Tres años fueron suficientes para ver como muchos deportistas desistieron de formar parte de algún tipo de sueño deportivo, como estamos acostumbrados a leer en masTaekwondo.com que sucede en otros países.

Muchos quizás dirán “Argentina tuvo resultados a nivel panamericano, estuvieron en Juegos Olímpicos y hasta hicieron presencia en la Universiada”, pero nosotros decimos ¿a costa de qué? Mientras cuatro o cinco atletas son capaces de conseguir recursos o utilizar los propios para poder viajar, existen cientos de taekwondistas que solo pueden ver eso desde afuera, sabiendo que será imposible acceder a una posibilidad similar.

Cuando se dice Taekwondo Argentino, se debe saber que esa frase tendría que corresponder a la igualdad de posibilidades, a la institucionalidad, al espíritu olímpico y no puede pertenecer a un atleta o dirigente, ni siquiera a un grupo de ellos.

Ayer se realizó una Audiencia de Conciliación convocada y realizada en la Cámara de Apelaciones de la Ciudad de La Plata. Por un lado, Emilio Casagrande, quien se desempeñaba en el cargo de Presidente, por el otro lado, Edgar Pérez Colman, Interventor dispuesto por la justicia. Durante largo tiempo, quienes eran la actual conducción de la CAT, se opusieron a esta intervención, pero en el día de ayer (29 de septiembre) Casagrande acordó aceptarla.

Ambas partes coinciden en resaltar que se colaborará en la gestión interventora con el fin de no perjudicar la marcha institucional. La intervención duraría aproximadamente 90 días, tiempo en el cual el Pérez Colman debería llamar a Asamblea para la elección de nuevas autoridades.

Pensar en la cantidad de líneas que este conflicto ocupó en masTaekwondo.com desde que comenzó en el 2006, sería recordar, como dijimos antes, que fuimos testigos de la deserción de atletas que nunca pudieron mostrar lo que valían, deportistas que jamás llegaron a ocupar ningún espacio en este medio y quizás hoy serían parte de un gran equipo.

Hablar de intervención, no es hablar de un normal funcionamiento institucional o de que alguien ganó y otro perdió, sino de lo crítica que fue la situación como para llegar hasta este punto. El normal funcionamiento se producirá luego de los 90 días previstos hasta las elecciones de los nuevos miembros, ya que cuando la Asamblea decida, sea cual sea el resultado, será por las vías legales e institucionales y no habrá lugar para quejas.

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