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Cuando el domingo pasado durante la celebración de los primeros Juegos Olímpicos de la Juventud en Singapur, el taekwondista iraní, Mohammad Soleimani, no se presentaba a competir la final contra su par israelí Gili Haimovitz, alegando una lesión en uno de sus tobillos, muchas voces se alzaron y fue publicado por diferentes medios de comunicación del mundo, como una actitud polémica y controversial, cuando en realidad, es un procedimiento que venimos viendo hace muchos años, no solo dentro del Taekwondo, sino en el deporte en general.

Gili Haimovitz de Israel, subió al podio y tomó la medalla olímpica de oro sin haber combatido. Una supuesta lesión no le permitió a su rival pelear por esa presea, algo que podría estar dentro de la lógica, más aún en un deporte de combate como el nuestro, pero cuando vemos que el atleta es de Irán, uno ya lo sabe por anticipado, “¿próximo combate Irán vs Israel? Ahhh… seguramente Irán no se presenta”

Si esta actitud es correcta o no, ya no depende de nosotros evaluar eso. Lo llamativo es escuchar declaraciones de miembros de La Mundial o del mismo Comité Olímpico Internacional, asegurando por ejemplo, “si tengo un certificado médico, como es este el caso, por un médico independiente, diciendo que este joven no podía participar, para mí es el final de la historia”, aseguró Jacques Rogge (Presidente del COI) sobre este tema.

En el 2005 (Mundial Absoluto de Madrid) debían enfrentarse Israel e Irán en cuartos de final, el ganador se aseguraría el bronce mundial de la especialidad. Irán, como ya todos lo imaginábamos, no se presentó y el atleta israelí obtuvo la medalla de bronce y quedó en la historia como uno de los mejores atletas de esa categoría.

En aquella oportunidad, fue llamativo ver al atleta iraní pidiendo por favor para competir ante la negativa de su Cuerpo Técnico. Cuando se le preguntó porque no pelearía por el bronce, un directivo del equipo iraní habría respondido “no competiremos contra un atleta que represente a un régimen y no a un Estado”.

Para entender el porqué de esta afirmación, cabe aclarar que desde la Revolución Islámica en 1979, Irán no reconoce a Israel como Estado soberano y hasta evita el uso del nombre del país, al que sólo se refiere como “régimen sionista”.

En competencias olímpicas, por lo general Irán justifica perfectamente su no participación a través de diferentes argumentos reglamentarios. En Atenas 2004, el por entonces campeón mundial de judo, Arash Miresmaeili, regresó a Irán sin haber competido porque en la primera ronda le tocaba enfrentarse al israelí Ehud Vaks. Para evitar sanciones se presentó al pesaje con dos kilos de más. En Beijing 2008, un nadador iraní no compitió debido a que en su serie también participaba un israelí. Durante eEl mismo año, pero en los Juegos Paralímpicos, el equipo de Irán de Baloncesto en Silla de Ruedas, retiró a su combinado cuando debían enfrentar a Israel.

Aparentemente fuera del circuito olímpico, esto es más fácil de aceptar por las autoridades, en este caso, la World Taekwondo Federation, pero en competencias olímpicas la situación debe ser por lo menos justificada de alguna manera.

Saliendo del tema político e introduciéndonos en la parte religiosa, también tuvimos el caso de la utilización del “hijab” (velo islámico, Ver Nota) durante los combates, el cual se intentó prohibir y de hecho, en un evento en Canadá, fueron imposibilitadas de competir con el velo en su cabeza dos competidoras.

Por ese entonces la WTF, aseguró que no se podría utilizar nada que esté fuera del reglamento, y que el Taekwondo no reconocería religiones, ni haría excepciones para las taekwondistas musulmanas que llevasen el hijab.

Ante la inmediata postura de los países musulmanes que se opusieron a esta medida, la WTF rapidamente dio marcha atrás, y hoy es muy común ver a deportistas con el velo por debajo de su casco protector reglamentario.

También se habló sobre la preocupación de la fecha de estos Juegos Olímpicos, que se producen durante el mes de ayuno musulmán del Ramadán, “No podemos detener la actividad el viernes, sábado o domingo a causa de la fe (religiosa). No podemos paralizar el mundo del deporte por el Ramadán. Trataremos de acomodar en la medida de lo posible, pero no siempre está a nuestro alcance” aseguró el Presidente del Comité Olímpico Internacional.

Podríamos seguir enumerando un sinfín de situaciones similares muy comunes para todos aquellos que son parte del taekwondo o del deporte en general, pero el motivo de esta nota es simplemente, para que se conozca que lo sucedido ahora en Singapur con el joven iraní que no compitió contra el de Israel, es algo absolutamente común que vemos en las competencias donde se enfrentan estas naciones.

Cuando leemos que el Presidente del COI, la WTF o la Federación deportiva involucrada en el tema, asegura saber que el motivo no fue político y si una lesión, una llegada tarde al área de competencia, o unos kilitos de más que le generan la descalificación, debemos comprender, que para el deporte todavía es extremadamente difícil luchar contra lo político y religioso de naciones que llevan siglos enfrentadas por sus ideas.

No hace mucho tiempo, en una competencia internacional trascendental, donde un iraní se negó a competir contra su par de Israel, un directivo muy importante de WTF aseguraba “…por obligarlos a competir o sancionarlos por no hacerlo, no vamos a arreglar nosotros aquí, toda su historia de guerra. Mejor pasemos al combate que sigue…”

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