador que considere que el Taekwondo es solo un deporte, sus contenidos estarán relacionados con la enseñanza de las técnicas propias del mismo (las más efectivas y económicas en movimiento), tácticas, estrategias, valores, preparación física específica y conocimiento del reglamento deportivo. Si su visión está más relacionada con el arte marcial o tradicional, probablemente sus contenidos sean incluir en las clases la más amplia variedad de técnicas de pateo y puño, los Pumse (sin estar integrado al ámbito institucional deportivo o ánimo de competición), preparación física general, ataque a un paso, rompimientos, defensa personal. En el caso específico del entrenamiento en exhibiciones de Taekwondo, los practicantes pueden surgir de ambas líneas de trabajo.

Los contenidos de una clase de Taekwondo se pueden seleccionar y organizar según un calendario (dependiendo de la federación deportiva o escuela privada de TKD) y comenzar así una lógica de secuenciación didáctica. Por ejemplo, si nos encontráramos con un entrenador deportivo de combate o formas, probablemente esa selección de contenidos se dé en base a los torneos regionales o del país, fijado según cada entidad federativa, mientras que un profesor “marcial” se ajuste al calendario de exámenes, alguna exhibición interna o externa a su academia o intercambio amistoso con otras escuelas de enfoques similares.

También es interesante reflexionar sobre cómo los profesores de Taekwondo han tenido que adaptarse a la cultura o conductas de la sociedad con el correr del tiempo. Los que vivimos a diario la educación formal y educamos también por fuera de las academias de Taekwondo lo percibimos a diario. Sin embargo, al Taekwondo y a sus Instructores les habría llegado la necesidad de tener que resignar aquello que probablemente enseñaron durante mucho tiempo como contenido único y ahora deban adaptarse, no solo a enseñar lo que los alumnos traen como interés en aprender sino también a adecuarse a sus tiempos de aprendizaje y atender con mayor atención la diversidad de practicantes. Cada uno de ellos trae su historia personal, sus genes y su forma de ser. Coincidiremos con los Señores lectores que, la mayoría de los niños y jóvenes de hoy, no son los mismos en actitudes o conductas que los de hace más de una década. De no adaptarse a estas nuevas realidades podría existir el perjuicio de perder alumnos o deportistas en su academia y por ende, registrar un menor ingreso de dinero para solventar los gastos de la escuela de Taekwondo, salario del Profesor, etc..

 

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Siguiendo a Romero Granados (2001) en líneas generales, las escuelas deportivas no han evolucionado con los tiempos actuales, pues reproducen los mismos objetivos y finalidades de hace décadas y a pesar de la demanda, no se observa un cambio en las concepciones filosóficas ni en los planteamientos de las mismas. Entonces, podemos afirmar sobre la certeza que debería tener un Entrenador o Profesor de Taekwondo en su enfoque al dar sus clases, sea en la temática que sea y el contexto en donde se van a desarrollar las mismas. Siguiendo a Blazquez Sanchez (1995) dichas visiones podrían ser: recreativo – salud, educativo – formativo, competitivo – alto rendimiento.

Estos detalles no son menores. De ahí que se insistan en los cursos y congresos para entrenadores y la importancia de actualizarse y formarse como un entrenador o instructor “situacional”, es decir, la capacidad de adaptación a contextos, alumnos, deportistas, padres, materiales, tiempos y… contenidos de los más diversos que provee la misma actividad. Aquellos Instructores que consideran que, por su graduación como cinto negro les genera inmunidad frente a las nuevas teorías de enseñanza y los avances en otras materias, podrían caer en un “abismo pedagógico”. Las capacitaciones para Instructores y Entrenadores de Taekwondo se están orientando en varios países de Latinoamérica hacia ciencias o disciplinas que antes no eran muy comunes encontrarlas en los cursos, permitiéndole el paso a la Pedagogía deportiva, Didáctica, Psicología evolutiva y otras de gran importancia.

La tercer pregunta que nos hacíamos en la introducción de este breve artículo era ¿se enseñan todos los contenidos del Taekwondo? Consideramos que luego de lo expuesto anteriormente estaría respondida la pregunta ya que todo dependerá de la visión que se tenga del Taekwondo por parte de aquel que da clase. Entonces, es posible que, aquel que conciba al TKD como deporte, el contenido “defensa personal” o “técnicas de pateo tradicionales o técnicas con el codo” no se enseñarán.

Recordemos que en la enseñanza no hay “recetas” y tampoco absolutismos pedagógicos para enseñar Taekwondo y en nuestros artículos no lo marcaremos pero sí existen las tendencias que con el tiempo van apareciendo gracias a los estudios, tesis, trabajos de investigación y la práctica en terreno que ayudan para construir las bases metodológicas. La teoría y la práctica sumadas nos darán el equilibrio que buscamos, por supuesto, sumándole el estilo personal de cada Instructor y Entrenador que, con el tiempo, quedará en cada alumno/deportista elegir cual le sienta mejor..

 

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Conclusiones

De lo expuesto en el presente artículo, el Señor/a Lector/a habrá percibido que para hablar de contenido es innegable no hablar de enseñanza y de quien la realiza. Ese aspecto nos llevó a considerar en varios párrafos lo importante que es que un Entrenador y Profesor este formado con estándares de calidad educativa. Lamentablemente, el exitismo en el deporte son los “palos en la rueda” para una gran cantidad de destinatarios de esos contenidos: los alumnos/deportistas. Lamentablemente se tiene la idea en algunos Instructores y Entrenadores (y se observan en diferentes eventos de nuestra actividad) que quien no gana no sirve o debería dedicarse a otro deporte. Aquí cabría la reflexión acerca de, a qué llamamos “deporte para todos” y si, finalmente, esto se cumple en la población de practicantes de nuestro querido Taekwondo que debería ser: para toda la vida. El contenido “actitudinal” también debería ser parte de la enseñanza consiente hacia los alumnos/deportistas de las distintas academias de Taekwondo, para sentir el placer que se siente practicarlo, el compartir un espacio común con otras personas, fijarse desafíos y no solo la medalla, principalmente en los espacios de iniciación.

Finalmente, podríamos concluir que, las actividades que antes se imponían en las academias o gimnasios de Taekwondo tradicionales o deportivas ahora son parte de un “contrato pedagógico” donde se procura un supuesto estado de bienestar general con la práctica del Taekwondo. Es probable que, en el caso de los niños, sus padres tengan que imaginarse, qué es lo que al niño le podría producir ese placer y favorecer su desarrollo integral, para luego esperar las actividades motivadoras del Instructor de Taekwondo (respetando siempre el momento evolutivo del niño) y de esa forma, que se cierre ese círculo armonioso entre Profesor/Entrenador – alumno/deportista – contenido – intereses/objetivos.

¡Éxitos en sus clases!

 

Bibliografía consultada

1) Akilian, F. (2009) Taekwondo Olímpico. Enseñar el arte de jugar el deporte. Ed. Kier. Buenos Aires.

2) Blazquez Sanchez, D. (1995) Iniciación Deportiva y deporte escolar. Ed. Inde. Barcelona.

3) Huizinga, J. (1990) Homo Ludens. Ed. Alianza. Madrid.

4) Incarbone, O. (2003). Del Juego a la Iniciación Deportiva. Ed. Stadium. Buenos Aires.

5) Romero Granados, S. (2001) Formación Deportiva. Nuevos retos en educación. Ed. Universidad de Sevilla. Sevilla..

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